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Contrition de Carlos Portela y Keko 

Portada de Contrition (Norma)

Una de las obras que nos hemos encontrado recientemente y que nos han resultado extremadamente interesante (aunque debemos reconocer que es una obra paradójica en muchos sentidos) es Contritium. Ha sido creada por los narradores Carlos Portela (guión) y Keko (dibujo). Keko es, por supuesto, bien conocido por su narrativa visual intensa, racional, romántica (en el sentido menos coloquial de la palabra) y oscura. Por otro lado, Carlos Portela es quien firma la narrativa escrita. 

Este trabajo se asienta en una perspectiva muy tradicional, al fin y al cabo. De hecho, utiliza las estructuras básicas de los thrillers o de las novelas negras, pero, a su vez, asume como elemento innovador la incorporación de unos presupuestos un tanto distópicos. En este sentido, los creadores optaron por el desarrollo de un elemento estructural que es la creación de una urbe, de una ciudad, que está repleta de personas que han llevado a cabo acciones que podríamos denominar genéricamente como disfuncionales. Esto permite a los autores, materializar una estrategia curiosa, paradójica y extraña de una historia que se asienta, como acabamos de decir, en elementos narrativos convencionales. 

En la obra, la narrativa escrita tiene un tono muy semejante a un trabajo previo del propio Portela y del que hemos hablado en esta revista anteriormente. Nos referimos a La cuenta atrás. En ambos casos, el trabajo de Portela es sumamente racional, medido, incluso lento. Es una especie de cocinado despacio, a fuego lento, de una historia que va tomando forma viñeta a viñeta. Sin ninguna duda, estamos ante una obra muy pensada. Su lentitud se acrecienta, además, gracias al carácter descriptivo de sus páginas. Esto hace que, realmente, no sea una obra que te impresione, ni te emocione. No es cómic impactante, no te va a dar un vuelco al corazón. De hecho, sospecho que los autores no han buscado esto. 

Con lo con lo dicho, pudiera pensarse que la obra no es muy interesante e incluso es aburrida. Nada más lejos de la realidad. Los creadores logran (sobremanera) mantener la tensión narrativa y obligan al lector a que no pueda dejar de prestar atención a los acontecimientos de la obra. Esto mismo también lo logró hacer Portela en su obra anterior. Parece que este creador se ha especializado en el mundo del thriller, en el mundo del comic negro.  

Ahora bien, todas estas características no habrían tenido tanto impacto sin el impresionante trabajo de Keko. El trabajo de este creador es más amable que en otras ocasiones. Nos referimos con esto a que da la sensación de ser menos frío, bueno… por lo menos esa es nuestra sensación. Diría que parece que Keko busca acercarse al lector y mostrar, de una manera un poco más íntima, los sucesos que están que se están contando. Pero todo ello lo hace magistral utilización de los negros y blancos. Esa intensidad clásica de la narración que, claramente, está adaptadas a sus intereses, a sus necesidades. Una narración, como digo, profundamente oscura en la encontramos viñetas expectantes y otras que nos conducen mentalmente hacia el decadentismo francés. 

Entre sus páginas nos toparemos con un rostro que nos desconcierta. Una cara que no logramos saber muy bien si está esperando o deseando. Un personaje rebuscando unos documentos, pero dicha búsqueda no es simplemente eso, también es una duda, una paradoja interpretativa que no sabemos hacia donde nos conduce.  

Contrition es un trabajo de carácter social e incluso político. Nos hablar, precisamente, de un acto de contrición (religión), pero también habla de la posibilidad de redención social. Ante ello, la posibilidad constante de purgar las faltas sociales que hemos cometido. La cuestión estaría en saber cómo hacerlo. Y eso es lo que se nos presenta aquí. Una posibilidad contradictoria pero enmarcada en los tiempos liberales en los que estamos. Es decir, el acto de contrición nunca será colectivo, sino indidivual. Al fin y al cabo, parece que cada uno de nosotros somos dueños de nuestros actos y de las consecuencias de los mismos. Ante todo esto, solamente hay cabida para los actos heroicos o demoníacos de personas concretas. Es decir, parece que no podemos esperar nada de la sociedad. Solo nos queda actuar por nosotros mismos. 

En definitiva, Contrition es una obra fría, muy, muy racional, pero típicamente moderna e individualista. En ella se destaca, sobre todo, el individualismo dentro de esa racionalidad tan marcada que hará las delicias de todos aquellos que les guste el cómic negro.  

Por Juan R. Coca

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