Entrevista a Alejandro Sotodosos y Léna Chapdelaine, autores de ‘Diario de una vuelta al mundo en 386 días’
PILAR MARTÍNEZ MANZANARES.
«Dejarlo casi todo es soltar todo aquello que nos ata a lo que somos. Es conducir a doscientos kilómetros por hora en dirección contraria. Es saltar por la borda sin chaleco salvavidas. Es apretar el gatillo de la ruleta rusa de una vida (…)»
Este extracto que has leído es solo el principio de una serie de 62 cartas que hemos enviado a lo largo de nuestra vuelta al mundo, además de material inédito adicional (presupuesto detallado del viaje, nuestro ranking de países favoritos, consejos para ahorrar y lugares que nos han marcado para siempre). En este libro podrás no solo leer y vivir nuestra experiencia, sino también encontrarás fotografías únicas de todos los rincones del planeta. 386 días, 21 países, 5 continentes. Selvas, volcanes, glaciares, desiertos. Pingüinos, leones, tiburones, tortugas. Culturas y religiones. Personas inolvidables. Todo eso es lo que encontrarás en Diario de una vuelta al mundo en 386 días.
- ¿Por qué decidisteis escribir este libro?
Para inmortalizar este viaje. Tenemos miles de fotos y recuerdos, pero queríamos hacerlos “realidad”. Y por realidad, decimos papel. Queríamos poder tener algo físico que resumiese esta aventura, y también un regalo para todos aquellos que nos han acompañado en el viaje, sea el tiempo y que sea y a través del canal que haya sido. Al final, es un homenaje a viajar, a arriesgarse y a vivir.
- ¿Qué va a encontrar el lector en él?
Más de 300 páginas con la recopilación de 61 cartas enviadas cada domingo durante el viaje, así como decenas de imágenes increíbles que las acompañan. También encontrarán consejos para ahorrar durante el viaje, un ranking de nuestros países favoritos y un presupuesto detallado con los gastos que hemos tenido por categorías.
- ¿Cuál es vuestra parte favorita del libro? ¿Por qué?
Es difícil… pero quizá la parte final, “Rincones con alma”, donde destacamos personas y experiencias que no olvidaremos jamás: ayudar a liberar tortugas marinas, recolectar café, dar clases de inglés a niños…Creo que esto es lo que realmente hace de un viaje algo diferente.
- ¿Contentos con la respuesta de vuestros seguidores con respecto al libro?
La verdad es que sí. Yo diría, más que contentos, siempre agradecidos. No somos conscientes de todo el cariño que recibimos, es increíble.
- ¿Cuánto material habéis tenido que dejar en un cajón y cuánto habéis podido incluir en este libro?
Por lo que a textos se refiere, no mucho. Hemos tenido que adaptar, actualizar y retocar, pero hemos podido añadir casi todo. En cuanto a imágenes, ahí hemos tenido algo más de problema: teníamos miles de fotografías y la selección ha sido dura, muy difícil…
- ¿A quién va dirigido este libro?
A personas que les gusta viajar en el sentido más amplio de la palabra: viajar por el placer de conocer, de recorrer, de vibrar, de imaginar y de sentir que el mundo es increíblemente inmenso y que es un lujo y un placer poder recorrerlo, aunque sea un ratito. También para aquellos que quisieran viajar más y no pueden, este libro les puede servir para asomarse a otros lugares y rincones.
- ¿Qué ha sido lo más complicado y lo más bonito de esta vuelta al mundo?
Lo más complicado, quizá el gestionar el día a día en la improvisación: dónde comer, dónde dormir, qué visitar, tener cuidado de esto o de aquello. Lo más bonito: las personas y sus historias y algunos paisajes que no sabes cómo definir.
- ¿País que más os ha sorprendido? ¿Por qué?
Namibia. Uno espera safaris y tours guiados, y se encuentra la naturaleza en todo su esplendor,
carreteras infinitas, dunas inmensas, atardeceres y amaneceres que te dejan sin palabras y una historia fascinante sin apenas turistas.
- ¿Cómo ha sido esa vuelta a la rutina tras el final de esta aventura?
La verdad, un poco complicada. Regresar después de vivir tanto en tan poco tiempo y volver, sabiendo que uno ya no es el mismo que se fue, es complicado. Hay que aterrizar, aterrizarse y volver a integrarse. Y el tiempo, que hasta que recuperemos nuestra rutina, pasa lento.
- ¿En algún momento durante el viaje os planteasteis abandonar?
No, tenemos que reconocer que hemos tenido suerte, no hemos tenido ninguna experiencia grave o traumática y en general siempre hemos tenido ganas de seguir. Al final del viaje, nos costaba un poquito más recuperarnos, sobre todo a nivel mental, pero lo hemos llevado bastante bien, en mi opinión.
- ¿Cómo habéis vivido este viaje en relación a la gente que seguía vuestros pasos desde casa?
Con nostalgia al sentirnos, en muchas ocasiones, muy lejos, pero a la vez con la sensación de llevarlos con nosotros. La tecnología y las redes sociales hacen que todo sea un poquito más fácil en este sentido. Una llamada, un botón y… ves al otro lado de la pantalla a aquellos a quienes quieres. Esto es una verdadera suerte.
- ¿Hay algo que cambiaríais de vuestro viaje?
A priori diría que nada. Si me paro a pensarlo detenidamente, quizá puede que hubiésemos alargado la estancia en América del Sur (nuestro continente preferido del viaje) y haber reducido un poquito Asia (no podía más de comer tanto arroz y tantos noodles). Pero en líneas generales, satisfechos y contentos con lo que hemos hecho y cómo lo hemos hecho. Hemos conseguido sacar siempre algo positivo de todas las situaciones y lugares.
- Para terminar, ¿Os planteáis de cara a un futuro realizar una aventura parecida o de otras características?
Cuando íbamos a comenzar esta aventura, nos decíamos y decíamos a todo el mundo que era “una vez en la vida” o “el viaje de una vida”. Ahora que lo pensamos, después de haber vuelto, uno dice… ¿por qué no quizá en unos años, en un tiempo? Pero de nada sirve anticipar, la vida tiene sus propios planes para nosotros…
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