‘Caóticos’, de Sara Coca: Cuando el caos ordena la realidad

Por Manuela Vicente Fernández

@ManuelaVicenteF

Caóticos (Editora BGR-2023), de Sara Coca, es un libro de microrrelatos editado dentro de la Colección Digital de Microficción Iberoamericana (número 21), en el que la autora sevillana, cual hábil prestidigitadora, establece un pulso continuo entre ficción y realidad arriesgando esta última en un excelso ejercicio metaliterario que reafirma, una vez más, su dominio del género breve.

Autora de numerosos libros y seleccionada en varias antologías del género, Sara Coca nos sorprende ahora en Caóticos con más de un centenar de microficciones en las que el denominador común es una realidad cambiante, en continuo movimiento y contacto con otras realidades, con las que colisiona. Nada permanece inmutable; escenarios y personajes rotan constantemente, cambiando su identidad. Un asesino convertido en penitente, un verdugo metido a carnicero, la mujer resentida reciclada en pescadora, cementerios que se convierten en parques y parques en los que los fantasmas juegan pueblan el abanico de historias de Caóticos. Un libro en el que el propio desorden es el que ordena la temática general.

La autora se nutre de mitos y del imaginario popular, a la vez que juega con lo invisible, el inframundo, espíritus que no saben que están muertos e interaccionan con los vivos, ciegas con gatos que nadie puede ver y que arañan los sueños de los demás o músicos que dirigen la sinfonía que componen las olas del mar. Todo adquiere en Caóticos una suerte de dualidad mágica, en la que es difícil descifrar el reverso de la cara. La metáfora cobra forma en el mundo de Sara Coca, un mundo de espejos, de trastiempos que, como una ventana abierta perennemente a otra realidad, se nos ofrece lleno de interrogantes.

Microrrelatos de gran efecto visual y de fondo como ‘La elección’ en el que las almas eligen a sus padres terrenales, o ‘Lotería’ en el que las personas, a modo de personajes, buscan su historia en el libro de la vida para conocer su futuro, o el psiquiátrico devenido en bar en ‘Trastienda’ son solo ejemplos de la intensa creatividad que nutre la obra.

La ironía y los juegos de palabras, son herramientas que también están presentes, al igual que el lenguaje poético y el pensamiento mágico en forma de sirenas, mitos, delirios y, sobre todo, de una constante inconformidad del ser. Es precisamente esta rebeldía del ser pensante y soñante en relación con su entorno la que actúa como resorte para activar la imaginación, que se vislumbra como una poderosa tabla a la que asirnos en medio de un caos que, si bien no podemos controlar del todo, también esconde maravillas, como esta obra:

Caóticos, de Sara Coca.

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