Cinco mujeres quebradas, capaces de renacer en «La Isla del Aire» con dirección de Mario Gas
Horacio Otheguy Riveira.
Cinco mujeres de diferentes generaciones viven en Menorca, y pasan una jornada muy especial en una isla con muy apreciado faro construido alrededor de 1860. Una autoficción muy sentida por el autor, Alejandro Palomas:
El duelo, el mío, tiene voz y está aquí, en este viaje entre poemas, recuerdos en vivo y diálogo
con la madre que sigue aquí, sobre mi hombro, aunque nadie más la vea. Este es un texto
hecho con los retales vivos de la piel, el ombligo, los ojos, el pelo y toda la luz que conservo
de ella, del niño que sobrevivió a una infancia terrible gracias a su compañía. Todo lo que
ocurre sobre el escenario es mi verdad, mis años antes de lo que ahora no tengo, esa luz que
una mujer albina y de ojos casi ciegos nunca dejó de darme. Todo lo que ocurre es mi vida
en tiempo real, que es la de todos, la que nos hace vibrar en un registro que reconocemos.
Reconocemos el duelo, reconocemos la añoranza, reconocemos el olor de una madre y
también lo que heredamos de ella para que ese olor no se pierda.
La puesta en escena de Mario Gas enhebra los momentos confesionales del texto de tal manera que enriquece lo que podría ser una sucesión de monólogos, punteados por la matriarca de la familia, la nonagenaria abuela que, contra viento y marea, hará posible que la verdad que se intenta ocultar o ensoñar salga a la luz para hacer brotar renovados caminos de esperanza. Cinco mujeres capitaneadas por una abuela tan contradictoria como encantadora, y una de sus hijas pendiente de una contenida amargura: Nuria Espert y Vicky Peña, respectivamente.
Personajes y actrices de gran trayectoria marcan los senderos de poético colorido con chispazos de humor y oleadas de tristeza, y les acompañan en breves parlamentos pero intensa presencia: Teresa Vallicrosa (a quien hemos visto menos en Madrid, pero cuando aparece impone el dramatismo de su personaje, y añoramos su maravillosa voz de actriz-cantante), Candela Serrat (en dos momentos arduos, de entusiasmo y derrota) y Claudia Benito, en muy logradas intervenciones, algunas de ellas sin palabras ante los jubilosos y tramposos «secretos» de la abuela.
Dentro del marco de referencia de montañas de cartón piedra y un mar proyectado en ellas con la violencia y la mansedumbre que le caracteriza, el ambiente de agonía y resurrección está moldeado entre parlamentos de noble realismo histórico con ecos de Eugene O´Neill (1888-1953), pero sin la sobrecarga de su época, muy depurados sus estallidos dramáticos para consolidar una brillante síntesis de teatro contemporáneo, apuntillado por la musicalidad de Orestes Gas y la iluminación de Paco Ariza.
De Alejandro Palomas
Dirección Mario Gas
Con Nuria Espert, Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Candela Serrat y Claudia Benito
Diseño de espacio escénico Sebastià Brosa
Diseño de vestuario Antonio Belart
Diseño de iluminación Paco Ariza
Música original y espacio sonoro Orestes Gas
Videoescena Álvaro Luna con la colaboración de Elvira Ruiz
Caracterización Núria Llunell
Voz Anabel Moreno
Una producción de Teatre Romea con el apoyo de ICEC
TEATRO ESPAÑOL. SALA PRINCIPAL. HASTA EL 14 DE ENERO 2024
Magnífica crítica Sr. Otheguy. Para los que ya hemos visto la obra sus palabras sirven para reafirmar nuestras apreciaciones, pero también nos la enfocan desde perspectivas que nos habían pasado desapercibidas. Y para los que no la hayan visto aún, estoy segura que su crónica hará de estímulo importante para no perderse está colosal obra con la interpretación de cinco actrices a las que se ve disfrutar en el escenario mientras ejecutan un trabajo bien hecho. Muchas gracias
Muchas gracias por su mirada.