‘La decisión ininterrumpida’, diario de un poeta y editor

ISABEL ALAMAR.

La tercera entrega de los diarios como editor y escritor de Kepa Murua es un obra muy crítica y reflexiva con el mundo de la edición. Este es uno de los aspectos más destacable del libro y en alguna página de las memorias podemos leer que el escritor no tenía en mente publicarlas y que redactaba estos apuntes diarios a lo largo de los años como un simple ejercicio de libertad, con la idea de sincerarse consigo mismo y conocer mejor su realidad. Por lo tanto, no encontraremos en todo lo dicho demasiado maquillaje ni demasiada trampa ni cartón y este será sin duda uno de los grandes aciertos del libro que más llamará la atención de los lectores y que estos más agradecerán (“En un diario, el escritor debe ir a tumba abierta”).

En este diario no solo accederemos a las opiniones de Murua como editor (sobre los libros que publicó, las ferias a las que asistió, su relación con otros autores, traductores u otros agentes de la cadena del libro), sino que nos sumergiremos en otros campos del mundo de la cultura o de la política o en asuntos más personales como pueden ser los del amor, la amistad o el de los problemas cotidianos.

En estas páginas hallaremos un amplio repertorio de recursos, tanto en los temas que acabamos de señalar como en el estilo a la hora de abordarlos. Es reseñable que predomina un estilo sencillo, directo, bastante narrativo, expresivo y confesional, en el que priman los párrafos extensos que profundizan en las situaciones vividas. Notaremos cómo Murua se mueve con soltura y fluidez por diferentes géneros como la narrativa, la poesía (“Día de lectura y de paseos. Me pregunto cuál es el verdadero color del mar. Por la mañana era azul, por la tarde verde, por la noche negro plata”), el ensayo, el cuento, los aforismos, las sentencias, lo que nos demuestra su solvencia a la hora de escribir.

Estaremos en todo momento entretenidos, atrapados en lo contado, porque este diario se centra, además, en dos años de profundas reflexiones acerca de su labor como editor, sobre los sinsabores del oficio en medio de mucha soledad (“Hay días en que no hablo con nadie”), un tiempo en el que el escritor va ganando terreno al editor porque los problemas le van minando y el lado más práctico y menos amable o engorroso de la profesión (facturas, balances, liquidaciones…) le va restando la sorpresa de descubrir nuevos talentos y le mina la osadía de publicar libros de mayor riesgo. Y es que ser editor es un oficio complejo que conlleva grandes dosis de soledad y riesgo, de ahí que Kepa Murua haya sentido la necesidad de plasmar todas esas experiencias, sentimientos y emociones acumuladas (“Se trata de conseguir pequeñas grandes cosas que estimulen la vida y el trabajo. Sólo así se alcanza la paz interior”) en estas hojas y haya conformado con todo ello, sabiéndolo o sin saberlo, un buen retrato de sí mismo, tanto a nivel personal como intelectual (a través de las palabras de los otros y de sus propias palabras: “Es lo que me recuerdan los que me quieren, que olvido rápido”).

Primero fueron Los pasos inciertos, donde nos contó cómo se hizo editor.  Luego se publicaron Los sentimientos encontrados, donde se relatan años de cambios personales. Y ahora tenemos estas memorias, La decisión ininterrumpida, que nos ofrecen un testimonio honesto y veraz de un par de años que podríamos definir como delicados, pausados, llenos de dudas y de zozobras, en los que gana terreno el escritor (“Seguiré escribiendo hasta que la muerte me llame”) frente al editor. Un tiempo que tiene su peso, pero también su luz: “Es como si lloviera a mi alrededor para que algo germinase dentro de mí”. Sin embargo, estamos de enhorabuena porque todavía falta alguna entrega más, según ha manifestado el propio autor, en la que se seguirá ahondando y explicando su trayectoria como editor de Bassarai o su vida de escritor, con lo cual está claro que aún le queda mucho por decir. De momento nos conformaremos con lo que ya ha dicho en estas memorias.