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«Las buenas madres»

Por Gerardo Gonzalo.

Disney+ ha estrenado la miniserie italiana de 6 episodios Las buenas madres (Le buone madri). La ficción, nos cuenta la historia de varias mujeres, integrantes de familias pertenecientes a la mafia calabresa de la Ndrangheta, que deciden rebelarse ante su destino, y en compañía de una fiscal, luchan por salir de su situación y colaboran para destruir la organización desde dentro.

Lo primero que tengo que decir de esta serie, es su carácter de excepcionalidad en el panorama actual. Me explico. Tras una era dorada en los últimos años, de excelsas producciones de ficción televisiva, contemplo como la calidad (muchas veces reñida con la cantidad y la superpoblación de este tipo de productos) va mermando en los últimos tiempos y cada vez me resulta más complicado afrontar una serie que me apasione y me enganche. De hecho, a lo largo de este 2023, mi visionado de series se ha dividido en dos tipologías, las que directamente he abandonado y las que he concluído, pero no me han provocado más que un moderado interés. Las buenas madres ha roto esta tendencia. En mi opinión, nos encontramos ante una ficción excelsa, llena de tensión y emoción y con un acabado y unas interpretaciones extraordinarias.

No ha sido fácil llegar a esta miniserie. Orillada por los estrenos más mediáticos, sin apenas generar atención alguna por buena parte de la crítica especializada, y con un título que podría evocar a una comedia de Telecinco o una peli de Santiago Segura, abrirse paso para descubrirla y llegar hasta ella, es casi un milagro que siento la obligación de compartir con vosotros.

Porque Las buenas madres es una de las mejores ficciones de los últimos años. Una serie, que nos lleva a través de la peripecia vital y existencial de tres mujeres, a encontrarnos con lo más sórdido de la sociedad, con la crueldad en estado puro y con un machismo atávico, que las corroe y las encierra en esa prisión física y mental que es la mafia. Como contrapunto, una cuarta mujer, una fiscal implacable que las intenta atraer para alejarlas de su entorno y desligarlas de sus lazos familiares, tan poderosos y difíciles de deshacer.

Para encarnar todo esto, un elenco de actrices soberbias. Gaia Girace, como esa hija cuya madre se decidió a dar el paso y que ahora se encuentra rodeada de sus verdugos (y familia a la vez). Valentina Bellé, mujer de fuerte personalidad, llena de carisma, que el machismo y la sinrazón no dejan de limitar. Por último Simona Distefano, la más frágil y la peor tratada, solo quiere ser feliz. Frente a ellas, un grupo de hombres malvados, machistas en extremo y llenos de dobleces, donde destaca por sus interpretaciones Francesco Colella como padre cruel de la protagonista y Andrea Dodero, joven amigo sometido a todo tipo de contradicciones, en los que pesa mas la influencia del clan, la obediencia debida y los códigos ancestrales, que el amor.

Un serie de impecable factura (su director Julian Jarrold ha dirigido algunos episodios de serie The Crown), sin apenas altibajos, en la que percibimos ambigüedades y claroscuros en el comportamiento de los personajes, que incrementan aún más la tensión y nos hacen dudar de algunos hechos sucedidos. A similitud del gran director iraní Asghar Farhadi, se nos muestra la realidad, pero de soslayo, sin la suficiente claridad y dejando algunas piezas sueltas, como para que dudemos y no tengamos claro, a qué juega exactamente cada uno de los protagonistas, requiriendo del espectador y de su intuición para vislumbrar el verdadero fondo de cada uno de los personajes.

Una miniserie que en ningún momento baja el nivel y que mantiene siempre el ritmo narrativo. Sabe conjugar una trama apasionante, con la fidelidad de un relato, el de la mafia, que pocas veces se ha focalizado en el universo femenino, despojando a sus protagonistas de cualquier respetabilidad, y trasladándonos a un mundo de crueldad extrema y machismo, en un entorno lleno de cutredad, alejado de otras representaciones cinematográficas que ofrecen versiones más sofisticadas de este mundo.

Teneis que verla. Os entretendreis, también sufrireis, y os estremecereis al ver y reflexionar sobre los extremos que puede llegar a alcanzar un ser humano, en lo que se refiere a la complejidad y dependencia de las relaciones con la familia. De como estas, por un lado, nos pueden sustentar por su inigualable potencial de pertenencia a un grupo, pero también pueden ser capaces de ahogarnos y hacernos desaparecer como entes individuales.

De momento, lo mejor que he visto en 2023.

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