Teatro para leer: «El enfermo imaginario» de Molière-Armiño-Flotats en impecable edición
Horacio Otheguy Riveira.
El Molière de la farsa desbocada se borró de manera magistral en un 2020 que se iba desperezando de la pandemia, y llegó de la mano del maestro Flotats, capaz de entregarnos ese otro Jean-Baptiste Poquelin, Moliere (París, 1622-1673), creador de una amalgama de emociones lindantes con el drama, la tragicomedia, el grotesco de una sociedad hecha de vanas apariencias, forjador genial de personajes brotados de los vaivenes de la aristocracia y la miseria de la gente de a pie.
El teatro floreció en sus manos de gran escritor, mientras a su vez lo probaba todo como actor y director.
Josep Maria Flotats sabe tanto, conoce tan profundamente los matices de esta obra —sin duda una de sus obras maestras— que, en unión del magistral traductor Mauro Armiño, consolida una mirada total, que nada descuida, que embellece en escenografía y vestuario, y maravilla en la selección del reparto y la dirección de cada uno, al tiempo que —él mismo protagonista— compone al histórico Argán con el cuidado de una figura de exquisita factura: nada de sobreactuada farsa, como se interpretó en cine y tantas versiones teatrales, pues este Enfermo Imaginario mantiene una cordura poética en su «Yo Acuso» al abuso de poder de quienes desesperan por quedarse con su fortuna o se afanan en una medicina que apenas da de sí. La hipocondria ya no es un dechado de carcajadas basadas en la mofa del personaje, sino una divertida sucesión de enredos para exhibir lucha de clases en un contexto casi coreográfico donde la palabra, tan pulcra, tan mimada, se exhibe en una modélica teatralidad.
La publicación del texto traducido y adaptado al castellano maravillosamente por Armiño tiene una sutileza tan grande como en su día disfrutamos de su puesta en escena. Además, los lectores que no llegaron a ver la representación pueden imaginar con bastante precisión aquel formidable ejercicio de arte escénico, ya que así lo permiten las abundantes ilustraciones incluidas en la publicación.
«La medicina en la picota, pero también los estragos sociales, la lucha por el poder y la voluntad de la magnética bondad de un personaje característico de la Commedia dell´arte, aquí desarrollado con una riqueza de matices alucinante. Sin duda, la criada Tonina es la madre de todas las criadas que en la historia de la comedia han existido, pues en sus manos se mueven los trucos de quien solo se propone servir con generosidad y descubrir a los perversos, valiente e ingeniosamente». (Extracto de la crítica publicada en estas páginas, incluida junto a las de varios colegas igualmente maravillados: El enfermo imaginario, con gran elenco encabezado por Flotats y Anabel Alonso).
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«… En El enfermo imaginario Molière descubrió una faceta del ser humano que no se limita a su tiempo, sino que ha ido aumentando hasta llegarnos convertida en una pandemia universal: la de quienes, para remediar frustraciones y fracasos personajes, sufren o creen sufrir enfermedades que no son otra cosa que fruto del descontento ante unos deseos y proyectos de vida insatisfechos; de ahí las contrariedades ante los menores hechos que provocan una desazón constante e inquietante; de ahí también la depresión que afecta a miles de personas ante cualquier suceso adverso, por mínimo que sea; y de ahí que se busque como solución mágica la cura de sus desilusiones en la medicina y el remedio en las pastillas…».
(Josep Maria Flotats, Para el 400 aniversario de Molière, páginas 7 a 9)
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