«Paella»: farsa surrealista y buena cocina con Nerea Moreno y David Fernández “Fabu”
Horacio Otheguy Riveira.
Amparo y Federico son pareja y trabajan en la misma empresa. Un día deciden invitar a comer una paella a algunos compañeros de trabajo entre los que se encuentra Bruno, al que quieren presentarle un proyecto empresarial… así que montan una buena comilona en el confortable jardín del no menos confortable chalé, cargado de venenos comprimidos, ocultos, entre palabras no dichas y celos repentinos y el poder social y el económico, él que es jefe de ella, hasta que se da la vuelta y ella manda mucho más…
Podría ser un cuadro de ira psicosexual a la vieja usanza, por ejemplo, siglo XIX comienzos del XX, de la mano de August Strindberg, o doy un salto y entro de lleno en la posguerra de la mano del cine y el teatro con Ingmar Bergman, Edward Albee y su Quién le teme a Virginia Woolf, a bote pronto, solo tocando de oído, al tran-tran, pero no es eso, no es eso, están allí, vale, están presentes los hitos: la desesperación, el amor, el deseo, el odio, la competición, los celos celosísimos, los insultos feroces, pero están para saltarlos, corromperlos, ponerlos en la misma plancha eléctrica donde se cuece la Paella que la pareja prepara para sus compañeros o enemigos, para ellos mismos y quizás para el público al que se dirigen con tanto arte que ni siquiera rompen la cuarta pared. Todo fluye como el río que nos lleva, los acomodados burgueses se “rebajan” a ser personajes teatrales en conflicto con los propios actores que se resisten a las decisiones del texto, y a la propia dinámica de la vida imaginaria en colisión con la real de la insatisfacción permanente que cuando está a punto de agobiar, se toma en solfa y la diversión se expande a muy buen ritmo.
Tras un argumento como tantos, una aventura teatral en la que el espectador es materia viva, personaje interesado e interesante como reflejo de personajes que reflejan historias de parejas mil veces vistas… en los primeros cinco minutos, porque después se rompen dramática y alegremente en un desfile de chispazos donde el brío del texto se suma a las improvisaciones de dos comediantes con mucha experiencia y recursos para dar y tomar.
La parodia de la gente de teatro es nuestra propia parodia. El burlesque de la representación nos alcanza a quienes llenamos la sala compartiendo carcajadas. Risas abundantes que no existirían si no estuviéramos tan cerca, física y emocionalmente, de la aventura del amor-el odio-la frustración, el triángulo perfecto de cualquier dramedia, convertido aquí en un ágil juego de creatividad en la que a Nerea Moreno le bastan pocos gestos, miradas acaso, o incluso aspavientos groseros, para luego bailar y cantar, y el compañero (autor de la pieza) que la adora y rechaza con sus ojos grandes, su estatura baja y su grandeza de dúctil bufón que se descoloca a gusto para remedar a colegas históricos (guiños que dejo a la imaginación de cada lector-espectador). Caricaturas a granel, no solo de los melodramas clásicos, sino de la propia vida de los actores hacia un final inesperado donde asoma una revista musical con su buena dosis de humor y cariño.
Paella, de Fabu Fernández, con Nerea Moreno y el propio autor, tiene dirección de Víctor Velasco (Dios K, Furiosa Escandinavia…), quien ha logrado limitar los excesos y medir las pausas, sumar golpes de efecto brillantes en una colaboración permanente con el talento de sus admirables intérpretes. La construcción de la comedia tiene en la puesta en escena una importancia capital para rendirse ante una farsa singular que, de no ser así, tendría todas las papeletas para desbordarse hacia el penoso rincón del peor sainete o del mayor aburrimiento.
Unas y otros se confabulan estupendamente. El aroma paellero circula por el jardín de Amparo y Federico, el público se siente como en casa con el aroma inconfundible de las parejas en conflicto con capacidad para dislocarse y partirse de risa.
Dirección: Víctor Velasco
Autor: David Fernández “Fabu”
Elenco: David Fernández “Fabu” y Nerea Moreno
Escenografía y vestuario: Laura Ordás
Ayudante de escenografía y vestuario: María Jiménez
Diseño de iluminación: Lola Barroso
Coreografía: Amaya Galeote
Música original: Momo Cortés
Arreglos musicales: Diego Miranda
Coordinación técnica: Sara Esquivel
Técnicos: Mario Cintas y Aleks Yordanov
Diseño gráfico: Tizedit S.L
Prensa: Lemon Press
Administración: Quique Bonacho
Preproducción: Amanda R. García
Producción: Nacho Bonacho, Sergio María y Javier Zurita