Entrevista a Carmen Fernández Rey, por «Blanco roto»
Por Jesús Cárdenas.
Blanco roto (Libros Canto y Cuento) es la opera prima de Carmen Fernández Rey. Licenciada en Bellas Artes acaricia por vez primera el género poético. La sevillana concibe la escritura como un proceso lento y cuidadoso. En sus poemas la existencia de los dos polos antitéticos de toda existencia: la alegría y el sufrimiento, el amor y el dolor. En su discurso cabe los detalles cotidianos, lo autobiográfico pero siempre depurado. Lo esencial cantado. La emoción verdadera entonada. No cabe duda de que en Blanco roto la creación del poema viene dado por la vocación: humildad, silencio, intuición y trabajo.
***
Primera obra publicada en la editorial jerezana, Libros Canto y Cuento, dirigida por el magnífico poeta, José Mateos, que se distingue por difundir obras bien hechas. ¿Cuánto de obra bien hecha hay en este Blanco roto? Cuéntanos qué supone para ti la publicación de tu primer libro.
Para mí la publicación de este poemario es un regalo de la vida tras una larga etapa de sufrimiento. En el proceso he aprendido muchísimo y me ha ayudado a superarme cada día. Estoy muy contenta de que estos versos puedan llegar a otras personas que, tal vez, se sientan identificadas o animadas por ellos.
Por otra parte, he tratado de dejar en cada poema una verdad que estaba en mí, una verdad cargada de emoción. Las palabras están muy medidas y he tenido que hacer un acto de contención en cada poema para limpiarlos de lo innecesario y conseguir llegar a lo esencial.
La capacidad semántica de los colores es incuestionable. Su valor como símbolo podría ser, en cambio, un tanto predecible. ¿Cuánto hay de predecible y cuánto de sorprendente esconde este magnífico título, Blanco roto?
El título Blanco Roto no sólo habla del blanco, que suele simbolizar pureza o inocencia (en este caso una pureza rota tal vez por el dolor), sino que también tiene otra acepción, el blanco de la diana. En este caso representa la trayectoria de una vida que parece estar apuntando en una dirección y que, por algún motivo (en mi caso una enfermedad de tipo mental), se desvía. Blanco Roto es un reflejo de mi vida. Una vida marcada por la enfermedad, pero también por el amor y la poesía.
¿Podrías contarnos de qué modo ha influido tu formación en Bellas Artes a la hora de componer este conjunto de poemas?
Cualquier experiencia o formación que tiene una persona la determina para todo aquello que realiza en su vida. Quizá mi formación en Bellas Artes me ha enseñado a saber admirar y reconocer la belleza y a estar más atenta a todo lo que me rodea.
Para que los lectores conozcan más a Carmen, ¿cuándo y cómo descubrió la poesía? ¿qué significa la poesía para tu día a día? ¿Y cuándo le llegó la hora de publicar?
La descubrí precisamente en un acto literario al que acudí hace unos años en la universidad. Mientras esperaba el comienzo de la charla, estaba paseando por un claustro y observaba a las golondrinas pasar, cruzándolo de un lado a otro. Entonces comencé a apuntar lo que se me iba ocurriendo y me di cuenta que tenía algo que decir. No sé porqué, siempre tuve claro que el medio debía ser la poesía. Esa misma tarde conocí a José Mateos, que era uno de los participantes en el coloquio, quien se ofreció generosamente a ayudarme, y así comenzó esta aventura en la que él ha sido mi guía y maestro.
La poesía es mi pasión, mi vocación. Cada día le dedico tiempo de una manera u otra. El momento de publicar llegó de un modo natural. Tenía muchos poemas desde hacía tiempo reposando y José Mateos quiso publicarlos.
Si tuvieras que equilibrar la balanza de la composición poética, intuición o azar versus trabajo o reflexión, ¿de qué se componen los poemas de Blanco roto?
Intuición y azar, trabajo y reflexión, todo ello es importante. En Blanco Roto hay oficio, es decir, trabajo, mucha reflexión y también, cómo no, intuición y azar, eso que viene de no se sabe dónde y te sorprende, esa gracia que es tan necesaria para que la poesía sea un descubrimiento incluso para quien la escribe.
Leyendo los poemas de Blanco roto, los lectores deducimos que tu proceso ha sido cuidadoso y lento. ¿Ha consistido en depurar la expresión en busca de lo esencial?
Ha sido un proceso de varios años en los que he ido estudiando la métrica y cómo expresarme a través de una voz personal.
El proceso ha consistido también en saber cuándo tengo que callar y cuándo tengo que decir. Respetar los silencios. También ha sido un ejercicio de humildad, puesto que hay veces que uno tiene que prescindir de cosas que le gustan o que le parecen interesantes, me refiero a un verso, una metáfora…. Creo que quien manda es el poema y él te va hablando; es el poema que viene del misterio, quien te indica cuando tienes que cerrarlo, cuando algo falta o sobra, hay que escucharlo….
¿Qué tipo de precalentamiento emplea Carmen antes de escribir un poema, la lectura de un poemario, algo de música quizá?
Bueno, depende. Leer siempre inspira, claro. Otras veces tengo una idea clara de lo que quiero decir a partir de algo que me ha sucedido o he visto, etc., y voy más o menos directa a dejarlo por escrito. En otras ocasiones tengo el impulso de escribir aunque no tenga claro lo que voy a decir. En estos casos suelo ayudarme de alguna música para entrar en ese estado que necesito, un estado contemplativo en el que espero. Suelo escuchar música sacra; Arvo part; música electrónica de tipo ambiental: Ryuichi Sakamoto, Alva noto, Hiroshi Yoshimura, Max Richter, Ludovico Einaudi….
Intuimos que Blanco roto los poemas están sujetos a la imagen poética y cómo no a la musicalidad. Para ejemplificarlos, ¿podrías dejarnos tres poemas?
La imagen poética es una parte fundamental en poesía, es lo que le da la carne al poema y nos lleva a lugares concretos, a objetos más o menos cotidianos, nos sitúa… Y la música, en mi humilde opinión, es lo más importante. Es una de las cosas que he aprendido con José Mateos. Creo que el poema debe cantar lo que dice y existen dentro de la métrica posibilidades infinitas para hacerlo, pero es sólo mi opinión y siempre desde el respeto a quien no guste de utilizarla.
Con gusto, he seleccionado tres poemas de Blanco roto para ejemplificar mi respuesta.
LA VENTANA
Me pregunto si existe
algún silencio puro.
Intento ser
como el cristal
que haciéndose invisible
nos habla del paisaje a boca llena.
LA VELA
Qué extraño estar contigo.
Saber qué existes
y luego no encontrarte.
Atraparte
en un sueño
y, al despertar,
quedarme
como al que se le apaga
una vela en mitad de la negrura.
Ya sólo sé de ti porque me quemas.
MONSTRUOS
Como un perro que husmea
buscando droga,
me paro en tus facciones,
analizo tus gestos,
me empeño en perseguirte.
-¿Quién eres?- me pregunto.
De tu otredad profunda
viene hasta mí
algo que me subyuga
y desconozco.
¿Es mi noche o la tuya
la que crea los monstruos
que ahora nos suplantan?
La poesía no puede reducirse a la prosodia o a los aspectos formales. En ella se vierten ideas, ¿cómo son de existencialistas los poemas de Carmen Fernández Rey?
Casi todo lo que concierne a mi vida está ahí. Mi propia vida es lo que da coherencia al libro. Mis experiencias desde la infancia, las pequeñas cosas, el dolor y la enfermedad, el amor, la poesía, Dios, una vida.
Los poetas pulsan la tensión. Se mueven bien en los tonos sombríos, dramáticos, incluso pesimistas. ¿Contiene este libro estos tonos o no?
Sí, claro. Poemas como “Monstruos” o “Voces” , “La duda”, son poemas que tocan aspectos más difíciles o dolorosos. Creo que la poesía está ahí para acompañarnos y celebrar los buenos momentos y también para aliviarnos en los momentos más duros y sombríos.
¿Hasta qué punto para Carmen Fernández Rey las palabras son reveladoras, iluminan la verdad?
La palabra para mí debería ser sinónimo de verdad. ¿Recuerdas cuando antes en los pueblos se decía que tal persona era ”de palabra”? No necesitaban firmar nada, bastaba la palabra. Eso debería seguir ocurriendo. Y también que buscáramos en nuestro interior para que, al salir de nuestros labios, las palabras fueran lo más limpias posible.
Gracias por la entrevista, Jesús, espero que te haya resultado interesante. Felicito a Culturamas y a ti, por la labor que está realizando para difundir libros recientes.