“El camino de la resurrección”, de Connelly: Haller y Bosch, unidos ante renovados peligros
Horacio Otheguy Riveira.
Tras Estrella del Desierto, Michael Connelly nos trae este Camino de la resurrección con Haller, el abogado del Lincoln, y Bosch, unidos en una serie de casos de gran interés para desvelar las imperfecciones del sistema judicial en Estados Unidos, en gran medida pendiente de la corrupción policial. La unión de los hermanastros esta vez tiene un cariz muy familiar y clave en toda la trama: Mickey contrata a Bosch, como policía retirado, visiblemente envejecido y, sobre todo, víctima de una enfermedad cancerígena con un tratamiento solo posible con un contrato profesional que le permita acceder a un sistema médico con acceso a un centro experimental. De esta manera, el veterano policía se convierte en investigador de un abogado que encauza su carrera hacia el rescate de condenados inocentes.
En la serie de Michey Haller esta es la novela número 8, y en la de Harry Bosch, la número 27.
Bosch y Haller se afanan para resolver un crimen a todas luces imposible. Como es costumbre, Haller ha asumido un caso de los más difíciles, uno en el que las posibilidades de ganar son de una entre un millón: representar a una mujer que se encuentra en prisión por matar a su marido, un agente del Sheriff. A pesar de haber sido condenada cuatro años atrás, ella sigue manteniendo firmemente su inocencia.
Cuando Haller pide ayuda a Bosch, al revisar el caso éste descubre algo que no encaja… Es entonces cuando percibe el sospechoso afán del Departamento del Sheriff por resolver cuanto antes el asesinato de uno de los suyos. El camino hacia la justicia, tanto para el abogado como para el investigador, está plagado de peligros. Quienes no quieren que se reabra el caso no se detendrán ante nada en su lucha por impedir que el excepcional equipo que forman Bosch y Haller descubra los verdaderos motivos del asesinato del agente.
La novela esta narrada en tercera persona por Connelly y en primera por Haller, el Abogado del Lincoln, en un desarrollado fluido que aporta gran carga de interés a todo el trayecto… He aquí un ejemplo a cargo de Haller, permitiéndose tutear el lector:
« […] Bajé del coche, entré en la capilla y recorrí y uno de los pasillos flanqueados por los nombres de los fallecidos. Hacía casi un año que no pasaba por ahí y tardé unos minutos en localizar la placa conmemorativa por la que había pagado. Pero allí estaba, entre alguien llamado Neufeld y otro llamado Katz.
David Legal Siegel
Abogado
1932-2022
“Todo lo bueno se acaba”
Era como él había querido, como lo había escrito en sus últimas voluntades. Me quedé allí un momento, en silencio, bajo la luz que entraba por el vitral de la pared que tenía a mi espalda.
Lo echaba mucho de menos. Dentro y fuera del tribunal, había aprendido más de Legal Siegel que de cualquier padre, juez o abogado que hubiera conocido. Fue él quien me tomó bajo su protección y me enseñó a ser abogado y persona. Ojalá hubiera estado conmigo para ver a Jorge Ochoa salir de la cárcel como un hombre libre, sin ataduras legales. Había veredictos de inocencia que apreciar, interrogatorios que saborear y momentos cargador de adrenalina en los que sabes que tienes al jurado comienzo de tu mano. A lo largo de los años había tenido de todo eso. En abundancia. Pero nada podía superar el camino de la resurrección, cuando le quitan las esposas y las últimas puertas metálicas se abren como las puertas del cielo, y una persona declarada inocente camina hacia los brazos de su familia, resucitada en la vida y en la ley. No hay mejor sensación que estar con esa familia y saber que fuiste tú quien lo hizo posible.
Con Jorge Ochoa había sentido la carga de adrenalina del camino de la resurrección y me había hecho adicto a ella. Tal vez fuera algo que solo ocurre una o dos veces en la carrera profesional de un abogado, pero no me importaba. Quería volver a vivir ese momento y haría cualquier cosa por conseguirlo. Deseaba estar ante las puertas de la prisión y dar la bienvenida a mi cliente a la tierra de los vivos. No sabía si Lucinda Sanz sería ese cliente. Pero el Abogado del Lincoln tenía el depósito lleno y estaba listo para volver a recorrer el camino de la resurrección. […]».
Esto es Los Ángeles. Probablemente hay una historia de violencia allá donde vayas. Así es esta ciudad.
El prolífico escritor de novela policíaca Michael Connelly, ahora también productor para Prime Video y Netflix de las adaptaciones audiovisuales de sus propias novelas, regresa con esta obra que se ha publicado por primera vez de forma simultánea en EE.UU. y España.
Dónde y con qué nombre se pueden ver los libros llevados a la pantalla?