Una calle, un libro

AVENIDA DE LAS TERRAZAS, DEIR EL BAHARI

“LA BAILARINA DE LA TEINA HASHESHUPT”, DE TOMASZ LEBIODA

 

 

   Estaba en Luxor y pasé al otro lado del Nilo para visitar el Valle de los Reyes, donde están las tumbas con pinturas alucinantes de los faraones.  Y luego vi el grandioso templo de la reina Hatshesupt y me impresionó para siempre.

   Había varias escalinatas y terrazas gigantescas hasta llegar al templo excavado en la montaña, que se llama El esplendor de los esplendores.  La montaña se levantaba a pico detrás creando una sombra gigantesca en mitad del desierto. Y la reina estaba enterrada allí, como metida en las entrañas de la tierra.

     Hatshesupt reinó a partir de 1490 antes de Cristo. Primero compartió el poder con su sobrino Tutmosis III, pero luego se proclamó faraona. Y  declaró la Teogamia y se proclamó hija del dios Amón.  Hizo una expedición al Somalia para buscar incienso y mirra.  Es más fascinante que Cleopatra  y que Nefertiti y que Nefertari. Su arquitecto y amante Senemut levantó aquel templo en su honor en el desierto. Y se representó abrazándola con un niño entre los dos. Hatshesupt significa “la dama de las damas”. Debió de ser decidida, apasionada y con fuerte personalidad.

   El poeta polaco Dariusz Tomasz Lebioda escribió el libro de poemas “La bailarina de la reina Hashechupt”.  Tal vez el poema “Me acurruco” se refiere a la reina: “Me acurruco junto a tu pecho deseando escuchar / el misterioso olor de la vida”.  Tal vez la evoca a ella cuando dice: “Me golpean las olas de tus palabras silenciosas/  y me empujan mas y más lejos de las profundidades”.  Porque es tan profunda la sugestión de la Dama de las Damas: “De la tierra desconocida, lejos de tu alma insondable”.

ANTONIO COSTA GÓMEZ         FOTO DE UN VIAJERO ANÓNIMO