Lento Gutiérrez. Muy lejos de Hawái

Por: Mónica Sánchez

Un náufrago nada hasta la orilla con la tristeza de que su barco se ha hundido en alta mar, pero al mismo tiempo mueve los brazos, sin descanso, con la esperanza de volver a pisar tierra. Lento Gutiérrez ha sacado su tercer álbum, Morir en la orilla, y las canciones que lo componen recogen una historia de desamor por capítulos. Reúne, al son de la canción mediterránea, el reggae, el blues o la rumba, aquellas emociones que todos hemos vivido alguna vez. El camino de vuelta del desconsuelo a las nuevas ilusiones. Ahora bien, como en todo relato, que los astros nos salven de no morir cuando hemos alcanzado el destino.

Siempre acompañado de su ukelele con el que consigue una sonoridad propia de otros instrumentos combinando estilos de los dos lados del Atlántico, de lugares donde Hawái queda muy lejos. Una amalgama de notas cálidas y crudas, como todas sus letras. 

El cantautor madrileño, afincado en Barcelona, nos propone un viaje, un Descenso melancólico donde pesa el frío (El crimen) en los campos de cenizas (Experta en cenizas) hasta llegar a los mejores momentos que son errores (Un amor). Y también hay sitio para el humor en Amantes de la ficción, tres peculiares covers (La vida es un carnaval, Tu frialdad y Un buen día). Y poesía. Versos de Panero, Valente, Pizarnik o Bukowski.

Porque a Lento Gutiérrez lo encontrarás dando conciertos rodeado de libros, de bicicletas antiguas con cadenas engrasadas, en jardines donde anidan los pájaros, en locales y bares, y tal vez también en islas. En los escenarios donde llegan los náufragos.

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