«Gloria», novela de NoViolet Bulawayo: una tiranía de 40 años al descubierto a través de animales
Horacio Otheguy Riveira.
Una novela intensa, de largo recorrido, escrita a manera de guion cinematográfico, con letras mayúsculas entre situación y situación, siempre ligada su trama principal a un peculiar animalario donde el humor y la ternura de las bestias no rehúye el salvajismo propio de la especie unido a los sangrantes dramas que genera una feroz dictadura en un ambiente lúdico festivo para miles de turistas…
Cuando cae el Viejo Caballo, líder perpetuo del país ficticio de Jidada, el caos reina en esta bulliciosa nación de animales, que ahora se encuentra en el camino hacia la verdadera liberación. En el centro de este tumulto está Destino, una cabra joven que regresa a Jidada para dar testimonio de la revolución y así contar la historia no oficial y el legado de las hembras que silenciosamente han movido los hilos. El reino animal, su conexión con nuestra manera de actuar y su resonancia en la mitología, los cuentos populares y los cuentos de hadas desenmascaran el surrealismo de la política global contemporánea para ayudarnos a comprender nuestro mundo con mayor claridad.
Inspirada en Robert G. Mugabe, que fue presidente de Zimbabue durante casi cuatro décadas, y su inesperada caída tras el golpe de estado en noviembre de 2017, Gloria muestra la implosión de un país, narrada por un coro de voces animales que revelan la crueldad que requiere mantener la ilusión del poder absoluto, y la imaginación y el optimismo a prueba de balas necesarios para acabar con el. Una reinvención de Rebelión en la granja, de George Orwell; un estallido de energía, y una emoción por demás singular.
Extracto de la entrevista publicada en efeminista, de septiembre 2023
«Gloria», la historia de una nación
Pregunta (P).- ¿Puede explicarnos cómo surgió la idea de escribir «Gloria» y cómo la sátira de «Rebelión en la granja» influyó en su enfoque para abordar la política en Zimbabue?
Respuesta (R).- «Gloria» surgió a raíz de los eventos en Zimbabue en 2017, la caída del líder que había estado en el poder durante casi cuatro décadas, Robert Mugabe. Una mañana de noviembre me desperté con la noticia de su destitución y, dado que era algo inimaginable e improbable, supe de inmediato que había una historia que contar. Los zimbabuenses estaban conmocionados y expresaban su opinión en todas las plataformas, ya fuera WhatsApp, Twitter o cualquier otra. Así que volé a casa para ser parte de ese momento, por así decirlo, y durante los siguientes tres años y medio escribí esta obra que comenzó como una respuesta a la caída de Mugabe, pero se volvió algo más amplio, convirtiéndose en la historia de una nación, esencialmente con un interés en las voces de personas que de otro modo quedarían fuera del drama político.
George Orwell entra en la historia como un texto que existía en la imaginación de Zimbabue. Una generación de nosotros lo estudió en la escuela secundaria y nos encontramos usándolo en 2018 para hablar de la situación actual, lo que realmente habla del poder perdurable del arte. Son historias universales que pueden haber sido escritas para un lugar, pero que se vuelven relevantes para otro.
«Las mujeres son parte del camino hacia adelante»
P.- Además de Robert G. Mugabe, también hay personajes como Destiny, quien regresa al país y asume la responsabilidad de contar esta historia no oficial. En ese sentido, ¿cómo ha abordado la representación del papel de las mujeres en Zimbabue y cuál fue su contribución a la caída de Mugabe?
R.- Las mujeres y la gente común no contribuyeron mucho a la caída de Mugabe, ya que fue un golpe militar y la gente simplemente se encontró apoyándolo, ya que habían intentado todas las formas posibles de deshacerse de Mugabe y fracasaron. La mayoría de las personas simplemente dieron la bienvenida a la transición.
En cuanto al papel de las mujeres en «Gloria», son resistentes que contribuyeron al desarrollo de Zimbabue. Las Hermanas de los Desaparecidos son las guardianas de la memoria y no permiten que se silencie la historia de las desapariciones que ocurrieron durante el reinado de Mugabe. Además, Destiny y su madre, a pesar de sus experiencias traumáticas en Zimbabue, llegan a un punto en el que deciden enfrentar su pasado para avanzar y abrir un camino no solo para ellas, sino para todos los demás, y se abre la puerta para que toda la comunidad comparta sus historias.
Las mujeres son realmente parte del camino hacia adelante, tanto en la resistencia como en la liberación, y para mí, esta historia era importante porque, por más que hay violencia patriarcal en nuestra historia, las mujeres están haciendo un trabajo importante y sus contribuciones y relatos no deben ser olvidados.
Contar las historias silenciadas
P.- Explora varios eventos en el libro, como la descripción de la violencia del Gukurahundi. En lugar de crear distancia narrativa, la novela transmite ataques específicos y brutales. ¿Por qué?
R.- La decisión surgió del conocimiento de que es una historia real que ocurrió y que debe ser contada, una historia que no ha recibido la justicia que merece. Considero que mi trabajo es una intervención en la narrativa oficial. Quiero decir que la historia del horror de Gukurahundi no es una historia en la que el gobierno esté interesado o esté dispuesto a abordar. Recuerdo, por ejemplo, que cuando estaba escribiendo «Gloria», hubo incidentes en los que se vandalizaron los monumentos que honraban a las víctimas, lo cual fue un intento de silenciar la historia oficial. No solo fue doloroso para las víctimas, sino que también fue un intento de silenciar la historia oficial. Veo mi trabajo como un lugar donde esas historias que son silenciadas o que la gente no quiere escuchar puedan ser contadas.
El sueño frustrado de las independencias africanas
P.- A lo largo del texto hay una reflexión constante sobre la independencia que los países africanos obtuvieron después del colonialismo y cómo todavía esa libertad bajo la amenazada del neocolonialismo. ¿De qué manera espera que el libro fomente la reflexión o el debate sobre esto?
R.- Veo un libro como una conversación, la mitad de una conversación. Yo he hecho mi parte, así que creo que es responsabilidad del lector recogerlo y hacer su parte al hablar, no necesariamente conmigo, sino entre ellos y en sus comunidades. Pero sí, la cuestión del sueño frustrado de las independencias africanas es parte fundamental de por qué existe «Gloria». Estoy realmente interesada en todas esas historias que nos ayuden a reflexionar y a registrar nuestras historias, nuestra presencia y posibles futuros.
[…] ENTRA EL PADRE DE LA NACIÓN: EL GOBERNANTE CUYO MANDATO ES MÁS LARGO QUE LAS SIETE VIDAS SEGUIDAS DE CIEN GATOS. Y TAMBIÉN EL LÍDER DE MÁS PROLONGADO SERVICIO EN EL CARGO, EN UN CONTINENTE DE LÍDERES DE PROLONGADO SERVICIO, Y NO SOLO EN EL CONTINENTE, SINO EN TODO EL MUNDO ENTERO.
El vehículo de Su Excelencia se abría paso ya entre el gentío con la lentitud de un coche fúnebre, y los animales se desvivían y brincaban como ranas borrachas por vislumbrar un instante al legendario Padre de la Nación. Llegados a este punto, el sol, al ver llegar al líder elegido por designio del mismísimo Dios para gobernar y gobernar y seguir gobernando, un líder que a su vez había ordenado por designio al mismísimo sol encabezar su equipo de animadores, respiró bien hondo y resplandeció a conciencia. Un selecto grupo de dignatarios —todos machos, la mayoría viejos— acompañaba a Su Excelencia sobre sus patas traseras. Acompañando a estos dignatarios acompañante, iban varios líderes defensores engalanados con uniforme militar, coloridos cordones bordados ceñidos a la cintura, boinas bien caladas, relucientes constelaciones de medallas resplandeciendo en sólidos pechos, insignias estrelladas rebotando en los hombros, guantes blancos en patas delanteras. Eran los generales, tholukuthi la auténtica base del gobierno de Su Excelencia. Por toda la plaza, los animales sacaban los móviles y artilugios para obtener fotografías y vídeos del desfile del poder…».