ESPAÑA EN SORDINA

EL CAMAROTE DE UN CAPITÁN EN MADRID

 

 

Madrid está lejos del mar pero vive el mar. En el Museo Naval hay una colección fascinante de mapas, documentos y maquetas de barcos famosos. Y una vez me quedé fascinado ante este camarote de un capitán.

Con su mesa elegante para reunirse, con sus escaleras y sus libros en las estanterías elegantes. Un espacio para oficiales estirados pero también para sus lecturas. Y en pensé en la seriedad de los oficiales pero también en su intimidad y en sus sueños. Y en sus momentos para soltarse en la soledad. O para hablar con cierto desenfado con los compañeros.

Pensé que España fue un país de barcos. Barcos que llevaban el dominio por el mundo, pero también leyes europeas y conceptos de derechos humanos. Como las defensas apasionadas de los indios de Bartolomé de las Casas  o los textos ponderados sobre sus derechos del Padre Victoria.

Y llevaban leyes y procedimientos de contenido humano. Porque digan lo que quieran los indígenas conocían la esclavitud. Y se masacraban unos a otros y se vendían. Y se arrancaban las entrañas en vivo.

Esos barcos llevaban la dominación pero también sus personas. Y esas personas de España fueron las que después declararon la independencia. Y ellos mismos machacaban a los indígenas mientras los reivindicaban retóricamente contra España.

Y llevaban los trenes y los libros.  Llevaban la intolerancia, pero también los libros contra la intolerancia.

Y los medio españoles fueron los que después se sublevaron contra los españoles de España. Utilizando con retórica a los indígenas mientras los machacaban más que nunca.  Y aún los machacan ahora en muchos casos.  Pero la retórica sirve para todo.

En todo caso en esos barcos iba mucha vida. E iba mucha España. E infinidad de historias que no caben en los libros de Historia. Son rincones olvidados de España, son España en sordina.

 

ANTONIO COSTA GÓMEZ

FOTO: CONSUELO DE ARCO