Cómo proteger la privacidad en internet
Tanto pequeños como adultos navegamos por internet en búsqueda de las cosas más cotidianas, sobre todo en estos tiempos donde muchos usuarios comenzaron a hacer uso más intensivo de internet precisamente a raíz de la pandemia, donde no hubo más remedio que recurrir a internet para muchas de las cosas que anteriormente hacíamos en locales o comercios físicos.
Por ejemplo, tras la pandemia muchos de los compradores online que se iniciaron en esa época, siguen comprando a día de hoy porque han visto que la seguridad y facilidad de comprar en internet no tiene nada que ver con la compra en comercios físicos o tradicionales de siempre. Pero, ¿están nuestros datos a salvo?
Tendencia a cuidar más de nuestros datos
En los últimos años, sobre todo en Europa, se ha ido viendo una clara tendencia hacia el mayor cuidado con la cesión de datos a empresas u organismos externos, cuando hace apenas unos años muchos de estos usuarios no tenían ningún cuidado por quién tenía sus datos, cómo los obtenía y para qué los quería, entre otras muchas cuestiones que son de interés.
Y esto es algo positivo, porque el robo de identidades es algo que ocurre a diario y que es algo que puede destrozar la vida literalmente de la persona que lo sufre. Deudas, problemas legales y mucho más es a lo que suelen enfrentarse quienes han sido víctimas de suplantación de identidad por haberles robado sus datos en algún momento. Y arreglar los problemas derivados de ello es algo que lleva tiempo y, sobre todo, mucha angustia y sufrimiento. Quienes lo han tenido que sufrir dicen que no se lo desean a nadie porque es la peor experiencia y el peor sentimiento que han tenido en la vida.
Pocos de ellos saben realmente cuándo les robaron sus datos, porque como están acostumbrados a facilitarlos en numerosos sitios, no pueden identificar uno que pueda ser probable que sea el origen de sus problemas. Contrataciones online, contrataciones en comercios tradicionales o telefónicas, todas ellas requieren de la facilitación de los datos personales de la persona en cuestión. No obstante, es cierto que en algunos casos podemos correr muchos más riesgos que en otros.
Internet maximiza el peligro
Lo cierto es que, a pesar de que internet tiene muchísimas cosas positivas, en este sentido podemos decir claramente que supone un riesgo aun mayor, al facilitar nuestros datos en numerosos sitios online.
Estos datos se almacenan en unas bases de datos que pueden ser robadas por ciberdelincuentes sin que las empresas que los custodian sean conscientes de ello, por lo que en muchos casos podrían habernos robado nuestros datos y que no haya habido ningún tipo de alerta que nos pueda hacer pensar que han podido venir de un robo de este tipo.
Por otro lado, los ciberdelincuentes que van en busca de identidades y datos personales de personas de todo el mundo también tienen sus propios medios para poder obtener este tipo de información, como ocurre con la clonación de sitios web.
Este tipo de técnica consiste en que los ciberdelincuentes copian un sitio web donde el usuario tenga que dar sus datos personales o incluso sus datos bancarios o de tarjeta de crédito para poder contratar con la empresa en cuestión, de forma que capturan los datos que introduce el usuario sin que este se de cuenta de nada. Simplemente recibirá un error y será redirigido a la web real de la empresa que el usuario quería realmente visitar, para poder completar allí la operación que quisiera hacer. De esta forma, la mayoría de usuarios ni tan siquiera sospecharán que han entregado sus datos a un ciberdelincuente, pero estos ya estarán siendo utilizados para fines muy perjudiciales para el usuario atacado.
Sectores especialmente sensibles
Hay algunos tipos de páginas web o negocios que son especialmente susceptibles de este tipo de ataques, como es el caso de los sitios donde se realizan transacciones dinerarias de forma frecuente y, además, cuanto más grandes sean esas operaciones más interesantes para el atacante porque saben que hay más fondos que pueden obtener.
Por ello no solo las tiendas online son susceptibles de ser atacadas para tratar de obtener los datos de pago de los compradores, sino que otros sectores como el del juego en línea es también uno de los grandes objetivos de este tipo de ataques, sobre todo en forma de ataques de phishing, para tratar de obtener acceso a las cuentas de los usuarios. Esto es algo de lo que la propia industria se ha dado cuenta rápidamente y por ello cada vez existen más tipos de casinos online, como es el caso de los casinos sin verificación de identidad. En este tipo de casinos los atacantes podrán obtener los datos financieros y de pago de los usuarios, pero al menos los datos personales están a salvo por que el propio casino no los requiere para hacer uso de su plataforma. Esto, a pesar de que muchos jugadores puedan no darle importancia, es un gran avance en el objetivo de combatir este tipo de prácticas o al menos proteger a los usuarios de ellas.
En este sentido otro tipo de casinos que podemos encontrar son los casinos sin registro, los cuales ni tan siquiera necesitan que el usuario de más información que una cuenta bancaria, por lo que los atacantes poco podrán hacer con esta información. Aunque estos son más difíciles de encontrar, sobre los casinos sin verificación de identidad sí podemos encontrar algún ejemplo en internet, sobre todo en páginas especializadas en juego en línea.
Otro de los sectores con mucho interés por parte de los ciberdelincuentes es el financiero. Con muchas startups de finanzas apareciendo en los últimos años, muchos ciberdelincuentes tienen el ojo puesto en ellas por la cantidad de datos que estas tienen de los usuarios y además lo útiles que pueden ser para los delincuentes. En cualquier caso, debemos verificar siempre las medidas de seguridad de las aplicaciones que podamos instalar en nuestro móvil para estos fines, así como saber cómo gestionan los datos que les facilitamos para que puedan prestarnos el servicio.
Consejos para cuidar de nuestros datos personales
Lo más importante para conseguir cuidar de nuestros datos es el sentido común. Por ejemplo, muchos usuarios caen en la trampa para obtener datos de tarjetas que los ciberdelincuentes ponen en forma de tienda con precios mucho más bajos de lo habitual para productos populares de marcas conocidas. De esta forma, los usuarios atraídos por el precio ofrecido para un producto que saben que normalmente tiene un precio muy superior, tratan de realizar rápidamente la compra para asegurarse el precio, pero de lo único que se está asegurando es de darle los datos de su tarjeta a un ciberdelincuente que puede encontrarse en la otra punta del mundo. En cualquier caso, siempre conviene que tratemos de buscar opiniones sobre la tienda en cuestión en internet. Si no encontramos nada o lo que encontramos es negativo, debería ser suficiente como para que no terminemos regalando los datos de nuestra tarjeta a un ciberdelincuente.
Otro aspecto importante que debemos tener en cuenta para evitar este tipo de estafa es fijarnos en el dominio en el que realmente estamos, ya que muchas veces utilizan dominios similares al original, pero con una pequeña variación, como podría ser una letra cambiada de orden, un número adicional, extensión de dominio diferente, etc. De hecho esto es lo principal que deberemos mirar, porque a pesar de que en muchos sitios podemos encontrar que debemos fijarnos en que tenga el candadito de sitio seguro y utilice el protocolo HTTPS, esto es algo que no resulta para nada suficiente porque cualquier ciberdelincuente que quiera realmente engañar a los usuarios contará con ello, por lo que no podemos fiarnos tan solo de estos aspectos tan básicos y fáciles de conseguir para los delincuentes que nos acechan en internet, en busca de nuestros datos y nuestro dinero.
Pero, sobre todo, repetimos de nuevo: sentido común al momento de navegar por internet. De la misma forma que no te fiarías de alguien que encuentras por la calle y quiere cambiarte un billete de 20€ por uno de 10€ que le des tú, no te puedes fiar de los chollos en internet y, aunque existen, siempre debemos verificarlos a fondo para estar seguros de que se trata de un chollo y no de un “choro”.