La Vecina Rubia cierra la saga ‘Verano’ con una nueva novela

PILAR M. MANZANARES.

Los dos primeros títulos de la saga Verano se han convertido en un fenómeno editorial imparable, logrando ocupar el top de la lista de más vendidos durante varios meses. La Vecina Rubia se consolida como escritora con una novela llena de madurez, sentimiento y “risanto”.

Con La chica del verano se completa la saga Verano. Una historia que nos ha llevado por el camino de una rubia adolescente de dieciséis años muy especial hasta convertirse en la mujer que es hoy y en el personaje anónimo que la acompañará para siempre: la Vecina Rubia.

Una vida llena de amistad y emociones a flor de piel que han madurado, como lo han hecho las protagonistas de esta historia, que bien podría ser la de cualquiera.

Esta tercera novela supone la consagración de la Vecina Rubia dentro del mundo literario, demostrando que su talento va mucho más allá de las redes sociales. Una autora con un estilo propio que ha conseguido identificar a miles de lectoras, que han hecho suya una manera muy particular de ver la vida. Una reinterpretación llena de humor, emociones y amistad que concluye con su novela más personal.

  • Sinopsis: Así quería ser yo: anónima. Oculta, pero presente.

La vida está llena de etapas, algunas preciosas e inolvidables, otras más difíciles y complicadas, lo importante es saber cuándo hay que cerrar cada una de ellas.

La madurez no nos avisó. Apareció de repente con la enfermedad de Lucía, que superamos como siempre lo habíamos hecho, estando unidas. Aparentemente, Laux, Sara, Lucía y yo éramos las mismas cuatro amigas inseparables, pero las circunstancias de la vida no nos lo estaban poniendo fácil. La desilusión por un sueño que se escapa entre las manos, ocultarle la verdad a quien amas, tener que decidir entre tu pareja o ser madre hizo que nos diésemos cuenta de lo mucho que habíamos cambiado.

Seguíamos llenas de veranos y atardeceres, de risas y llantos, plenas de amistad incondicional y de luz, pero también de decisiones difíciles de tomar, diferentes, ineludibles a nuestra edad.

Entre ellas, la más importante para mí no dejaba de repetirse en mi cabeza: ¿Quería ser yo la Vecina Rubia? ¿Podría sostener el peso del anonimato siendo ella?

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