La Apolo baila al ritmo de Carlos Sadness
Por David Farré
Sombrero de cowboy, música alegre y melena al viento.
Siempre sentí una especial atracción por aquella canción que mis padres escuchaban hace años en su antiguo tocadiscos a la luz de las velas, “Hale Bopp”. El autor, un hombre de pelo largo con sombrero de cowboy y gafas de sol. Y sí, hoy lo vería en directo por primera vez.
La bonita y siempre especial Sala Apolo de Barcelona era el lugar en el que vería la luz su nuevo álbum “Realismo mágico”, dentro del cartel del Guitar BCN.
Por suerte fui de los primeros en llegar y el sold-out que colgó el concierto no me obligó a verlo desde las útlimas filas.
Había leído que para Carlos era muy especial presentar su nuevo disco en la que es su ciudad, en una de sus salas de referencia, poder comentar con el público los nuevos temas, desgranarlos de forma distinta, un poco a lo acústico.
Conecta con el público con extrema facilidad, tanto a sus fieles seguidores como a aquellos que hacen el siempre papel de acompañantes y que de repente se encuentran sumergidos en una atmosfera que no terminan de entender, pero en la que no tardan en entrar.
Pinceladas de su nuevo trabajo se alternan con esos temas que todo el mundo se atreve a cantar y a bailar. Suenan hits como “Ahorita”, “Aloha”, “Días impares”, “Que electricidad”, Semitransparente”, “Perreo bonito”, mezclados con temas nuevos como “Feliz Feliz”, “Big Bang”, “Vibramos” …
La banda sigue apostando con esos ritmos dulces y bailables, ritmos que enganchan y como no, con ese aire de melodías tropicales que le han llevado a hacerse un nombre en países como Méjico.
Ir a un concierto de Carlos Sadness es ir a bailar, a reir y dejarse ir. Ver las sonrisas de la gente y un buenrollismo que dan ganas de más.
Me quedo con una estrofa de una de sus nuevas canciones …
Y no fue siempre así, déjame que disfrute
Y presuma de ser feliz feliz
Y no fue siempre así, déjame que disfrute
Y presuma de ser feliz feliz