La palabra invisible, de Cristina Peñalva
LA PALABRA INVISIBLE de Cristina Penalva Pastor
Ediciones La Palma, 2023, 85 págs.
Por Matías Escalera Cordero
Pocas veces se combinan vida, experiencia, honestidad, amplísimo conocimiento poético y escritura; con La palabra invisible, de Cristina Penalva, es, justamente, lo que sucede, que todos esos elementos, tan raramente combinables, se dan juntos y se entrelazan magníficamente con una poesía honda, fundamentada en la experiencia y la memoria.
En el prólogo del poemario, otra magnífica poeta, María Ángeles Pérez López, afirma que, en él, «brota un léxico intangible que abre espacios de luz en donde respirar por grietasalma…» que, al final, nos llevan a un estado semejante al que «funde los cuerpos en el amor». Y así es, pues con una elegancia clásica, que nace de su profundo conocimiento de la poesía, Cristina Penalva, su autora nos lleva al encuentro con las palabras invisibles que nos permiten comprender y nombrar el mundo que habitamos, terrible y maravilloso, a un tiempo, y la vida que vivimos, con dolor o con la intensidad de rayos que se pierden en la luz, y la memoria de la vida que hemos vivido y que re-vivimos por su intercesión: con todo lo gozoso y lo terrible, con la infancia y con la madurez, con el amor y con el olvido, con la vida vivida y con la muerte experimentada, con todo el dolor y con toda la felicidad que caben en ella.
La palabra invisible de Cristina Penalva es, así, un hermoso, sincero y honesto acto de fe en la poesía de alguien que la conoce y la ama profunda e intensamente. Como dice Ángela Serna, en el primero de los epílogos: sus poemas «caminan entre Eros y Tánatos, entre lo profano y lo sagrado, entre lo subterráneo y lo etéreo…» Y, como, finalmente, afirma Stefania di Leo, en el segundo de los epílogos, el suyo es «un lirismo decantado, con una precisión del lenguaje, con un ritmo que ordena y da sentido al pensamiento y a las emociones con una estructura de gran intensidad imaginativa». El lirismo de alguien, cabría añadir, que ha vivido y que conoce.
Un acierto, sin duda, de la editora de Ediciones de la Palma su publicación.