Teatro en el cine de Marta Buchaca: “Solo una vez” con Ariadna Gil y Alex García
Horacio Otheguy Riveira.
Una película de 2021, al alcance en Prime Video: feliz reencuentro con el talento de Marta Buchaca, una catalana que se prodiga más en su lengua habitual, pero que cuando trabaja en castellano luce un gran dominio del lenguaje escénico y la creación de buenos personajes.
En castellano disfrutamos con varias piezas de interesantes a formidables: así con la espectacular Playoff en excelente versión de Lajoven, y también la aplaudimos cuando se terciaron dos piezas de espectro intimista, como una dramedia de ricas sugerencias, Lasers, y el singular alegato sobre la eutanasia en Rita… Ver ahora una película con guion suyo, a partir de una pieza estrenada en Catalunya resulta ser una muy grata sorpresa para quien firma este comentario.
Al principio tuve escasa confianza ante el encierro de los personajes en habitáculo de psicóloga (personaje últimamente demasiado transitado por diversas obras). Pero me atrapó pronto. Los diálogos son muy buenos, con la síntesis y dinámica imprescindible en el teatro contemporáneo que Buchaca domina tan bien que, previendo que todo sea “de manual”, es decir, previsible el matrimonio en conflicto y la terapeuta a la que él está obligado, la dramaturga los recrea. Podríamos reconocerlos como arquetipos, pero paso a paso van seduciéndonos del mismo modo en que intentan hacerlo consigo mismos, asegurando que todo el drama fue producto de un nerviosismo que “no volverá a repetirse, ya que fue un pronto…”
El buen clímax del guion es interpretado de manera muy cercana por el trío protagonista, todo lo cual lleva el pulso de una dirección muy bien optimizada hasta lograr un impactante final: impacto que incluye sorpresa, disconformidad a la primera, posterior reflexión sobre las muchas variantes que propone argumental y emocionalmente en el definitivo encuentro de los personajes con sus propios temores y compulsiones. Gente compleja que atraviesa con éxito el muro de un conflicto de malos tratos con muchos ingrediente previsibles que, sin embargo, escapan de cualquier elementalidad, y ahí el éxito de sus creadores: construir una ficción luminosa donde todo parecía visto y revisto.
Personajes huidizos que expresan mucho, al margen de lo que dicen. Una buena dosis de misterio acompaña a la psicóloga, y aunque hay un resultado drástico en otros personajes al final… también deja en el aire sugerencias y tensiones. La realización de Guillermo Ríos Bordón logra que nos olvidemos del despacho en que transcurre, pues la cámara no solo resulta ágil, sino que los actores imponen características expresivas muy atractivas.
Ambiente, luminosidad, actitudes corporales de todo el reparto, hacen que Solo una vez se convierta en una película en la que los conflictos psicológicos adquieren permanente interés de cercanía al espectador, generando una tensión permanente propia de cine negro.
Laura, una psicóloga del servicio de atención a las mujeres que sufren violencia de género, hace unas semanas que es acosada por el marido de una de sus pacientes. En esta situación, debe tratar una pareja que nunca ha puesto los pies en un centro de este tipo: Eva y Pablo. Por una serie de malentendidos él ha recibido una denuncia, pero afirma con contundencia no ser ningún maltratador.