“Contra los influencers…”, de Martín Rodríguez-Gaona
Presente y futuro de la ciudad Letrada.
Por José Antonio Santano.
Si la poesía, siempre se ha dicho, es minoritaria, que no elitista, el ensayo literario, por ende, lo es también en buena medida, aunque en uno y otro caso, siempre dependerá de la calidad de lo escrito, del ritmo, de si la propuesta estético-poética de que se trate contiene la calidad deseada, hallada siempre en la capacidad que tenga el poeta para turbar, conmover o sacudir emocionalmente al lector. Con el ensayo ocurre tres cuartos de lo mismo, solo que el proceso de escritura no es creativo sino analítico, exegético, por tratarse del estudio profundo de una corriente o de un texto, producto de la observación de determinados acontecimientos literarios que surgen en el seno de las sociedades. La importancia del ensayo se fundamenta en la capacidad para desbrozar, extractar e interpretar mediante la interiorización de todos los textos consultados la esencia de cada uno de ellos. Es una tarea ingente la del ensayista que se precie. Serán muchas las lecturas, también el riesgo que conlleva el desbroce de autores y textos, porque muy difícil es siempre la decisión final sobre dicha selección. En este sentido, hay que significar, por su dedicación, esfuerzo y calidad de los textos con los que siempre nos sorprende, la labor como ensayista de Martín Rodríguez-Gaona (Lima, Perú, 1969), en el caso que nos ocupa con el libro Contra los influencers. Corporativización tecnológica y modernización fallida (o sobre el futuro de la ciudad letrada), obra con la que obtuvo muy merecidamente el Premio Celia Amorós. XL Premios Ciutat de València. De su trayectoria, además de la ensayística, destacamos la de traductor, y también la de poeta, con publicaciones tales como: Pista de baile (1997), Parque infantil (Pre-Textos, 2005), Códex de los poderes y los encantos (Olifante, 2011) Madrid, línea circular (La Oficina, 2013) y Motivos fuera del tiempo: las ruinas (Pre-Textos, 2020).
El presente ensayo, objeto de este comentario, es un texto muy sugestivo, que descubre aspectos inadvertidos de la actualidad literaria española, o como gusta llamar a su autor, de la ciudad letrada, no sólo del presente, sino también de su futuro. Rodríguez-Gaona se adentra en un territorio a veces oscuro y otras lúcido, en cualquier caso, por desigual, accidentado y espinoso. Sin embargo, la capacidad de desbroce y honestidad crítica de Rodríguez-Gaona es tal que supone garante suficiente para abordar un tema tan delicado y de tanta actualidad como es este. Contra los influencers, en sus casi 500 páginas, abre la puerta a las ideas referentes al acto lector y creativo en sí mismos, y en ellas se plantean cómo es y cómo, tal vez, pueda ser el futuro de la ciudad letrada, pasando por su modernización, analizando cuestiones tales como «La poesía como parte de la industria editorial, la crisis del lenguaje, el periodismo y la cultura, la inteligencia artificial, las mutaciones de la poesía española a través de la selección de determinados autores representativos del canon actual o los márgenes de la ciudad letrada», para llegar así hasta la exposición de sus conclusiones.
De la selección de autores (basada fundamentalmente en el libro El último tercio del siglo. Antología consultada de la poesía española (1968-1998), publicado por Visor) subrayo la inclusión, por quedar al margen precisamente de esa Antología consultada o de ese canon casi impuesto y mediático (sin que ello signifique restar valor al extraordinario trabajo del antólogo, aunque contradictorio, en el caso de los seleccionados, con el rigor de sus conclusiones), de dos poetas significativos: el uno, Manuel Rico (Madrid,1952), por representar la poesía de la Transición, o como escribe el propio Rodríguez-Gaona, porque «su opción como poeta social se aleja del culturalismo esteticista de los novísimos como del optimismo vital de la poesía de la experiencia, desarrollando incluso un registro peculiar, que lo distingue asimismo frente a la poesía comprometida de los cincuenta»; el otro, Basilio Sánchez, grandísimo poeta, que trasciende lo cotidiano, la sencillez de las cosas y la vida, para convertirlo todo y a través de sus versos en algo sustancial, en pura esencia. Como dice Rodríguez-Gaona, «La poesía de Basilio Sánchez supone una obra de refencia: una escritura continua, con un tono y un universo propios. Destaca así, como hemos sugerido, su relación con lo rural, a lo que contribuyen el consistente desarrollo de un repertorio de imágenes-símbolo (el bosque, la luz, los pájaros, la piedra, el silencio, el agua, la casa, el cristal, etcétera)», a lo que añade, «Para Basilio Sánchez, la contemplación y la memoria serán los pilares de cualquier continuidad artística y espiritual, lo que brinda la seguridad de una auténtica experiencia trascendida». Entre los más jóvenes, destaca Martín a poetas como Ben Clark, Sandra Santana, Erika Martínez o Ana Sánchez Huéscar, para cerrar con la poesía de siete nativos digitales: Unai Velasco, Natalia Castro Picón, Pablo Fidalgo, Berta García Faet, Mónica Caldeiro, Sergio C. Fanjul y Juan Domingo Aguilar.
Queda, por último, reconocer el ingente trabajo llevado a cabo por Rodríguez-Gaona en esta necesaria ya obra de referencia para comprender mejor el estado actual y también futuro de la ciudad letrada en España. En este sentido, Contra los influencers, viene a esclarecer algunas cuestiones; así respecto a la obra artística escribe: «No se puede considerar a una obra como artística o literaria si su valoración depende exclusivamente de su aceptación en el mercado (cifra de ventas) o de factores externos como el control del relato mediático (que es lo que ha caracterizado a las supuestas poéticas dominantes) o la imagen pública y simbólica de su autor (lo vigente en las redes sociales», y añade: «Es razonable relacionar el creciente empobrecimiento de la escritura y la lectura con la continua viralización de mensajes sin contexto, matices, texturas o ironía, que son los requeridos para una exitosa socialización electrónica (los que además contribuyen, no pocas veces, a una violenta polarización de opiniones)». Por todo ello, para Rodríguez-Gaona, la modernización de la ciudad letrada pasa por «buscar la forma de que se transforme en un espacio trazado a escala humana, justo y eficiente, inclusivo y seguro, en el que primen la excelencia, la comunicación y el diálogo como lo opuesto al ruido, a la demagogia y sus simulacros. Un trazado que permita la acción organizada y concertada de sus ciudadanos, quienes vivan la poesía como un anhelo de dignidad y crecimiento espiritual o intelectual». Aunque se puedan matizar muchas de las cuestiones planteadas en este ensayo, que se puede por diferir de lo expresado aquí, Contra los influencers, es un ensayo digno de ser leído precisamente por crear ese diálogo necesario entre las diferentes formas de entender el hecho poético en la sociedad actual, y comprender así también hacia dónde irá en el futuro. Así, y concluyo, me quedo con estas notas finales de Rodríguez-Gaona; la primera que: «Las prioridades de la ciudad letrada del siglo XXI deben estar claras, anteponiendo como objetivos la formación de nuevos lectores asiduos y la recuperación de la confianza en el sistema en su conjunto», y la otra que, para ello, «se precisa trabajar hacia unas mayores descentralización democratización y autonomía, con especial énfasis en la formación y la socialización de nuevas promociones de lectores asiduos, evitando que sean captados, cada vez más tempranamente, por el consumo electrónico de entretenimiento».
Título: Contra los influencers
Autor: Martín Rodríguez-Gaona
Editorial: Pre-Textos (2023)