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‘Lockdust’, de Álvaro Paris

HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.

El pasado veintiocho de septiembre (así, con letra, que abarca más) presenté la novela Lockdust: el caminante de sueños, de Álvaro Paris, compañero del Grupo Fanes y más concretamente de Editorial Titanium.

Álvaro y yo no nos conocíamos. Primero David, director editorial, me comentó que hablase con él ya que se estaba/está moviendo mucho por Madrid, y mi mudanza, hace un par de meses, era inminente. Al poco, Adriano, editor adjunto y responsable de la sección de manuscritos, me preguntó si querría oficiar una presentación de Álvaro en Fnac Goya a finales de septiembre. De primeras dije que no. Cambio de trabajo, de ciudad, de vida… Pero al final pude asistir y eso hice. Yo ya había presentado (con cierto éxito) Cabárceno: La novela en ese mismo Fnac, y volveré cuando MIMO esté en el mercado, así que era territorio amigo.

  • El problema: la novela.

La tengo desde 2022. En mi primera visita al Celsius, en la cual me acompañó mi querida madre (y digo me acompañó y no me llevé a porque el honor, en estos casos, siempre lo recibe uno) y, al ver la novela de Álvaro, me la regaló. Ella es así, piensa más en los demás que en ella misma. Si algo la entra por el ojo y puede alegrarle el día a alguien que quiere… Para la saca, pirata. En el caso de la novela de Álvaro le gustó la portada.

Vueltas de la vida que la semana pasada vino a visitarnos a Marianna y a mí a Madrid. Es médico, y asistía a un curso en Azca, cerca de mi oficina a la orilla de ese monstruo varado que es el Bernabéu. Leí Lockdust en el autobús, a su lado. Prefiero 10 minutos más de viaje sentado, leyendo, que la no-inmediatez apretujado entre sudorosos cuerpos y largos dedos a primera hora de la mañana.

Por norma general, una novela de fantasía (porque eso es) suele sentirle al estómago como plomo. Ojo, me encanta el género. Pero si la construcción mitopoyética es adecuada, esto se traduce en páginas y páginas de worldbuilding (que tan de moda está con Brandon Sanderson…). Lo cual está perfecto.

En el caso de Álvaro, no sé si por las similitudes del mundo de Lockdust con el nuestro o por qué, esto no ocurre. Dota a la estructura del frescor escénico que muchas novelas han adaptado del mundo del cine. Cuando es necesario describir, describe. Cuando es necesario. En profundidad. Pero Álvaro sabe que el lector actual, especialmente el más joven, ha visto una inimaginable cantidad de películas y escenas de videojuegos, y que aunque no signifique con exactitud cómo se llama la arista torcida del travesaño del gran salón de un castillo del siglo XII, con menos, se lo puede imaginar. También recurre mucho al diálogo para perfilar a los personajes y agilizar la narración. Esto es especialmente importante porque Sendo, nuestro protagonista, tiene 17 años y pertenece a ese grupúsculo de adolescentes hormonados al albor de la edad adulta, pero cuyas experiencias vitales difícilmente permiten monólogos internos de la más intrincada filosofía. Sendo es un chico casi normal, de nuestro mundo. Con lo que ello implica.

Esto no quiere decir que sea una novela juvenil o adolescente. Muchas obras de Dickens, a día de hoy, caen en esta categoría. Incluso Tolkien, lo cual es una desfachatez enorme de (y espero no ofender al lector, pero debo decirlo) presuntuosos cortos de miras. Y, si lo fuera, ¿qué tiene de malo? Yo alterno a Hemingway con Harry Potter.

  • Ya está. Lo he confesado.

Álvaro, como demostró durante la presentación/coloquio (que fue divertidísima, así que, si estáis por Madrid, os aconsejo a acercaros cuando me toque introducir a un autor: voy a pinchar, en el buen sentido), es un escritor bien formado, y sabe que una buena historia no depende del héroe que derrota al villano. Por encima del joven idealista existe un complejo organigrama, dispuesto en diferentes bandos, de personalidades con diferentes intereses socioeconómicos que guían sus acciones. Conquista territorial, amor/sexo… Todo lo orquesta un único motivo: el poder, ya sea aumento o mantenimiento. Y qué triste que así sea.

Sendo, además de combatir contra la dualidad implícita a formar parte del mundo de Lockdust y del nuestro simultáneamente, tendrá que entrenar su astucia para comprender en profundidad dónde se está metiendo y qué más está en juego además de una profecía y un retorno al antiguo orden.

No diré más. Hoy me he extendido.

Lockdust es la primera parte de una triología, pero la lectura como novela independiente es gratísima. La podéis encontrar o pedir en cualquier librería, en Amazon, o en la web de la editorial.

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