Entrevista a Mabel Del Pozo
Por Silvia Domínguez.
¿Quién es Mabel Del Pozo?
Supongo que es el YO con el que me ha tocado jugar este milagro llamado VIDA: Riojana de pura cepa; hija de Amador y Mercedes; hermana de Sergio; pisciana del 75 y amante del teatro, la curiosidad y la poesía en todas sus formas.
Si no hubieras sido actriz, ¿Qué hubieras sido?
No sé por dónde me hubiera llevado la vida… la verdad. Pero de poder elegir, tal vez astronauta; científica; acomodadora en algún teatro antiguo o investigadora privada (entre otras mil que se me ocurren mientras te contesto).
¿Qué tienen en común Ann y Mabel?
Somos, la una de la otra, aquello que pudo haber sido y no fue. Casi opuestas, complementarias…unidas por el cordón umbilical de la tan humana, insatisfacción existencial.
¿Cuál es la lección más importante que te ha dado Ann?
Que la estabilidad y la seguridad no existen… Son ilusiones de la mente… Que la vida es impredecible y “solo por hoy”. Y que no puedo darle la espalda a mi animal, la mamífera que soy, la naturaleza a la que pertenezco.
¿Qué fue lo primero que te atrapó cuando leíste Camino al zoo?
Lo que pasaba por debajo de las palabras… Todo lo que tocaba desde lo aparentemente cotidiano.
¿Qué sentiste la primera vez que te subiste a un escenario?
Es posible que hablar del pasado desde el presente, haga que el recuerdo esté teñido de cierto romanticismo y fantasía…y más teniendo en cuenta que yo tenía 8 años cuando pisé un escenario por primera vez. Asumiendo esto, me atrevo a decir que estaba nerviosa y con ganas de salir corriendo, hasta que crucé la línea que separa la realidad de la ficción. Una vez cruzada, ya no habría de separarme nunca del teatro… Así que quiero imaginar… que la posibilidad de expresión, de ser otro (Era Herodes), de crear otro mundo… hizo que me sintiera libre… conectada, plena! (Quizás con 8 años a esta Libertad, a esta sensación de conexión con algo más grande que yo, la llamara diversión, juego, felicidad o aventura!)
¿Y la última vez qué sentiste?
Exactamente lo mismo.
¿Alguna vez te has llevado el personaje a casa?
Sí, claro… Y a veces me ha llevado el personaje a mí.
¿Se han visto cumplidos los sueños que tenías de niña?
A día de hoy la palabra “sueños” me suena muy grande… como ficticia. Ahora me doy cuenta de que, a veces, eso de los sueños es una imposición social, más que un genuino deseo personal. Yo creo que de niña imaginaba futuros posibles e imposibles, pero en todos ellos lo que quería era “ser feliz”, básicamente. Y aquel “ser feliz “, tenía más que ver con sentirme amada que con cualquier otra cosa… Desde este punto de vista, sí, he conseguido rodearme de personas a las que amo y que me aman, y avanzar junto a ellas… y compartir la experiencia de estar viv@s.
PREGUNTAS RÁPIDAS
1. Dime algo que todo el mundo debería hacer al menos una vez en su vida.
Uy! No soy yo mucho de “deberías “… ni de generalizaciones… Yo puedo decirte que he sido feliz en Cabo Polonio, un paraíso uruguayo sin electricidad; que flipé con los atardeceres de la sabana africana; que he sentido la plenitud cogiendo setas con mi padre en Muro de Cameros; que me flipa compartir un karaoke junto a mis amig@s; que bañarme de noche en el mar gritando “gracias” es brutal; que es bonito cocinar pensando en otr@s; que he hecho fila cinco veces seguidas para montarme en el Dragón Kan; que el teatro es una aventura fascinante; que cuando me entrego a algo sin temor ni expectativa, disfruto más, mucho más; que ponerme en duda y cambiar de literalidad, me ha librado del conflicto con mi propio personaje, conmigo misma… Y que entregarse, dar, incondicionalmente, siempre vale la pena… y la alegría.
2. Una canción y una película.
Se me han venido a la cabeza “My way”, de Frank Sinatra, y “París Texas”, de Wim Wenders.
3. ¿Cuál es el mejor recuerdo de tu infancia?
No sé si hay mejores… pero se me vienen un montón de imágenes, junto a mi hermano Sergio, descubriendo el mundo.
4. ¿Qué pequeñas acciones del día te hacen sentir feliz?
El olor del café; sentarme a “agradecer” recién levantada; cantar en la ducha y en todas partes; los compartires varios con mis amig@s; pasear a solas por Madrid, o en buena compañía; la clase de yoga; acurrucarme con mi madre; ver cómo cocina mi padre; morirme de risa con las payasadas de mi hermano… Contestar a esta pregunta y darme cuenta de lo afortunada que soy.
5. ¿Un sueño por cumplir?
Más que un sueño, un deseo: hacer un viaje largo, sola… El Camino De Santiago, por ejemplo.
6. ¿Un placer culpable?
Ay la culpa… El “dolce far niente», que dicen en Italia… Sofá, techo y respiración…me encanta!
7. ¿Hay algo que te haya cambiado la vida?
Sí. Entender que rendirme, a veces, era la mejor decisión.
8. ¿Qué consejo le darías a tu yo de 18 años?
Que esté abierta a la vida, a los demás y a sí misma (y su diversidad de posibilidades de ser). Que no se crea demasiado su personaje… y que procure rodearse de gente a la que quiera y por la que se sienta querida.
9. La última pregunta me la haces tú a mí.
Si tuvieras que elegir un personaje del teatro universal que te encantaría encarnar ahora mismo, cuál sería y por qué.
Creo que me quedaría con Nora, de Casa de muñecas. Una mujer que se sacrificó hasta el punto de olvidarse de sí misma. Pero finalmente despertó y se fue, para así salvarse. Ella abrió las puertas del feminismo y de la liberación de la mujer. Ella me enseñó a romper con el papel que nos exige la sociedad.Quizás en muchas ocasiones me he sentido un poco Nora.
Entrevistadora: Silvia Domínguez
Entrevistada: Diana Navarro