“Fellow Travelers”: Apunta, dispara,……y falla. Una pena.
Por Gerardo Gonzalo.
A finales de este pasado 2023, se estrenó por Movistar Plus, la ficción de Sky Showtime Compañeros de ruta (Fellow Travelers). Una miniserie de 8 episodios, que relata el romance durante décadas de dos hombres que se conocen en el Washington de los años 50, Hawkins Fuller y Tim Laughlin, cuya relación va en paralelo con el contexto social y la historia de EEUU hasta los años 80. Un relato que comienza en la era de la caza de brujas del maccarthismo, para continuar con la guerra de Vietnam, los años 70, el surgimiento del movimiento gay, la muerte de Harvey Milk y que concluye en la terrible crisis del SIDA de los 80. En resumen, una ficción que pretende entrelazar la historia de amor entre dos hombres, con el contexto que les tocó vivir.
Contado así, pocos planteamientos he visto últimamente tan estimulantes y atractivos como este. Me parece que su premisa y su voluntad, son de una ambición sobresaliente y los mimbres con que cuenta la historia, podrían convertir a esta ficción en una de las mejores de los últimos tiempos… pero no es el caso.
La serie tiene algo de oportunidad perdida, ya que no consigue, apenas, transmitir todo lo que su potencial nos dice que lleva dentro. A pesar de situarnos en una época tan apasionante y terrible como la del senador McCarthy, la serie describe lo que sucedió, lo muestra, pero es incapaz de transmitir la sensación de miedo, de terror y de amenaza constante, para un colectivo como el homosexual. Lo mismo se puede decir de la Guerra de Vietnam, de la época hedonista de los 70 o de la conmoción por el asesinato de Harvey Milk, para elevarse mínimamante cuando llega el SIDA. Todo se nos muestra, pero apenas nada nos transmite. Ni el terror, ni la indignación, ni la tensión, ni el miedo, calan en un espectador que ve transcurrir el paso del tiempo en una relación, pero que apenas se siente sacudido por los acontecimientos.
Junto a esta trama de contexto histórico y social, estaría la más personal e íntima historia de amor entre los dos hombres. La verdad es que se trata de una relación complicada, cuyo protagonista, encarnado por un espléndido Matt Bomer, es un tipo complejo y lleno de contradicciones. Junto a él su pareja, encarnada por el actor Jonathan Bailey, menos brillante y que va a remolque, tanto en su interpretación, como en el desarrollo de su personaje, de lo que dicta Bomer. Junto a ellos, una infrautilizada Allison Williams, actriz que me encanta, pero que no parece adecuada para un papel como este y cuyo retrato además, queda muy desdibujado en un guión que, sin duda, debería haberle dado una mayor relevancia y peso dramático. Junto a estos tres actores, unos cuantos compañeros episódicos, con subtramas e interpretaciones bastante endebles.
Donde mejor acierta la serie, es al mostrar la compleja personalidad del protagonista. Por el contrario, se pierde en las motivaciones de su compañero para seguirle en la relación y desbarra definitivamente en el acercamiento a su vida matrimonial y familiar. Las heridas abiertas, los hijos, la impostura de un hombre con una doble vida… A todo eso apenas se le saca provecho y solo la última secuencia (hay que esperar 8 horas para llegar a ella) consigue conmovernos y explicar la verdadera dimensión interior del amor que sentía el protagonista.
Capítulo aparte, es que la serie gasta un tiempo abundante en una interminable sucesión de secuencias de sexo, muy explícito, creo a ratos innecesario y que no recuerdo haber visto últimamente y de forma tan acentuada en ninguna ficción de temática, digamos, que heterosexual. Observo cierta gratuidad, lo que me hace pensar en la búsqueda de un determinado nicho de espectadores a los que atraer, más por estas escenas, que por el propio poder del relato.
En resumen, una gran pena. No recuerdo tal desfase entre un planteamiento tan atractivo y una ejecución tan torpe (quizás desde La conjura contra América, de 2020). Hay buenas intenciones pero fríos resultados. Le falta todo lo que tenía una serie, con la que podría emparentar, como It´s a sin de 2021, menos ambiciosa a priori, pero de una emoción desbordante y unos resultados conmovedores. Nada que ver con esta interesante, pero gélida, Fellow Travelers.