Greta Alonso: “No fue fácil dar con una editorial que aceptara mi anonimato”
HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.
Greta Alonso es el seudónimo de una autora nacida en los ochenta cerca del cantábrico. Licenciada en Ingeniería, se conoce su voz, gran parte de sus vivencias, pero no su rostro ni su auténtico nombre, ya que de ese modo logra compaginar su actividad profesional en el campo de las ciencias con su pasión por las letras. En el año 2020 vio la luz su primer libro, El cielo de tus días, una novela negra ambientada entre Bilbao y Cantabria. Tras cosechar un éxito inesperado de público y crítica, regresa con La dama y la muerte, su segunda obra, un thriller que se zambulle de lleno en el mundo del arte.
- Buenos días. Siempre es un placer entrevistar a autores con los que comparto mi cariño por el Cantábrico. Tus dos novelas se desarrollan allí. He de confesar que aún no he leído El cielo de tus días, aunque la tengo. Pero La dama y la muerte muestra cosas muy nuestras que me han sacado más de una sonrisa. ¿Por qué aquí? Es decir. Escribiendo bajo seudónimo podrías haber escogido cualquier lugar. ¿Qué tiene Cantabria que parece tan propicia para la novela negra?
He estado vinculada a Cantabria desde la infancia, y sus paisajes tienen la potencia perfecta para ambientar una novela negra. La fuerza del mar, la intensidad del color de las nubes cargadas de agua contrastando con el verde del arbolado. Algunos de los capítulos de la primera novela se desarrollan en Santoña, y muchos de la segunda en Santander y en el valle de Cabuérniga.
- Un tema que me gustaría tratar antes de zambullirnos en el mundo del arte. Siendo El cielo de tus días tu primera obra. ¿Cómo fue el proceso de búsqueda de editorial al suprimirse la promoción en físico (ferias, librerías) a cambio de mantener un seudónimo? Eres una autora activa con mogollón de seguidores y actividad en las redes sociales. ¿Crees que eso es más importante que lo anterior, o diferente?
No fue fácil dar con una editorial que aceptara mi anonimato, porque la promoción es básica para lanzar una novela, puede que más que la calidad de la obra y que el boca a boca. Hoy en día los autores hacen giras maratonianas de meses de duración, a veces se dedica más a la promoción de un libro que a su escritura, y yo no iba a poder gestionar algo así. En Planeta quedaron maravillados con el manuscrito, y pese al hándicap que supone no contar con la autora para acudir a ferias, a festivales ni a entrevistas, y no haber compromiso de promoción por mi parte, quisieron publicar la novela. Respecto de las redes sociales, para mí son una herramienta de contacto con el lector; porque necesito ese contacto, necesito saber qué es lo que sienten cuando me leen, lo que opinan de mis libros.
- En la lectura se tratan varios temas que, como nos revelará la trama, podrían ser hilos de los que tirar en futuras obras. ¿Has pensado continuar con Mateo Valtierra, o el destino te llevará a explorar otros tipos de historias?
No me gustan las trilogías, las sagas, ni siquiera las series de televisión. Cada personaje tiene su tiempo, su historia, y estirar demasiado la trayectoria de un personaje puede llevar a tramas forzadas y a historias mediocres. Comenzar una novela basada en novelas o personajes de novelas anteriores me limita mucho como autora, me hace ceñirme a una serie de condiciones que me privan de libertad. Por eso prefiero crear personajes nuevos en cada nueva historia. El problema es que el inspector Mateo Valtierra es un hombre fascinante, y el final de la novela le ha dejado en un punto muy interesante; me está costando mucho sacármelo de la cabeza.
- A lo largo de toda la obra has sabido combinar de manera elegante tanto las subtramas personales, que otros autores de novela negra minimizan para evitar caídas de ritmo, como el hilo conductor que son esos el asesinato del futbolista Lucas Cúe y el supuesto suicidio de Mario Cayón. A la hora de enfocar la creación de una novela: ¿Le das más peso a la trama o a los personajes?
En mi caso, los personajes son básicos. Como lectora huyo de los clichés, de los policías atormentados con pasados truculentos, de las policías fuertes sin atisbo de debilidad, todos llegados de la nada, sin familia, sin problemas cotidianos ni vidas personales; no es verosímil, eso no existe en la vida real, y a veces me saca de los thrillers que se vuelcan en la trama y emplean figurantes en lugar de personajes. Una novela negra puede ser trepidante, tener una buena trama, y calidad literaria. Y esa calidad literaria, en parte, se debe a los personajes.
- Una pregunta clásica. Se habla de autores de brújula y de mapa. ¿Podrías describirnos tu proceso creativo?
Soy de brújula, pero necesito un mapa para arrancar. Me explico: No me siento a escribir hasta que no tengo armada una estructura, un inicio y un final, una trama sólida y un montón de ideas valiosas. Pero no hago escaletas, ni sé lo que va a ocurrir en cada capítulo. Ni siquiera sé cuántos capítulos voy a escribir. Una vez he comenzado a darle forma a la historia me dejo llevar, dejo que fluyan los personajes, y sus vivencias, y sus palabras. A veces un personaje que iba a ser secundario toma protagonismo, se adueña de todo, y entonces se produce un giro que yo no esperaba. A veces, un personaje que parecía interesante, deja de serlo; me aburre, y entonces puede salir de la trama o perder protagonismo. Mi proceso creativo es muy libre, y aun así, en ocasiones, tengo que limitar las subtramas, para no salirme del camino principal ni perder el rumbo hacia el destino final, hacia un desenlace que sí suelo saber de antemano.
- Entre nuestros lectores hay muchos escritores. ¿Qué consejo les daría?
Que lean mucho, que lean de todo, a autores consagrados y a nuevos autores. Que lean libros de todos los géneros, porque de todo se puede aprender. Que no se desanimen por los rechazos editoriales, esto es una carrera de fondo y no existe el fracaso, un error solo es parte del camino, todo es aprendizaje. Que no se precipiten al ceder los derechos de explotación de una obra, que se lo piensen bien, que no se dejen llevar por cantos de sirena y busquen un buen asesoramiento, una agencia literaria que los oriente. Que vean esto como una afición, no como un modo de vida, porque es muy difícil vivir de los derechos de autor, y tener otra fuente de ingresos da mucha libertad a la hora de escribir. Que piensen que autores como Albert Cohen escribió su obra cumbre, “Bella del Señor”, con setenta y cuatro años. Y que escriban desde la libertad, que no se comparen con otros autores, porque su trabajo es único, y ahí radica la magia de las letras.
- ¿Qué crees que es lo más importante en una novela negra?
Hacer que el lector se evada, hacer reflexionar, y sobre todo sorprender. Dejar al lector con la boca abierta y tenerle pesando durante días.
- A la hora de leer. ¿Te ciñes a un género determinado, o sueles variar? Y, ya que estamos. ¿Algunos libros que te hayan marcado?
Me gusta escribir novela negra porque tengo que crear un acertijo, un rompecabezas, y hallar el modo de que la persona que lee tenga dificultades para poder averiguar qué ha ocurrido. Pero al mismo tiempo, al llegar al desenlace, hay que cerrar todos los cabos, y todo tiene que ser verosímil. Tiene que encajar, aunque el lector no lo haya visto venir. Eso es un reto para mí, y me divierte mucho. No me veo en ningún otro tipo de género.
¿Libros que me hayan marcado? “Ana Karenina”, “La hoguera de las vanidades”, “La edad de la inocencia”, muchas obras de Stephen King, de Joel Dicker, y libros de James Ellroy como “La dalia negra”. Últimamente leo muchos clásicos de novela negra americana. Y hay dos autores españoles que me han marcado: Javier Marías y el gran Domingo Villar, que supo crear como nadie novelas negras de altísima calidad literaria. Eso no es fácil.
- En La dama y la muerte, uno de los personajes principales es Dama, un artista anónimo cuyas obras se subastan envueltas. La relación es obvia: Greta Alonso es otro seudónimo. ¿Qué puedes decirnos sobre esto?
Uso el seudónimo para poder compaginar mis dos facetas. Mi faceta familiar, personal y profesional en el mundo de las ciencias, y mi faceta creativa como autora de novela negra. Sin seudónimo sería complicado, no podría dedicar tanto tiempo como otros autores a giras de promoción. También utilizo el seudónimo para protegerme; por mi forma de ser lo pasaría mal exponiéndome al público.
- Me gustaría agradecerte el tiempo que nos has dedicado. Antes de terminar, quería cederte un espacio para hablar sin ambages de tu novela. Cuenta a los lectores todo lo que deberían saber, por qué arriesgarse con ella… Ya adelanté que yo la he leído y me ha encantado. Es la mejor novela negra que ha pasado por mis manos en lo que llevamos de año. Pero ¿qué les dirías tú?
Diría que es una novela con varias incógnitas: tenemos que averiguar quién es Dama, el pintor o pintora que está subastando sus cuadros envueltos y con seudónimo. ¿Por qué pinta así? ¿Por qué no se muestra al público? Tenemos que saber quién ha matado a Lucas Cúe, el deportista que iba a volver a los campos de juego y acababa de comprar un cuadro de Dama. Tenemos que descubrir qué es lo que hay en esos lienzos que sólo puede ver quien adquiere la obra, si lo que se ha plasmado en esos cuadros tiene que ver con los crímenes. Es una novela con muchos giros, con personajes interesantes, que nos va a hacer reflexionar sobre muchos aspectos del mundo de hoy. Y también nos va a enseñar muchas cosas sobre el mundo del arte, sobre las restauraciones, y sobre obras perdidas a lo largo de la historia. Es una novela ágil y completa un final muy inesperado. Hablo con muchos lectores, y casi nadie había averiguado lo que había detrás del seudónimo de Dama.