Entrevista a Alejandro Morell, autor de ‘El buen vigía’
HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.
Alejandro Morell (1980) nació en Salamanca, España, pero ha vivido la mayor parte de su vida en Madrid. Allí estudió Ingeniería Industrial entre 1998 y 2004. Desde entonces ha trabajado en el mundo de la eficiencia energética y las energías renovables, desarrollando proyectos tanto en España como en Latinoamérica.
Ha escrito varios cuentos y relatos. El buen vigía es su segunda novela, tras Doscientos veinte pasos, publicada en 2020. Además, es, junto a Julio F. Lara, socio fundador y editor en Editorial Cuatro Letras.
- Buenos días, Alejandro. A menudo entrevisto a autores con los que no he tenido trato previo, o al menos tan estrecho como el que mantengo contigo, ya que, además de ser tu lector, soy escritor de tu sello. Esto debería dar confianza a los lectores de Culturamas. Ser escritor y editor, a la par que mantener una vida real, como los superhéroes, exige una gran pasión por las letras. Si miras al pasado (y El buen vigía va de eso…), ¿cuándo surge esta chispa por la literatura?
Buenos días, Héctor. Muchas gracias por la entrevista y por leerte el libro.
Creo que, en mi caso, la chispa me vino de fábrica. Siempre me ha gustado leer y, de algún modo, la escritura venía asociada. Siendo muy niño ya inventaba historias que no escribía, pero me contaba a mí mismo. Un poco más adelante, ya en la adolescencia, recuerdo el momento específico en que, leyendo una novela de aventuras, pensé: creo que yo podría hacerlo. No obstante, pasaron bastantes años hasta llegar a escribir una novela. Primero fueron relatos cortos que apenas me atrevía a compartir, poco a poco fui cogiendo confianza y me atreví con historias más complejas.
- El buen vigía es una novela que, cimentada en varios subgéneros, erige un thriller con la ciudad de Madrid como un protagonista más. Partimos de los ochenta y planeamos varias décadas en ambas direcciones del túnel del tiempo. En estos intervalos, el mundo es, mal que bien, diferente. ¿Cómo surgió la idea de la obra y, por ende, de utilizar estas tres líneas temporales?
La primera idea surgió hace muchos años durante un viaje, conduciendo en plena noche. Y la idea fue precisamente la conexión entre las diferentes líneas temporales; pensé en cómo el pasado y el presente se podrían relacionar de forma diferente en una novela, cómo podría jugar con el tiempo. A partir de ahí, poco a poco fueron surgiendo los personajes y la historia cogió forma.
Siento que no puedo contarte mucho, por no destripar más detalles de la historia.
- Por motivos de la idiosincrasia de la novela, hay aspectos donde es mejor no ahondar. Aspectos que, a mí, como lector, me han sorprendido gratamente: los giros. Tu estilo cuida al detalle las relaciones interpersonales de los protagonistas para que ¡bum!, a la hora de producirse, el lector se quede a cuadros. Eso me ha gustado mucho. ¿Los planificaste de antemano?
Me alegro que te haya gustado. A mí como lector me gustan los giros (siempre que funcionen, que respeten la coherencia de la obra) y cuando escribo pienso en lo que me gustaría leer a mí.
Sí están planificados y quizá ha sido lo más difícil de esta novela: ir avanzando la información al lector de modo que sepa en cada momento lo que necesito que sepa. Al unir las tres subtramas tuve que cuidar que la novela mantuviera el sentido y no caer en engaños baratos (al menos eso es lo que he intentado).
- Como escritor hay una pregunta que siempre hago. ¿Podrías describirnos tu proceso creativo?
En mi caso, todo surge de una idea o una escena específica que surge en mi cabeza. Y por algún motivo, se me ha quedado grabado el momento en que han surgido las primeras ideas de cada relato o novela que he escrito. A partir de esa idea, con bastante calma, pienso en los personajes y voy construyendo la trama necesaria para llegar a aquella escena. Generalmente no me pongo a escribir hasta que tengo gran parte de la novela en la cabeza. Y, a pesar de eso, cuando por fin me siento delante del ordenador surgen obstáculos o nuevas ideas que me obligan a replantear algunas cosas. Realmente escribir es un proceso fascinante y al terminar un libro siento que he aprendido sobre todo de mí mismo.
- Llegados a este punto algunas se podrán intuir, pero, debido al ‘alegato’ que plasmas en los agradecimientos. ¿Cuáles han sido tus principales influencias, tanto en general, como escritor, como a la hora de enfrentarte a la redacción de esta novela en concreto?
Muchísimas. Efectivamente en los agradecimientos comento que esta obra es fruto de todo lo que he leído y he visto. Estoy muy en contra de la extensión del concepto de apropiación cultural, la cultura siempre se construye sobre lo anterior, como si fuera un rascacielos gigantesco en el que cada uno diseñamos una planta.
En cuanto a mis influencias, son muchísimas; las literarias irían desde Agatha Christie a Arturo Pérez Reverte (la novela de aventuras que estaba leyendo cuando pensé que yo también podría escribir es La Tabla de Flandes). También tengo muchas influencias cinematográficas, esta historia no existiría sin las películas de Hitchcock, Spielberg, Zemeckis o Nolan.
- En caso de que en un futuro la novela se adaptase al cine o a la televisión, ¿qué actores y actrices te gustaría ver poniendo cara al elenco protagonista?
Uff qué complicado. Suena raro, pero me cuesta imaginar a mis personajes con la cara de actores reales, aunque me encantaría ver la obra adaptada, no te voy a mentir. Desde luego tendría que ser una adaptación española, porque la novela está muy arraigada en Madrid. No creo que se pudiera trasladar sin que perdiera esencia. En nuestro cine hay muchísimo talento y creo que bastantes actores y actrices serían capaces de defender estos personajes y hacerlos suyos.
- En El buen vigía, Joaquín Sabina tiene cierto peso. Más que él, sus letras. Yo soy sabinista hasta la médula. Crecí con su voz cascada y con sus letras desgarradoras, alcohol para las heridas del corazón. ¿Por qué él? ¿Qué te hizo incluirle de esa manera en la novela?
Yo soy Sabinista radical. Me gustan muchísimo sus canciones, siento que nos definen un poco a todos. Y me parecía de justicia que, en una novela en que Madrid es el escenario y casi un personaje, sus letras estuvieran presentes. Al final es quien mejor ha cantado a Madrid.
- Esta ya me la sé, pero… De los personajes de El buen vigía. ¿Rescatarías alguno para otra obra literaria? Y, siendo más concreto. ¿Lo rescatarás?
Hay un personaje que viene rescatado de Doscientos veinte pasos (mi anterior novela), Marcos el inspector de policía que trabaja junto a Lázaro en el caso del asesino de la baraja. En ambas historias es un personaje secundario, pero sí tengo en mente rescatarle para una antología de relatos detectivescos. Algo del estilo de Sherlock Holmes, aunque reconozco que soy más de Poirot.
Respecto de los principales, me temo que sus historias comienzan y acaban aquí. Los echaré de menos.
- ¿Tienes alguna de esas famosas manías de escritores? Tener la copa de vino a mano, encerrarte en el Valle de los Caídos (Cuelgamuros), pasearte por cementerios, quedarte en ropa interior…
Realmente no. Hay horas y lugares donde estoy más cómodo, pero, si he aprendido algo del proceso de escritura, es que lo importante es escribir, dejar la pereza y ponerse. No me vale esperar el momento o la situación idónea porque nunca arrancaría. Cuando estoy metido en una novela, escribo aunque no tenga ganas, aunque no me sienta inspirado en ese momento. Picasso dijo que la inspiración existe, pero tiene que pillarte trabajando.
El final de este libro me pilló de viaje en Iguazú, no llevaba el ordenador encima y uno de los últimos capítulos lo escribí con el móvil.
- Esta solo la hice una vez, pero a veces me gusta incidir en que los escritores no vivimos en castillos atemporales. ¿Un autor al que admires por motivos ajenos a su obra?
No conozco demasiado la vida de los escritores, prefiero que hablen las obras a los escritores. De los clásicos, siempre he tenido mucho cariño a Galdós, fue el gran cronista de Madrid y un pensador interesantísimo. Creo que la ciudad no le ha hecho toda la justicia que merece. De los contemporáneos, es más complicado, me resultan simpáticos Stephen King y George R.R. Martin. Me gustó mucho lo tremendamente discreto que era Zafón, que vendió una barbaridad y no sabíamos nada de él.
- Apenas hemos hablado de la editorial. ¿Por qué Cuatro Letras? ¿Qué queréis gritarle al mundo desde este sello?
Cuatro letras nace precisamente por la relación que los creadores, que somos escritores, hemos tenido con otras editoriales. Si bien estamos agradecidos de que se fijaran en nosotros, sentimos que el proceso es demasiado automático. A veces falta humanidad. Nosotros queremos destacar dos cualidades a la hora de editar: calidad, tanto de las obras como de la edición, y cercanía, tanto con el autor, quien queremos que se sienta acompañado y escuchado, como con el lector.
- ¿Qué le dirías a un posible lector de Cuatro Letras al que quieras fidelizar para que confíe en la editorial? ¿Y a un escritor que busque ser publicado?
Creo que me he adelantado con la anterior respuesta. Al autor le diría que le vamos a escuchar y que vamos a poner tanto trabajo en que la obra quede tan bien por fuera como él o ella ha puesto en el manuscrito. Al lector queremos ofrecerle cercanía, y que sienta que la relación con los autores no tiene que ser necesariamente unidireccional. Que puede formar parte de la conversación.
- Yo creo que ya he disparado a bocajarro. Me estoy quedando sin munición. Agradecerte enormemente el tiempo que nos has dedicado, Alejandro, y desearte lo mejor en ambos caminos: el de escritor y el de editor, unidos como las serpientes del caduceo de Hermes. Te cedo un último espacio de libertad para que puedas convencer a ese lector dudoso de aventurarse en El buen vigía, ¡todo tuyo!
Como te comentaba antes, he escrito la novela que me habría gustado leer (creo). Aún tengo mucho camino que recorrer como escritor, pero creo que he conseguido montar una historia original y sorprendente. Cuando empecé con ella, no estaba seguro de que pudiera llevarla a buen puerto y siento que la forma en que se despliegan las tramas y confluyen las diferentes líneas me ha quedado muy bien. Muchas gracias a ti por la entrevista y por leerte el libro con tanto cariño.
I have always liked to read and, in some way, writing was associated with it. As a very child I already invented stories that he didn’t write, but he told me to myself. A little later, already in adolescence, I remember the specific moment when, reading an adventure novel, I thought: I think I could do it. However, it took many years to write a novel. At first they were short stories that I barely dared to share, little by little I gained confidence and dared to write more complex stories.
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