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Entrevista a María Ángeles Saavedra, autora de ‘Desde que nos encontramos’

LAURA MAS.

  • Desde que nos encontramos es un poemario que destila luz y madurez. ¿En qué momento sentiste la necesidad de escribirle a tu amor y cómo ha sido el proceso de escritura de la obra desde los primeros versos hasta, finalmente, su publicación?

Muchísimas gracias por el cumplido Laura. Me considero una persona con mucho amor, ya desde que era muy pequeña era consciente de que quería mejorar la vida de los demás, de mi familia, mis compañeros del colegio… antes incluso de ser consciente de que tenía que mejorar la mía propia pues era muy pequeña, pero mis padres, sobre todo mi madre, que es la persona con la que pasaba más tiempo, me inculcó valores muy altruistas y generosos y son los que han quedado arraigados en mi esencia.

Mi amor ahora está en mi corazón, amo a mi marido con mucho agradecimiento y pasión pero tengo más corazón para querer a muchas más personas en el mundo, incluso a aquellas que ni siquiera conozco y que son más vulnerables como los niños en países en guerra y todas aquellas personas que padecen la pobreza. Pero sí es verdad que en este poemario he dedicado muchos de mis versos a personas de mi entorno que me han inspirado y que me dan más de un motivo para vivir cada día con una sonrisa.

El proceso de escritura del poemario abarca desde que conocí a mi marido, hace casi cinco años, hasta el día en el que me decidí a publicarlo. Desde ese momento crucial experimenté un proceso increíble de sanación sentimental y emocional que considero se ve reflejado en muchos de los poemas. Siempre digo que empecé a vivir cuando lo conocí a él, mi vida cambió por completo, pasé de ser una persona bastante triste y melancólica a convertirme en alguien con más confianza en sí misma y con ningún miedo de expresar sus sentimientos.

En ‘Desde que nos encontramos’ hay poemas inspirados en todas las personas que me han hecho sentir que la vida guarda un sentido profundo y a la vez, cuando no tengo esa sensación, la experimento en mi creencia en el Dios de amor que para mí lo veo reflejado en la persona de Jesucristo.

  • Al inicio del libro afirmas: «Es necesario ser herida de muerte para ser renacida de goce». ¿Crees que no habrías encontrado a tu amor verdadero de no haber pisado los infiernos?

Sinceramente creo que no lo habría encontrado si no hubiera tenido que pasar por mi propio infierno en Tierra antes. Como dicen unos de mis versos en uno de los poemas que contiene el libro: “Si no hubiera sentido todo el dolor / antes de conocerte / estaría ciega y seguiría ciega, / vagando por un confuso mundo / que camina sin saber a dónde”. Muchas veces veo en otras personas que tienden a aferrarse a amores ‘tóxicos’, a personas que no las merecen, que no las tratan como debieran o que no les dan la importancia suficiente, o mismamente hay muchas relaciones en las que la pareja no se sabe llevar porque para amar es necesaria muchísima generosidad y pensar en el bien de los dos, no sólo en el de uno mismo, y ante todo, muchísimo respeto y paciencia por parte de ambos. Cuando conocí a mi marido, en la primera cita, no quería tener nada con él porque me dijo que nunca antes se había enamorado y por lo que deduje de mi conversación con él, me pareció tan buena persona que sentí miedo de hacerle daño. Fíjate que ya desde el principio pensaba en la felicidad de los dos y en no dañarnos. Luego en la segunda cita no pude evitar querer conocerle mejor. Fue un amor progresivo, de poco a poco y muy sano que sigue vivo hasta día de hoy.

Sin embargo, creo que el amor verdadero también reside dentro de una misma, me amo mucho y por eso soy capaz de amar a los demás y conseguir que las demás personas también me quieran en cierto modo (no todas claro, como nos pasa a todos). Creo que ese amor en el que todos queremos creer es algo superior a nosotros, yo lo concibo como el amor de Dios, que tenía un plan para con cada persona en esta Tierra antes incluso de nacer, de nosotros depende tener fe en la bondad profunda del ser humano.

  • ¿Cómo describirías la evolución que has experimentado a nivel personal y como autora desde la escritura de tu primer poemario, Permíteme inmortalizarte, a este que publicas ahora?

Permíteme Inmortalizarte me ha hecho llorar y emocionarme muchas veces, por la profundidad de esos versos y el dolor que experimenté al escribir muchos de los poemas que hay en él. Es un libro en el que quería inmortalizar a la persona que considero mi primer amor y a todas las personas que me fui encontrando en el camino de la vida que también me hicieron llegar a sentir. Tal vez exteriormente pareciera que he tenido una vida fácil, pero realmente no ha sido así para nada, he sufrido muchísimo y he querido ‘salvar’ a personas que me han hecho muchísimo daño, entonces cuando me leo a veces, lloro porque siento mi propio amor, que a día de hoy no guarda ningún tipo de rencor hacia nadie. Deseo el bien a todas las personas que se han cruzado por mi vida, el bien profundo y real, no el de cara a la galería. Ese sentimiento sólo podía llegar a él a través del perdón.

En Permíteme Inmortalizarte hay mucho dolor de fondo pero termina esperanzadoramente, en Desde que nos encontramos hay muchísimo más optimismo y amor más maduro y real. La poesía no siempre es triste, la poesía nos salva de hacer cosas terribles porque cuando escribes, vuelcas tus sentimientos, los malos y los buenos, y eso nos puede salvar incluso hasta de un suicidio, de una enfermedad, de la agresividad hacia los demás, de hacer cosas que nadie desea realmente hacer en su vida ni en la vida de los otros. Nuestro corazón está hecho de amor, aunque a veces hay personas que cometen actos de maldad precisamente porque no saben gestionar sus emociones.

  • Muchos poetas, especialmente los más jóvenes, utilizan sus redes sociales como plataforma para compartir algunos de sus poemas. ¿Te has planteado utilizar tu perfil de Instagram, @maria_angeles_aisha, para dar a conocer tus versos?

Comparto por Instagram algunos poemas que no están en mis dos poemarios o textos en prosa poética, reflexiones, pensamientos filosóficos, guiños a mis seguidores y demás contenido relacionado siempre con mi creatividad. Me gusta mucho el formato y la posibilidad que tiene Instagram para compartir contenido.

  • Lanzaste tu primer poemario en plena pandemia. ¿Cómo estás viviendo la promoción de Desde que nos encontramos ahora que hemos vuelto a la normalidad? ¿Has podido conocer en persona a algunos de tus lectores y lectoras?

Sí, Permíteme Inmortalizarte salió por primera vez a la luz en plena pandemia y su acogida superó mis expectativas. Para todos aquellos que quisieron que les enviara el libro dedicado, les regalé un poema personalizado, fue muy bonito pensar en cada lector y expresarles en verso lo que cada uno significa para mí. En la segunda edición del poemario decidí cambiarle su cubierta, de la mano de una gran ilustradora, Virginia González. Su trabajo fue impecable y por ello le estaré eternamente agradecida.

He tenido la suerte de conocer en persona a varios de mis lectores, con algunos de ellos he creado un lazo de amistad muy bonito. Ójala supieran siempre que ellos también están en mis libros: en mis novelas, en mis poesías, en mi pensamiento y corazón.

  • Además de poeta, eres novelista. Publicaste tu primera novela, Dámaris, con treinta años. ¿Ves también una evolución en tu pluma comparándola con tu novela más reciente, Nuestro amor, publicada en 2021?

Publiqué mi primer libro Dámaris con 30 años. Lo publiqué con la Editorial Eride y recuerdo que no fue en un momento muy bonito de mi vida, diría. El único abuelo que he tenido la oportunidad de conocer en vida estaba muriéndose, en Filipinas. Junto con mis padres y mis ahorros decidí firmar el contrato de coedición y pagar los gastos de edición junto con la editorial. Fue mi primer libro y no lo publiqué en un momento bonito de mi vida pero necesitaba sacarlo a la luz porque esa novela me ayudó a mirar hacia delante. Dámaris es una historia bellísima pero también muy dura, cada vez que la releo me pongo a llorar porque sé el amor que hay tras esa historia.

Nuestro Amor fue el tercer libro que publiqué pero la primera historia que escribí. La terminé de escribir a los 22 años en una habitación de un pisito de Burgos, ciudad en la que estaba haciendo prácticas como periodista para el periódico El Mundo. Recuerdo el momento en el que estaba escribiendo el final de la novela, a los 10 minutos después de terminar de escribirla vino la ambulancia a casa y me llevaron al hospital, alertados por la llamada teléfonica del que era mi mejor amigo. Mis compañeros de piso me apoyaron en ese momento con su acompañamiento. Mis padres, muy nerviosos cogieron el coche desde Madrid para irme a buscar y llevarme de vuelta a Madrid. Yo esos momentos los viví muy de película, la verdad, pero supongo que para mis seres queridos no fue nada fácil.

  • ¿Cómo compaginas la escritura con tu labor como reseñista y colaboradora en medios culturales?

He trabajado como secretaria, comercial, periodista, maquetadora, diseñadora gráfica, camarera de piso, teleoperadora y community manager. En ese orden. Aparte de leer y escribir hay una mujer que lucha por su vida y por sus sueños y que intenta compaginar su gran pasión por la creatividad con el mundo en sí. Siempre que he buscado algo, algo he encontrado y animo a todos los jóvenes a que le echen valor a la vida y a que luchen por ellos mismos. Con esfuerzo y amor se pueden llegar a conseguir cosas muy bonitas de la vida, pero hay que ponerle esfuerzo y dedicación.

  • Publicaste tu primera novela cuatro años antes que tu primer poemario. ¿Qué te llevó a cambiar de género literario y a querer incursionar en la poesía?

Realmente creo que lo primero que empecé a escribir en serio, con unos 15 años, fue poesía. En el instituto estábamos estudiando al poeta romanticista Gustavo Adolfo Bécquer y me encantaba analizar sus poemas, hasta que en ese momento experimenté por ver primera un enamoramiento (inmaduro e imposible, todo hay que decirlo) y empecé a escribir mis primeros poemas en mi casa. Por aquel entonces mis padres trabajaban los dos y pasaba mucho tiempo a solas, no me resultaba fácil vivir mi vida de adolescente, aún más sabiendo que estaba empezando el bachillerato y que quería sacar buenas notas para poder estudiar periodismo. Fue una época muy complicada para mí, la adolescencia muchas veces no es un trago fácil, y la poesía me ayudó a canalizar esa necesidad de querer y ser querida.

  • ¿Cuáles son tus novelistas y poetas favoritos? ¿Sueles leer a clásicos o te decantas más por autoras y autores contemporáneos?

Mis poetas clásicos favoritos son Gustavo Adolfo Bécquer y Antonio Machado. Mi novelista favorito, Ken Follet. Leo un poco de todo, desde clásicos hasta autores de renombre contemporáneos o incluso autores nuevos no muy conocidos. Ahora estoy leyendo libros de arte, ya que recientemente me he aventurado a estudiar historia del arte.

  • Todos tus libros son muy emocionales. ¿Nos puedes adelantar si tienes algún nuevo proyecto literario entre manos y, de ser así, de qué se trata?

Tengo una novela muy importante entre manos. Sí es verdad que me está costando muchísimo escribirla porque no es una historia fácil de contar, pero sí muy digna de ser contada. Además sigo escribiendo nuevas poesías.

Gracias Laura Mas por esta gran entrevista y a todos los lectores que la habéis leído. Espero haberos inspirado con esta pequeña parcela de confidencias que he sacado de mí. Si queréis encontrarme, mi cuenta de Instagram es @maria_angeles_aisha.

¡Un fuerte abrazo!

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