‘Dawson felpa’, de Alejandro Rodríguez Tárraga
HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.
Casi coincidió con la publicación de Cabárceno. Alejandro Rodríguez Tarraga publicó a finales del año pasado Dawson Felpa, una novela negra que combina lo peculiar con lo original, y a la que hace un par de semanas hinqué el diente. En el Celsius 232 coincidí con él, ya que mi firma tuvo lugar entre las que realizó él.
Si buscáis la novela, la cubierta, una de dos: u os hace pinchar en COMPRAR sin reparos, u os asusta como el olor de unos pies a ciertos gatos. Mi reseña va enfocada a estos segundos. Como lector suelo variar; los seguidores de mis posts lo sabéis. De un género a otro y tiro porque me toca. En lo referente a novela negra el bagaje oscila entre los clásicos detectivescos al elenco actual nacional, que varía desde la lobreguez de los callejones ensangrentados a la pureza de los villanos con escrúpulos.
Dawson Felpa rompe con todo ello. Es una novela negra con peluches. Y esto lo resalto, ya que no es lo mismo las novelas de que las novelas con. Cabárceno es una novela con animales infectados/zombis; Guerra Mundial Z es una novela de zombis.
Entendido.
El título hace referencia a nuestro protagonista, un osito de peluche con malas pulgas que es, a su vez, el detective. Los peluches con alma, es decir, aquellos amados por un ser humano, se materializan en la Ciudad de los Olvidados cuando sus dueños se olvidan de ellos. La sola idea mola, pero lo llamativo es la ejecución: Alejandro presta atención a TODOS los detalles, y lo hace en primera persona, con lo dificilísimo que es lograr que el lector empatice así con un personaje de otra especie. Lo hace tan bien que es divertidísimo.
Dawson se dedica a ir resolviendo casos (la estructura de la novela es esa: varios casos encadenados divididos en capítulos) mientras nos revela más sobre la ciudad, organigrama empresarial, necesidades de los peluches… Hasta llegar al gran caso. Todo muy rollo película clásica de detectives, visitando ambientes lúgubres y escenas del crimen. No se anda con chiquitas. Es terminar la novela y sentir que has vivido allí, y eso que es corta, perfecta para verano (como vienen siendo las últimas reseñas).
Afronté su lectura un poco a la inglesa, con cierta retranca, por probar. Mis expectativas eran lineales. El buen sabor de boca reventó todos los gráficos. Sí, querido lector, disfrutas con las obras del panorama editorial de novela negra, dale una oportunidad. Merece la pena. No te dejes avasallar porque sean peluches. En esa ciudad, hay una droga que los vuelve muy chungos. El paralelismo es evidente.
Y, para ese otro segmento atraído por la fantasía, más de lo mismo. Dawson Felpa es un gran ejemplo de worldbuilding (palabra de moda) eficiente. Contando lo justo, crece en tu mente. Construyes edificios con relleno animado. Y todo sin salirnos de la trama.
Cierro resaltando lo dicho: una grandísima sorpresa y, el autor, todo un descubrimiento. La novela la publicó Editorial Titanium y podéis encontrarla en Amazon o en cualquier librería.