Poesía

«Mientras», de Antonio Castro

Por Faustino Lobato Delgado. Antonio Castro (Villarta de los Montes, Badajoz), un autor, para muchos desconocido, que merece la pena seguir. Un escritor que viene publicando desde hace mucho tiempo con más de algún premio en su haber y que es fácil encontrar en los relatorios de internet. Su forma de escribir podría considerarse versátil y sincera, irónica y profunda, y, de lo que no hay duda es que su obra (cuantiosa), es cuidada y emocionante. Los relatos y versos de este extremeño no dejan indiferente. Es el caso de Mientras, su último poemario. Esta obra se ha publicado en el marco de Amazon. Una aventura, ésta de salir del circuito de editoriales al uso, que nuestro autor ha querido empezar con esta obra.

Mientras es un libro de poemas que llama la atención desde su propio título, una palabra adverbial que apuntala lo temporal. De esto trata, de lo temporal, que no del tiempo. Sí , de lo temporal como punto de partida para hacer una reflexión ante el mundo, como habitáculo y ante uno mismo, enfrentando las búsquedas más esenciales y las paradojas más acuciantes, como la de la muerte y la vida.

La obra tiene cinco capítulos que se abren con este adverbio de tiempo señalando al mundo, al inicio (I) y al final (V) como el lugar de la propia existencia. La existencia que se traza cada día (II) mientras el tiempo marca la muerte y la vida (III) y se aguarda, con esperanza cierta, el futuro (IV). Cada capítulo se encabeza por unos intertexto que dicen mucho del contenido de ellos. Así, el clásico Quevedo, el social Benedetti, el identitario Paul Auster o la resistencia vital de Juan Gelman se combinan con las expresiones románticas de Carolina Coronado. Ninguna de estas citas cabeceras sobra, todas expresan lo que Castro nos dirá después en el interior de cada uno de los apartados.

Se me antoja señalar algunas de las claves del libro sin pretender coartar la libertad de los lectores sino la de compartir mi experiencia lectora.

La primera de las claves está en el cómo este libro traza una perfecta hipérbole lírica con el primer y último capítulo. De esta forma, Antonio Castro enmarca la totalidad de la obra señalando el protagonismo que tiene el mundo que gira o duerme. Un mundo donde se habita y crece, donde se sueña y se calla, donde brotan las utopías y se muere. Nuestro autor traza esta hipérbole dando contundencia a nuestro hábitat, el mundo, que también nos habita.

En el primer capítulo se apuntalan con fuerza las paradojas existenciales en medio de “bulliciosos mercados donde niños felices / corretean sin rumbo y lloran caprichosos/ mientras miran la luna.” No es raro ser náufrago o recibir noticias de guerra, la maldad se ha convertido en algo tan cotidiano y de costumbre que ya no duele. “La palabra mortal no es la tragedia / de la nada”. Antonio Castro traza unas hipérboles interesantes para transformar lo negativo desde la realidad más cercana y evitar “el infame silencio del olvido”.

En el último capítulo, (donde el mundo, protagonista de nuestro hábitat, duerme), nuestro autor nos sorprende con magníficos poemas, algunos escritos con las pautas de anáforas adverbiales que nos hablan de la vida: “Cuando llueva la vida…// Cuando la vida sea torrentera…// Cuando la vida fluya…// llegará…/el diminuto brote que permita mirarnos/ sin vergüenza y sin temor a la cara.”. Para terminar, recogiendo el sentido de toda la obra con una petición, casi lapidaria, pero no exenta de lirismo, Castro dice que: “Hay que lanzar las voces // como clavos / hacia el cartel anónimo del viento / y grabar en mayúsculas / SE BUSCA UN SER HUMANO.”

La segunda clave está en los elementos existenciales que aparecen en los capítulos centrales: búsqueda, tiempo y futuro. Importa señalar que los capítulos tienen importancia por sí mismos, pero sin olvidar el marco hiperbólico del elemento mundo, arriba citado. El segundo, tercero y cuarto capítulo tienen una conjunción temática muy interesante.

Así, por su parte, en el segundo apartado se subraya la búsqueda necesaria en los días que lentamente pasan. Una búsqueda desde el sentimiento escéptico en el que, a veces, el ser humano se encuentra mirando hacia el futuro. Sí, importa mirar el horizonte, en sentido metafórico, “abrir las ventanas, como un profundo acto de creación”. Superar las alambradas y soñar, porque “quien huye de soñar/no puede ser feliz”. Sí, soñar a pesar de saber “que los sueños no nos pertenecen”. Y “caminar, /caminar // al menos una vez…/sin miedos / y sin prisas. // caminar sin amarras /…// caminar, // caminar / en dirección/ al útero / al menos una vez / mientras llega la nada”.

Por otro lado, en el tercer apartado, el tiempo toma el centro de los versos. Es aquí donde la muerte y la vida aparecen sabiendo que “al final solo quedan dos alternativas: // El humano destino a corazón abierto: dentelladas o besos”. Importante en este tramo “domesticar el furor de la jungla/que corre por tus venas de primate/apaciguar la primitiva sed / con amor/ y no con sangre”. Este es un asunto esencial para nuestro autor porque, como dice en algunos de estos versos: “la fiera que te habita / se alimenta de todas tus flaquezas, alimenta tus excusas, /acrecienta tus miedos…”. Y por encima de todo esperar “a corazón abierto”.

Al final, completando el contenido central con un cuarto capítulo, el poeta nos señala expresamente el futuro que se abre “paso, moliendo mezquindades, mentiras, desengaños”. Sigue la reflexión de Antonio Castro señalando que “jamás un camino / termina cuando acaba” porque “terminar es cerrar la puerta de los sueños” e insiste que “nada termina porque nada empieza”. Un apartado donde las paradojas nos siguen invitando a mirar dentro, a pensar que “todo queda cercanamente lejos…/ que “todo queda lejanamente cerca: el último beso, el adiós, la noche / y el olvido grabado en una piedra”.

Concretando, este libro, Mientras, es un ejercicio honesto de reflexión ante la vida, ante nosotros mismos “mientras el mundo gira, /… el día pasa, /…y el tiempo dibuja, /con su dedo impasible los ocasos. / Mientras el mundo duerme a pierna suelta/ y se pudren los sueños de los pájaros.”

Badajoz, 13 de diciembre de 2023

One thought on “«Mientras», de Antonio Castro

  • A parte de un gran escritor, es una grandisima persona, siempre estaré agradecido de lo que hizo por mi, ni en 100 vidas lo podré agradecer. Un abrazo de tu amigo Manuel

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