“Mi reno de peluche”: un monólogo teatral de Richard Gadd en triunfal miniserie

Horacio Otheguy Riveira.

Fantástica proeza la de vivir una experiencia a contracorriente, al margen de los estándares sociales, convertirla en monólogo intenso de una sala alternativa, y triunfar por todo lo alto.

Autor y protagonista, tienen la ocasión de dar un salto hacia nuevas formas que, de salir bien, permitiría una gran popularidad: nada menos que una miniserie en Netflix. Y así fue, bombazo internacional protagonizado por el mismo actor-autor, creador de una autoficción que seduce por su insólita manera de afrontar conflictos muy personales, neuróticos, dolientes… de los que rara vez se habla, carne de psicoterapeutas y psiquiatras que se presentan en televisión con tal energía que hace decir a quien sufre algo parecido: “Ah, no estoy solo, no estoy sola… hay más gente que como yo vive y sufre…” Y así, la voz solitaria de Richard Gadd logra una trascendencia inesperada al desnudar una experiencia de vida que circula por heridas, confusiones emocionales, sexualidad impensada —ya que, a través de la obsesión de una mujer por él, plenamente incorporado a una secreta frustración, el joven descubre, dando tumbos, una bisexualidad potente—. En el camino se enamora y desenamora de una bella transexual con la que descubre placeres inexplorados y un pánico también desconocido.

La narrativa de su historia está realizada cinematográficamente con notable audacia audiovisual, la misma con la que el intérprete alcanza cotas de autenticidad vivamente aplaudidas por público y críticos que le han otorgado premios importantes, si bien como hombre del espectáculo el mayor galardón reside en superar los 260 millones de espectadores…

 

La miré, queriendo que se riera. Queriendo que ella compartiera la broma. Pero no lo hizo. Ella se limitó a mirar. Supe entonces, en ese momento, que se lo había tomado al pie de la letra…

 

 

Esta imponente obra de monólogo retrata a un hombre llevado al límite por las acciones de un encuentro fortuito que toma un peaje en todos los aspectos de su vida. Al hacerlo, plantea preguntas importantes sobre las víctimas, el sistema de justicia, la libertad sexual y la búsqueda de uno mismo con la máxima valentía: la de avanzar viviendo a tope los conflictos que se presenten, y no evitándolos a ultranza…

Una creación conceptual con una realización e interpretación muy audaces, para lo que suelen tratar las series internacionales, en lo ideológico y lo sexual, por el modo de exhibir violaciones masculinas, así como el descubrimiento del placer en todo tipo de relaciones sexuales…

 

De un coqueteo aparente, una obsesión de gran alcance…

 

Una bella chica trans que descoloca al muchacho ya de por sí bastante descolocado…

 

 

EXTRACTO DE LA ENTREVISTA PUBLICADA en GQ el 13 DE MAYO DE 2024

GQ: Muchas productos se tildan de “confesionales” sin sincerarse realmente sobre nada, pero Mi reno de peluche es un ejercicio de desnudez incuestionable, y lo han visto hasta 260 millones de personas.

Gadd: Sí [ríe], asusta un poco. Hace tiempo que aprendí que la vergüenza no sirve para nada y yo he madurado sintiendo mucha vergüenza. La única manera de superar estas emociones negativas es afrontarlas de una vez por todas.

La serie gira en torno a tu relación con una acosadora, pero no es la típica historia de acoso.

Hay muchas buenas películas sobre acosadores. Misery y Atracción fatal, por ejemplo, son películas increíbles. Pero el error que se ha cometido —y no creo que sea un error, porque es una elección artística— es que a menudo se les da un toque sexual. Suele ser una narrativa de mujer fatal. Llega una mujer que parece muy normal, perfecta, pero poco a poco se va volviendo cada vez más extraña. El acoso puede ser resultado de una disfunción mental, una enfermedad. A mí no me pasó con nadie que pareciera calculadora o pérfida, sino con alguien vulnerable, una mujer mentalmente enferma, que no podía parar porque se creía lo que había dentro de su cabeza.

Al principio, en los títulos, aparece “Esta es una historia real”. ¿Tuviste que adaptar muchas partes?

Todo es bastante verídico. Cada vez que me notaba que estaba dulcificando algo, intentaba volver atrás. Es un ejercicio de sinceridad emocional. Por supuesto, hablamos de un medio en el que la estructura es importante y tienes que cambiar cosas para proteger a la gente…Pero me gusta pensar que, artísticamente, nunca me alejé demasiado de la verdad.

CRÉDITOS COMPLETOS EN IMDB 

 

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