‘El rumor del oleaje’, la novela de Yukio Mishima

FRANCISCO JOSÉ GARCÍA CARBONELL.

Esta novela, la cual se mueve entre esa tradición y progreso que se da en Japón y ,también, todo hay que decirlo, en el corazón de un autor que llevó, hasta las máximas consecuencias, sus fuertes valores sintoístas frente a la fuerte decadencia del espíritu que había instituido la historia japonesa durante siglos, de todos es conocido que tras fracasar en la revocación de una Constitución que abrió el país al influjo occidental, se había suicidado practicándose el harakiri.

Cuando leía esta novela sobre la relación entre dos jóvenes, los cuales comenzaban a descubrir los misteriosos recovecos del amor, sentía la sensación de estar paseándome por esa famosa estampa japonesa de Kanagawa conocida como La gran ola. El dibujo que se cierne sobre la tela es todo un símbolo de la tradición: la belleza del sagrado Monte Fuji, las tres barcazas de pescadores y la impresionante ola que tiene compungido a los remeros de las embarcaciones. Es un dibujo que a simple vista parece de un diseño fácil, pero nada más lejos de la realidad, este fue el resultado de un largo proceso de perfeccionamiento técnico. Pues lo mismo, desde mi opinión, se puede apreciar en la novela objeto de esta reflexión.

Es así, que esta no gira alrededor de un simple entramado de acontecimientos en torno a dos enamorados y todos los obstáculos del mundo que se oponen a su amor, sino que lo mismo sirve para que resalte, al igual que la enorme ola, todo el espacio que se da alrededor. Es el fruto de los valores tradicionales que envuelven la trama lo que de verdad llama la atención. Es así, que esta novela, considerada como una bella historia de amor, quizás de las más bellas de la literatura universal, está espaciada por una serie de costumbres y creencias que prestan dinamismo al avance del drama.

Shinji y Hatsue, separados por lo determinante de sus clases, encuentran, cada uno en el otro, esa plenitud que ansia para sus vidas, esa apertura al mundo que es imposible racionalizar. Es así que, movidos por sus sentimientos, encuentran la fuerza necesaria para intentar evadirse ante los impedimentos de la familia de ella. No es la cerrazón de la tradición lo que defiende el autor, como se puede ver, pues los personajes que buscan romper con ese amor libre son el arquetipo de familia feudal, sino la pretensión del mismo es lanzar una llamada al corazón de los japones, en los cuales aún se siente pervivir el empuje místico que ha dado forma a su cultura.