COMEDIAS PARA SOBREVIVIR A LA CAMPAÑA ELECTORAL
Por Jorge López Heredia.
Solamente se me ocurre una cosa más pesada que una campaña electoral: dos campañas electorales. Así, tras haber sobrevivido a las elecciones de mayo, nos vemos abocados de nuevo a las elecciones del 23 de julio, con las semanas de bombardeo electoral que ello supone. Por lo tanto, y con la esperanza de que sobreviva nuestra tambaleante cordura, un servidor hará su pequeña aportación contra el tedio y la indignación con una lista de sátiras políticas que quizá hagan más llevaderos estos días.
Veep (2012) es una obra maestra multipremiada y creada por Armando Iannucci, el creador de The Thick of it (2005) y director de la película In the Loop (2009), ambas sátiras políticas, ambas divertidísimas y en el guion de ambas participa el archiconocido Jesse Armstrong, creador de Succession, no vaya a ser que haya un artículo mío en el que no lo nombre. Digresiones a parte, Veep muestra el día a día de la incompetente y vil vicepresidenta de los Estados Unidos, encarnada por la legendaria Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld), y su gabinete. Con un reparto excepcional y un ritmo endiablado Veep despierta la pura carcajada por las ridículas y esperpénticas situaciones que viven los personajes y que te hacen sospechar que no distan demasiado de la realidad. Esta serie de HBO hace honor a la tradición de esta compañía al incluir una cantidad desorbitada de insultos, tan divertidos y elaborados que prácticamente tienen un valor lírico. La poética de la palabrota.
Parks and Recreation (2009) se considera zona de confort. El falso documental ambientado en el departamento de Parques y Tiempo Libre de un ayuntamiento de Indiana es ya un clásico. Esta sitcom, que quizá le costó encontrar su tono en las primeras temporadas, ha sido creada por Greg Daniels, encargado de la versión americana de The Office, y Michael Schur, el tío que hace de primo loco de Dwight en The Office y, a la vez, el genio detrás de comedias como Brooklyn Nine-Nine (2013) y The Good Place (2016). Parks and Recreation está disponible en Amazon Prime y sus episodios de tan solo 20 minutos son ideales para ese ratete libre que ibas a dedicar a indignarte leyendo noticias políticas en Twitter.
Parlement (2020) es una comedia belga creada por Noé Debré que pretende responder a la pregunta “¿para qué sirve el parlamento europeo?”. La serie sigue a Samy (Xavier Lacaille), una especie de jovencito becario que llega nuevo a Bruselas y, igual de perdido que iría cualquier mortal, intenta cumplir con sus encargos mientras descubre los entresijos de la política europea. Quizá no responde a la cuestión planteada, pero si hemos vivido todos estos años sin saber para qué sirve el Senado, podremos sobrevivir sin saber qué hacen en Europa. A pesar de todo, es muy divertida y existe alguna posibilidad de que aprendas alguna cosa que luego puedas soltar en una cena familiar y quedar de inteligente. Está en Filmin. Míratela, confía.
Vota Juan (2018) es una historia de ambición política. Juan Carrasco, brillantísimamente interpretado por Javier Cámara, es un ministro de Agricultura que decide presentarse a las primarias del partido para acabar, en última instancia, en la Moncloa. Así, la serie creada por Juan Cavestany y Diego San José, sigue las aventuras y desventuras de este mediocre envalentonado que tan bien representa a la clase política española. Crisis, traiciones, egos e intrigas se entrelazan en esta comedia de marcada influencia inglesa, la tierra de la sátira televisiva que nos regaló, además de las series de Iannucci, la clásica y súper recomendable Yes, Minister (1980). Si te gusta Vota Juan, sigue sus aventuras en las igualmente brillantes secuelas Vamos Juan (2020) y Venga Juan (2021), disponibles en HBO y Movistar+.
En conclusión, aquí tenéis suficiente material audiovisual para confirmar que la ineptitud de nuestra clase política está fuera de dudas y viene de lejos. Así lo señaló Benito Pérez Galdós en La Corte de Carlos IV (1873) donde escribió que Manuel Godoy, el valido del rey, era “un hombre que gozaba entonces de justa y general antipatía, para que se vea que la elevación de tontos y ruines y ordinarios no es, como algunos creen, desdicha peculiar de los tiempos modernos”.