“El instante y su sombra”, de Julia Otxoa

Por Jorge de Arco.

Poeta, narradora y artista gráfica, Julia Otxoa lleva décadas ofreciendo una obra literaria plena de originalidad. En su última entrega, Resurrección (2022), la autora donostiarra apostaba por un cántico elegíaco que no renunciaba a celebrar, en cierto modo, la existencia: “¿Quien sostiene la vida sobre la desgarradura?”, se preguntaba. Pero tras esa interrogante, estaba la acordanza de aquellos que amaba a través de la memoria, de la palabra balsámica que le permitía acercarse a “tan sólo unos centímetros/ de algo que una vez fue azul”.

Ahora, en El instante y su sombra (Cálamo. Palencia, 2023), Julia Otxoa invita al lector a un paseo por las avenidas de la reflexión, por las aceras de la lluvia, por los mapas del alma. Y lo hace, mediante un verbo que se orilla en los enigmas del ser humano, que se inquiere y se hiere en sus mismas dudas y que no renuncia al compromiso de lo cotidiano:

Un andamio de vértebras y sueños me sostiene,
degusto el ser como un milagro,
sin rendirse a la costumbre que degrada el prodigio
hasta ocultarlo.

Su mirada se comprime y se extiende en pos de un paisaje mayor, donde tengan cabida las contradicciones y los afectos, la belleza y la derrota, el ángel y la fábula, y entre sus ojos cabe todo aquello que derraman los días junto al vidrio de la memoria:

Llamo a esa puerta que un día fue árbol,
bosque habitado de pájaros
en el que oigo cantar a mis abuelos.

Ajena a cualquier marmoreidad que evite la claridad de lo cromático, Julia Otxoa amplía las posibilidades de los significantes, los mismos que reordena para formalizar un decir que apueste por una verdad totalizadora, que desvele y ponga de relieve los distintos ámbitos y perfiles visuales que habitan su costumbre y su asombro: “En el altar de las maravillas asisto al sistema vascular de las plantas”.

Mas no renuncia la poeta a dejar que el ensueño de lo ordinario se haga fragmentación de lo posible y avance, a su vez, hacia una plenitud que genere un refugio desde contraponer cualquier atisbo que pueda escindir lo íntimo. “Una sonrisa puede convertir el agua en vino y abrir en dos el mar”.

Al cabo, su verso también recorre las veredas de lo frágil, de lo mudable, y sus huellas se convierten en una suerte de renovada y sugerente intelectualidad, en un seductor despliegue de verso pensativo, ascendente, conciliador:

Hay momentos en que la sensación de formar una misma
identidad con un árbol, una semilla o el canto de un
pájaro es algo físico.
agronomía poética del corazón.

Un libro, en suma, donde destaca cómo el poema no es el desarrollo de una materia, el detalle de una temática, sino una precisa y liberadora sucesión de imágenes que conquistan el territorio del lector y lo hacen universo común, raíz de cuanto se aquí se renombra. Y se comparte:

Como un río profundo en el que el bosque se refleja,
como el humus que hace posible el jardín
año tras año y lo renueva,
así la memoria deposita la luz en la semillas,
en los oscuros surcos de la noche,
iluminando el paisaje de todo aquello que fue,
y hoy sustenta nuestro pasos.

Julia Otxoa

El instante y su sombra

2023, Editorial MENOSCUARTO

Páginas: 168

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