Laura Cepeda escribe y dirige cuatro breves piezas en torno al devenir de los «Deseos»
Horacio Otheguy Riveira.
Tras abordar la actualidad del antes y el después de la pandemia, se suceden chispazos de mitos y leyendas, a través de personajes cercanos que no hacen caso de la historia, sino que se sumergen en el límite del ayer conocido y el presente cargado de ambiciones personales.
Un trabajo intimista en un espacio reducido, que exige gran compenetración en los intérpretes para llevar a cabo situaciones generalmente delicadas, al borde de la tragedia, todas con algún toque de humor y mucho de poético enlace para que logren comunicarse muertos y vivos, y a veces: aquellos que se creen muertos con otros que se comportan como si estuvieran vivos.
Una experiencia sensorial también presente en su anterior espectáculo, Vuestra, Jo Van Gogh, que Laura Cepeda escribió y protagonizó (con dirección de Guillermo Heras), facilitando un encomiable encuentro entre la cuñada del célebre pintor con este y su hermano Teo, ambos muertos, poco antes de que ella misma falleciera.
Se trata de conflictos que se exponen de una manera más lúdica que tenebrosa en manos de quien esta vez ha optado por alejarse del escenario y escribir y dirigir a jóvenes intérpretes —habituales en otras obras de la misma sala— desde el privilegio de la dramaturgia y la puesta en escena…
Los muertos y los que permanecen de pie ya se explayan en la inquietante primera escena, donde una responsable de una Residencia de Mayores malvive con la angustia de quienes fueron abandonados a golpe de protocolo institucional. Es una pieza breve (como todos los cuadros que se formulan independientes) bien nutrida de propuestas ideológicas y psicológicas, pues la angustiada responsable del amargo final de ancianos a su cargo es una mujer-perro ansiosa de que su pareja, psiquiatra «con máster en psicoanálisis», la posea para siempre, eliminando toda razón de ser independiente…
La sucesión de piezas consolida un discurso ambicioso de historias cruzadas en las que conviene mantener la capacidad de sorpresa. Menos es más en el juego del espectador alerta, pero poco informado, de manera que ellas y ellos desdoblen sus talentos para cautivarnos. Actrices y actores que conocen bien las limitaciones del escenario (están a cargo de otras obras, otras direcciones…) y se entregan con interesante sensibilidad a una puesta en escena que tiene mucho de coreográfico teatro-danza: no porque bailen sino por su caudalosa capacidad de expresar con el cuerpo lo que los diálogos apuntan o sugieren…
Todo empieza con la música creada por Nino Rota para Federico Fellini, mientras el público se acomoda en sus butacas: una promesa de energía bien templada, de cierto desfile de emociones en un ámbito íntimo, donde se nos cuentan —como si susurrando pudiera llegarse a lo más alto…— aquellos deseos secretos que se guardan, a veces hasta enloquecer, pero que aquí dan mucho de sí en su peculiar manera de salir a escena e involucrarnos sin movernos, a golpes certeros de corazón a corazón.
DRAMATURGIA y DIRECCIÓN: LAURA CEPEDA
PRODUCCIONES MISAMIGOS
REPARTO:
Mujer perro SARA VIZÁN
Álvaro / Daniel NACHO SIRELL
Lucía / Enfermera LORENA HIDALGO
Virus / Samael JAVIER CALLEJA
Hariel CARMEN KARO
Edad recomendada: 14. Duración: 90 minutos
Un artículo muy completo y con información clara, precisa y concisa
gracias por compartir.