‘El retrato de una dama’, de Henry James
EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ – MIRANDA.
Alianza Editorial ha reeditado una de las novelas más destacadas del siglo XIX: El retrato de una dama, de Henry James. María Luisa Balseiro es la encargada de acercarnos a esta obra fundamental del escritor norteamericano. La prestigiosa traductora ya nos había ofrecido su versión de Washington Square, del mismo autor.
Según parece, la idea de esta novela tuvo su origen en una historia real. Henry James, tan interesado siempre en el arte, especialmente en la pintura, cualidad que ha quedado plasmada en buena parte de su obra, mantuvo, a lo largo de toda su vida, relación de amistad con pintores del prestigio de John Singer Sargent, o Frank Duveneck. Éste último, de origen humilde, contrajo matrimonio con la rica Elisabeth Boott, en contra de la opinión de su padre. Los entresijos de esta historia, que James llegó a conocer de cerca, le sirvieron de inspiración para su novela The Portrait of a Lady. Incluso la villa Castellani de Bellesguardo, donde residió el pintor con su esposa, la empleó James como modelo para la residencia del Gilbert Osmond de la novela. La propia afinidad de James con la pintura trasciende en el uso del término portrait. Años más tarde, un joven James Joyce utilizaría este mismo término para titular su primera novela: Retrato del artista adolescente.
Obra de compleja factura, Henry James llegó a trabajar en ella durante dos años. Así lo recordaba el propio autor: “Comencé Retrato de una dama, al igual que Roderick Hudson, en Florencia, en el transcurso de los tres meses que pasé allí en la primavera de 1879. Como en el caso de Roderick y del El americano, mi primera intención era que apareciese en The Atlantic Monthly, donde empezó a publicarse en 1880. A diferencia de sus dos predecesoras, sin embargo, encontró también otra salida, con periodicidad mensual, en Macmillan’s Magazine, y resultó ser una de las últimas ocasiones en las que una novela mía se publicó por entregas simultáneamente en Inglaterra y Estados Unidos. (…) Recuerdo que estuve muy ocupado con ella de nuevo al año siguiente, durante una estancia de varias semanas en Venecia”.
Henry James pone en práctica, en esta novela, una de sus características fundamentales de su narrativa, lo que él llamó “punto de vista objetivo”, es decir, la búsqueda y consecución de la narración indirecta. Lo que trataba de plasmar Henry James con esta técnica es la desaparición del punto de vista del narrador, lo que convierte al lector en conocedor privilegiado y directo de lo que acontece al propio personaje.
El argumento de la novela es el siguiente: Una joven norteamericana de apreciable belleza, Isabel Archer, decide emprender un viaje por Europa. Allí tratará de vivir en plena libertad, asumiendo los riesgos que ello podría comportar. Una serie de ventajosas propuestas matrimoniales son rechazadas, en contra de los consejos familiares. Una inesperada herencia la convertirá en objeto de deseo. Este sencillo argumento en manos de Henry James convierte Retrato de una dama en una de las grandes novelas del siglo XIX. Como recuerda G. K. Chesterton en el Obituario de Henry James, sus libros “siempre serán hermosos… y dan tanta impresión de ser jóvenes que merecerían ser viejos”.
El cine ha sentido una especial predilección por las novelas de Henry James. Así, han sido adaptadas las novelas Las bostonianas y Los europeos, por el director James Ivory. La directora neozelandesa Jane Campion realizó la versión cinematográfica de El retrato de una dama en 1997, con Nicole Kidman y John Malkovich en los principales papeles. La directora neozelandesa siempre se ha sentido identificada con esta novela, por ese contraste entre “la frescura y la inocencia, casi la simplicidad de los colonos del nuevo mundo y el refinamiento, la complejidad, casi la corrupción del viejo mundo europeo. Por eso, resulta turbador el encuentro entre Gilbert Osmond e Isabel Archer. Isabel es todavía ingenua cuando llega a Europa, pero él está ya corrompido por su estancia en el Viejo Continente y enseguida tratará de degradar la pureza de ella”.
El Retrato de una dama pertenece, junto con Las alas de la paloma, La copa dorada, o Los embajadores, a las grandes novelas de Henry James, el más británico de los escritores norteamericanos.
John Banville, uno de los grandes estilistas de la novela actual, asumió el reto de continuar la novela de Henry James. Bajo el título de La señora Osmond (Alfaguara, 2018) continúa El retrato de una dama donde James puso el punto final.