Pablo Huetos, «Homo Ausente»: eterno adolescente en su peor crisis
Horacio Otheguy Riveira.
Ocho hombres y dos mujeres (texto y movimiento) son los responsables de esta catarsis masculina en el ser o no ser de un hombre que ha de luchar contra el machismo imperante en el abuelo, la comprensión del padre, la sumisión de la abuela, la rompedora libertad de su esposa, la atención a su hijo pequeño… y sus propios deseos yuxtapuestos del vaivén de la masculinidad, batiéndose en los mandatos sociales, el extremismo feminista… y todo con ecos ochenteros del tan blando deseado por tantas, Julio Iglesias, mientras el guapísimo de Patrick Swayze se atrevía a moverse con gestos femeninos para seducir a su chica en Dirty Dancing…
Perdido, avanza a caballo de algunos brotes infantiles, acelera a lomos de la febril adolescencia (lo que más), y no despega nunca del todo porque las responsabilidades propias de la edad adulta sumergen al amante padre de familia en un ser que lucha contra demasiados demonios al mismo tiempo.
A manera de monólogo con mucha acción, Pablo Huetos es él mismo y su personaje, arropado por una técnica actoral que le permite enfocar conflictos psicosociales como si estuvieran ocurriendo en el mismo momento de la representación, generando en los espectadores corrientes de simpatía, ansiedad y diversión, ya que una amplia gama de registros se ponen en escena como en un gran asador donde todo es posible en un sálvese quien pueda apuntalado con toques de censura femeninos, esgrimidos por el responsable de música y espacio sonoro, en timbrazos que —como en la antigua TVE ocurría con los tacos— señalan lo impropio de determinados juicios de valores considerados machistas…
Una de las escenas más intensas ocurre cuando recuerda una escena familiar en la que el abuelo reprocha agresivamente a su esposa el plato de lentejas, arrojándolo contra la pared, dejando un reguero de legumbres por el salón, ante la inmovilidad de hijo y nietos y la sumisión de la abuela recogiendo y limpiando silenciosamente, bajo el espeso silencio de todos. No está demás aclarar que ninguno se levantó a ayudar a la mujer a resolver el estropicio. Un relato que conmociona porque es la clave en cualquier análisis de las inseguridades y confusiones del Homo Ausente, dentro de un espectáculo muy logrado, revelador a su vez de una técnica teatral que aúna muchos recursos conocidos con otros cinematográficos (a lo Woody Allen cuando en medio de una escena se dirige al público; versión libre de lo que en tiempos de Shakespeare y Lope de Vega, por ejemplo, se llamaba «aparte») o latente improvisación, dependiendo de las respuestas momentáneas del patio de butacas.
Interpretación: Pablo Huetos
Música y Espacio sonoro en directo: José Pablo Polo / Fernando López-Andújar
Dirección escénica: Íñigo Rodríguez-Claro
Texto y dramaturgia: Laura Rubio Galletero
Ayudante de dirección: José Juan Rodríguez
Escenografía y vestuario: Alessio Meloni (AAPEE)
Ayudante escenografía y vestuario: Juanjo González Ferrero (AAPEE)
Realización escenografía: La caverna del Érebo (Óscar Muñoz)
Agradecimientos escenografía: Javier Ribera
Iluminación: Sergio Torres (AAI)
Asesoría de movimiento: Iris Muñoz
Foto & diseño: Javier Naval
Producción y distribución: Pablo Huetos
FECHAS: Del 14 al 30 de marzo de 2024 | HORARIO: De jueves a sábado a las 20h30 | GÉNERO: Teatro | EDAD RECOMENDADA: A partir de 16 años | DURACIÓN: 80min | PRECIO: 14€.