‘La dama y la muerte’, de Greta Alonso.
HÉCTOR PEÑA MANTEROLA.
La dama y la muerte es una novela negra publicada por Editorial Planeta en 2023.
Trato de ser imparcial cuando escribo una reseña. A lo sumo me permito tirar de la cuerda con mayor ímpetu hacia la franja del optimismo. Esto es, sacar a relucir los lados buenos de la novela. Lo malo que lo descubra el lector, si así lo considera.
En este caso quiero abrir la velada con un puñetazo: La dama y la muerte es la mejor novela negra que he leído en lo que llevo de año, y van varias. Un punto a favor (un puntazo) es que la acción transcurre, principalmente, en Cantabria. Mi tierra. La representación literaria de lugares que conozco abrillanta mis pupilas. Estoy acostumbrado a darle al coco para reflejar esos lugares en mis escritos, esos que poco a poco verán la luz, y verlos desde otro punto de vista, con otro estilo, en una obra tan buena, toca un poquito el corazón.
Hasta ahora no he mencionado a la autora, Greta Alonso, y esto es porque es (menuda redundancia tan poco literaria) un pseudónimo. Aparentemente tras él se esconde una mujer que solo posa de espaldas. Algún día sabremos la verdad. El toque de genio se esconde en el paralelismo entre la realidad y la ficción: Dama, uno de los personajes de la novela, es a su vez un seudónimo.
Demos paso a la trama. Intentaré evitar los spoilers.
La obra comienza con el asesinato de un famoso futbolista en Cantabria, Lucas Cúe. Tras su paso por los estadios, se había retirado, aunque su regreso era un hecho. Era. Junto a él se encuentra una mujer inconsciente. Nuestro protagonista, Mateo Valtierra, es el policía encargado de llevar el caso. Simultáneamente conoceremos a Jorge, juez santanderino afincado en Madrid, que recibe una llamada de un antiguo amor al que encuentra colgando de una soga. Pronto descubriremos que las muertes guardan relación con el mundo del arte, concretamente con un misterioso artista llamado Dama cuyos cuadros se venden envueltos, como Huevos Kinder. Y hasta aquí puedo leer.
La novela nos llevará de Santander a Madrid, y a Londres, un eje que también comparto en lo personal. Pero podría haber sido Barcelona, Vietnam, o lo que prefiráis, que la obra se sostiene. Los personajes están bien perfilados, con un carácter definitorio. El ritmo narrativo es ágil a pesar de que la novela no es corta (algo más de 500 páginas, longitud media-alta). Está escrita en primera persona, en un estilo conciso pero terminológicamente afilado, con un estudio previo que dota de carácter a la trama. En cierto punto este estilo me ha recordado a La Bestia, de Carmen Mola; aún no he leído sus novelas policiacas así que más no podría decir. Greta, a mi parecer, ha profundizado más en los personajes (pero la memoria es caprichosa).
En líneas generales es una novela de obligada lectura para los amantes del género negro y para quien busque una novela trepidante. No defrauda.