ISABEL ALAMAR.
Una novela que aborda con contundencia y desde diferentes ópticas el preocupante tema de la dependencia emocional al narrarnos con pelos y señales el caso de una adolescente llamada Aroa, que está atrapada en una relación tóxica.
Un libro coral porque da cabida a 28 voces distintas, de narradores protagonistas (como son Aroa y Darío) y también de narradores simplemente testigos, que tienen un papel más secundario, aunque interesante, como pueden ser la florista, la peluquera, la profesora de teatro, la vecina, el médico…
Sin duda esta obra alberga una estructura compleja, formada por 28 capítulos contados por 28 narradores distintos que hablan en primera persona, con el fin de describir bien cuál es para ellos el problema, analizar después las consecuencias que este está teniendo tanto para ella (Aroa) como para ellos (que de alguna manera se ven implicados) y ahondar, finalmente, en sus posibles soluciones.
Es muy reseñable que la autora ha sabido ponerse en la piel de tantos personajes de muy diferente edad, sexo, extracto social o formación y salir airosa de esas múltiples caracterizaciones en las que ha conseguido vertir un buen grado de verosimilitud. Por otra parte, Chavarría ha dibujado a la perfección los diferentes entornos en los que se mueven todos ellos (hogar, instituto, lugar de veraneo…) creando correctas y creíbles ambientaciones que le confieren un buen soporte a la historia.
Además, cada capítulo viene introducido sobre todo por los versos de alguna poeta que están de alguna manera intrínsicamente relacionados con lo que más tarde se nos va a contar. Y todas y cada una de estas escritoras aportan su toque feminista a la historia principal (la de Aroa y Darío) y a las historias secundarias, ya que a su vez cada personaje nos pondrá al corriente de una buena parte de su vida personal, en lo que parecerá ser un juego múltiple y casi interminable de espejos.
En cuanto al lenguaje, hay que destacar que este va cambiando para adecuarse a cada interlocutor, pero siempre es ágil y ameno, con multitud de diálogos frescos, y recoge muy bien la forma de hablar de nuestro tiempo contribuyendo así a la buena ambientación de toda la obra.
En definitiva, una novela muy actual, rica en valores y que incide en factores como la búsqueda de la realización personal o el afán de superación. Además, la tensión del relato irá in crescendo, con lo cual no nos aburriremos, ya que cada vez tendremos más información y cada vez esta será también más pertinente y decisiva. Y el libro culminará con un desenlace sorpresivo e inesperado.
Por todo ello, No me quieras tanto, la última novela de María Ángeles Chavarría, es una propuesta literaria solvente y muy recomendable que hará las delicias de cualquier lector que se asome a sus páginas. Y es que esta escritora que siempre ha tenido, tiene y estoy segura de que en el futuro tendrá mucho que contar.