«Toiveiden Puutarha (La aventura de mis siete vidas)», de Albert Torés
Por José Antonio Santano.
La aventura de mis siete vidas. Un viaje poético a los abismos del ser.
El hombre ante sí mismo, en la inmensa soledad de los sentidos, mirándose hacia adentro, buscándose con exactitud milimétrica, ahondando los abismos de la vida y la muerte, precipitado en los silencios de la noche, en la música serena de las ramas de un árbol plantado en mitad del mundo, en el corazón de la nada, tras ser verbalizada la tragedia o el mal que nace de lo nimio y efímero. El hombre en su canto y verbo, resplandeciente en la palabra que abre el alma de las sombras y crea la luz de la poesía. «El hombre lo es precisamente por eso, porque tiene conciencia y la tiene porque tiene memoria», que diría Max Aub. El hombre que habita el viento o el vuelo de los pájaros, una vez y otra, redimido en la invisible forma de los ángeles; alto en la inaprensible altura de los astros, detenido en los labios del tiempo. El hombre y la poesía, frente a frente, en armonía velada.
El hombre y el poeta en el creciente fulgor de la palabra, la que ilumina las páginas de este libro, Toiveiden Puutarha (La aventura de mis siete vidas), edición bilingüe finlandés-español, homenaje al gran poeta finlandés Blaise Cendrars, autoría del poeta residente en Málaga, Albert Torés (París, 1959).
Albert Torés, alejado de los círculos de poder mediáticos andaluces, de capillas y cenáculos poéticos cuyo objetivo nada tiene que ver con la literatura, nos lega, afortunadamente, una poesía netamente humanística (no olvidemos que es uno de los fundadores de Humanismo Solidario), como así podemos comprobar en La aventura de mis siete vidas, un poema río, autobiográfico, donde la tensión poética late y se mantiene de principio a fin (nacimiento y muerte en el texto).
Torés nos invita a un viaje por la historia —su historia— para mostrarnos un mundo ruidoso y deshumanizado, donde lo crematístico se antepone a la ética, a la búsqueda del alma de las cosas, también en el ámbito de la poesía: «Los poetas pelean por un trono / de barro, al parecer privilegio / por principio para reproducir / pensamientos, propuestas y proclamas (…) ¡Cuánto cinismo encierra la escritura si no es arrestada por la / reflexionada pasión de lo efectivo, de lo metálico!».
Torés es un poeta de múltiples registros, que amasa con mimo el lenguaje para proyectar sobre él, no sólo conocimiento, sino emoción, esa que es capaz de perturbarnos, que nos hace sentirnos vivos y ‘ser’: «Estaba muy feliz en el vientre de mi madre. / No conocía ni vientos ni nevadas ásperas / y todos los conflictos reducíanse a verme / crecer. // Entonces fue cuando quise ser poeta».
La literatura, el cine, la poesía, el Che Guevara o Neruda, la música de jazz, Blaise Cendrars y el manuscrito La aventura de mis siete vidas: «Quise ser poeta / porque no admito / la desigualdad de oportunidades, / porque elpresidente Johnson / ya pidió el 4 de agosto de 1965, 1700 millones de dólares para / reforzar la imaginería / y maquinaria militares en Vietnam… ¿Poesía social? Tal vez en su sentido formal, pero este poema río es algo más, diría que la rebeldía del hombre contra un sistema que hace aguas por todos lados, cuyo único centro es la materia, el dinero, pero no el hombre, de tal manera que el poeta-hombre inicia su propia revolución a través del único instrumento posible para él, la esperanza en la palabra: «La esperanza. / Siempre la esperanza / que ahora vive en los trajes de franela / de unos reclusos que se dedican a soldar barras de hierro, / reparar camastros de hierro, / templar llaves de hierro. Los grandes / transatlánticos igualmente se cargan de hierro.
Todos parecemos esperar la palabra (La esperanza es poesía de la velocidad…» En este libro, Torés mantiene la tensión mediante el versículo, persiste, formalmente, en lo prosístico, hasta para crecerse en su particular homenaje al genial poeta Blaise Cendrars, viajando a través de los acontecimientos históricos más relevantes de las últimas décadas y de su propia historia personal, hasta su final imaginado.
Torés, en este único poema río, ha querido combinar conocimiento y experiencia, y emoción contenida, creando así un texto valiente, plural, tan humano como poético.
La aventura de mis siete vidas
Albert Torés
Universo de Letras (2023)