Fragmentos volanderos

Escolástica de la moda

 

Aunque no lo parezca, la cuestión de la moda (ideológica, textil, científica, artística) es
una de las fundamentales que tiene planteados la sociedad. Toda la Historia de la
Humanidad podría ser explicada en función de esta categoría y su capacidad de reclamo,
al menos todos los últimos siglos, desde el Renacimiento hasta el Animalismo, pasando
por el Idealismo Absoluto, Marxismo… (y así cualquier filosofía “de moda” en cada
momento).

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En el campo intelectual, cada época tiene su moda que cristaliza en su escolástica
particular. Y aquí está lo más difícil: superar la escolástica de las ideas de cada época.

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Sustraerse a las modas, sobre todo ideológicas, intelectuales, científicas (no ser
ecologista en estos tiempos, o no ser idealista o marxista o nacionalista en otros, es
decir, no ser el progre de cada momento) es un don que no está al alcance de todos los
mortales. “Antes loco con todos que cuerdo a solas”, parece que les hubiera aconsejado
Gracián a esos seguidores de cada moda.

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Nada es verdad o mentira. Basta con que Moda sople un poquito…

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Progre es aquel que siente y vive la manera fácil de la vida.

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Si la verdad es un instrumento de poder es porque la verdad da poder, tiene poder.
De modo que también puede dar poder lo que se cree una verdad (por ejemplo, la de los
progres). De modo que si lo que se cree una verdad, la no verdad, puede dar fuerza y
poder a un individuo o grupo de individuos (aunque sólo sea el poder del prestigio o la

moda), éstos podrán utilizarla como arma de guerra o de dominio político, religioso e
intelectual… Pero he aquí que la no verdad no puede dar poder a los individuos frente a
la Naturaleza: la especie necesita saber cómo es objetivamente la Naturaleza para
vencerla, y este saber no se lo proporciona una falsa verdad.

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El progreso siempre supone lo anterior en que apoyarse para, así, ir más allá. Un
progre, sin embargo, es alguien que concibe la Historia, no como transformación
continuada de lo anterior, sino como destrucción y reemplazo de lo anterior. Su
progreso no sería el de los hombres y las cosas, sino el cambio puro y simple, es decir,
la sustitución de la Historia, que tendría que proceder por creación ex nihilo. Es, pues,
aquel que nada ha asumido y, consiguientemente, que nada tiene que conservar. Y ello
porque un progre es alguien que en esencia está vacío. La vaciedad es la condición de la
modernura. Por esta vaciedad es capaz de construir o autorizar construir un receptáculo
de hormigón y cristal oscuro al lado de una catedral gótica, o bien admirarlo. Así pues,
el progre da un paso cualitativo más amplio sobre la escolástica medieval, y no solo
identifica Verdad y Belleza, sino además Modernura, Verdad y Belleza.

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Cuando se puede decir una verdad ya no hace falta. Ya ha pasado de moda la
cuestión. Es así como un progre abandona la moda cuando no está de moda estar de
moda… La verdad y su circunstancia.

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Yo ya no creo en la razón y el sentido común como criterio del común. Últimamente
sólo creo en las emociones, los temores, los caprichos, la fe… y las modas.

 

 

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