Niña Polaca
Por: David Farré /
Como todos los días, escuchaba Radio 3, ese sitio al que recurro para conocer las novedades del panorama indie español. De repente, una melodía me cautivó y unas frases que quedaron grabadas en mi memoria: “coge el coche, yo tu mano, que no hay sitio tan lejano para huir”, “dan más miedo las mentiras si me coges de la mano y en francés subtitulado, vuelves a pedir perdón”; como en la emisora dicen, la música no es para entenderla, es para disfrutarla y eso hice. Mi aplicación de referencia me hizo descubrir que el grupo, era Niña Polaca.
Corrí a compartir la canción que me había atrapado con ella, la que me acompaña a todos los conciertos, quería que la escuchara. Corrí a google en búsqueda de los conciertos de la banda cerca de Barcelona y sí, los vería en la Salamandra, Let’s Festival los había incluido en su cartel para este año. Durante semanas estuve escuchando sus dos álbumes, el publicado en 2020 “De la línea diez al sol” y el que era el motivo de su gira de salas “Que adoren tus huesos”.
Llegó el día. La Salamandra rozando el sold out. Público heterogéneo, es lo que mola de los conciertos, ver un poco de todo, ver que la música atrapa sin importar las edades. Pocos minutos pasaban de las 21.30 cuando Surma y los suyos empezaron a presentar un setlist de lujo con 21 temazos que gracias al super sonido de la sala hicieron las delicias de los que allí estábamos.
“Travieso”, “Master en imbécil”, “Ivona”, “Madrid sin ti”, “Nora”, “La muerte de Mufasa”, la preciosa “San Francisco el Grande” que cantaron junto a sus buenos amigos los Ginestà y como no la canción que tiene todas las papeletas de convertirse en uno de los himnos de la banda madrileña-alicantina, “Los días malos”. Como no y entre ellas, “Te vi en el concierto”. Esta vez, a ella no la ví en el concierto, como dice la canción, las cosas importantes están a 3 horas y media de aquí.
Niña Polaca, una banda que a pesar de su poco recorrido iniciado en 2018 y con dos álbumes a sus espaldas, tiene todas las papeletas de convertirse en un grupo a seguir girando por las salas del país y formar cartel en los mejores festivales. Su conexión con el público es muy especial, su sonido, ese pop más típico de los años 80, fuerte, único, de guitarra y bajo underground, la voz inconfundible de Surma…
En la Salamandra, bajo la bandera del Let’s Festival bailes, muchos pogos, lágrimas y miradas cómplices al son de unos hits que atrapan a los más jóvenes pero también a los más curtidos, aquellos que un peine para ellos ya no tiene demasiado sentido.
Edición @elizabethslvtrr