Hedda, producción belga a partir de Ibsen por Aurore Fattier: una recreación fascinante
Horacio Otheguy Riveira.
A partir de la obra de Henrik Ibsen (1828-1906) Hedda Gabler, Aurore Fattier nos sumerge en los últimos días de ensayos, creando un espectáculo de doble visionado. Laure Stijn, directora de mediana edad procedente de una familia de artistas, aborda la obra del dramaturgo noruego. A pocos días del estreno del espectáculo, un descubrimiento impactante destrozará su tranquilidad, reviviendo su inconsciente y perturbando por completo su relación con la pieza y el personaje de Hedda Gabler. Los recuerdos cada vez más inquietantes de su hermana, Esther, una joven actriz que murió misteriosamente quince años antes, empezarán a acechar el transcurso de su trabajo. Es este camino inesperado y vertiginoso el que la seguimos hasta que su espectáculo se hace realidad.
Este siempre interesante panorama se desarrolla en una escenografía construida en dos planos, uno cercano y otro lejano. La introducción es sorprendente: instalado en una caja de juego, el backstage del teatro (camerino, cocina, pasillo) se desliza hasta los pies del público. Relegado a lo más profundo, el plató donde se realizan los ensayos es filmado y proyectado en una gran pantalla. Un dispositivo finamente pensado. Teatro y cine en un constante flujo de primeros y segundos planos a cargo de un elenco sobresaliente. Todo el empeño entre una iluminación precisa y sutil, al tiempo que, cámara en mano, un realizador nos conduce por pasillos que la dinámica escénica no puede abordar.
La obra original de Ibsen, resulta especialmente interesante por crearse diez años después de Casa de muñecas, hay aquí muy poco. Si allí una mujer da un portazo insólito a una familia burguesa, matrimonio e hijos, para ser ella misma al margen de las veleidades autoritarias de su marido, en Hedda Gabler se erige una burguesa bien asentada en las reglas de su clase, pero infinitamente aburrida. El aburrimiento, poco transitado en la historia del teatro, adquiere en ella un poder devorador de vidas masculinas que la adoran. Tras destruirlos emocionalmente, la amoral Hedda se pega un tiro con una pistola con historia familiar. De esta Hedda Gabler, de 1890, hay aquí muy poco. Y es curioso que guste tanto a los directores contemporáneos para hacer del original cualquier otra cosa, presuntamente más dura, más feminista, más más, que por lo general queda en mucho menos.
De tantas versiones vistas en los últimos años esta que aúna conflictos de la obra con los de la Compañía que la interpreta es la más atractiva, sin duda espacialmente fascinante, con mayor riqueza plástica y fabulosas interpretaciones que permiten seguir a pleno rendimiento sus escenas a lo largo de dos horas y media, cuya densidad resulta muy gratificante.
País: Bélgica
Idioma: francés (con sobretítulos en español)
Duración: 2 h y 30 min (sin intermedio)
HEDDA. Estreno en España
Dirección: Aurore Fattier
Con: Fabrice Adde, Delphine Bibet, Yoann Blanc, Carlo Brandt, Lara Ceulemans, Valentine Gérard, Fabien Magry, Deborah Marchal, Annah Schaeffer, Alexandre Trocki, Maud Wyler
Concepto, dirección y puesta en escena: Aurore Fattier
Texto y dramaturgia: Sébastien Monfè y Mira Goldwicht, basado en Hedda Gabler, de Herrik Ibsen
Asistentes: Deborah Marchal, Lara Ceulemans
Escenografía: Marc Lainé, en colaboración con Stéphane Zimmerli y Juliette Terreaux
Cinematografía: Vincent Pinckaers
Vestuario: Prunelle Rulens, en colaboración con Odile Dubucq