Viajes y libros

Calle Santa Ana de Oviedo, “La Regenta” de Clarín

UNA CALLE, UN LIBRO

Calle Santa Ana de Oviedo, “La Regenta” de Clarín

 

 

La calle Santa Ana de Oviedo abraza la catedral y desemboca en la plaza de Alfonso II el Casto. Desde la esquina misma se ve la estatua de Ana Ozores. Fermín de Pas, el canónigo como un ave de presa pasaba todos los días por esa calle para ver a su madre en la calle Mon. Y desde lo alto de la catedral miraba la ciudad como su amante dominada. “La ciudad era su pasión y su presa”, dice Clarín. Y la conoce íntimamente y la modela. Como conoce íntimamente a Ana Ozores.

Fue muy pronto cuando leí esa novela y me llenó de observación y de vida. Me hizo ver el poder de la literatura y las complejidades de la vida. Y me sumergió en una atmósfera tan plena, porque lo esencial de la literatura es la atmósfera, y no los datos y las fórmulas. Es tan importante leer esa novela, ahora que sobre todo se leen twits caprichosos de un segundo. Ahora que todo se evapora y se digitaliza. Clarin nos daba en palabras toda la consistencia de la vida.

Y nos expresa como Ana Ozores vive una vida mediocre junto a un hombre que va al casino muerto y un seductor de celofán y palabrería.  Y cae en las garras de un ave de presa que le da más vitalidad interior pero más amargura. Y la vitalidad es una tragedia, porque siempre es un fracaso en el mundo social. En el fondo está sola. Y tal vez ese beso robado que le da un mendigo al final, y que le da tanto asco, no sea tan mediocre como toda la mediocridad que la rodea. Es inmenso leer La Regneta aunque tenga casi mil páginas y el estilo afilado y cortante de Clarín. Con su ironía y su lucidez. Y luego ver Oviedo sin burocracia eclesiástica (no puedes ver la catedral solo a tu aire, tienes que seguir un itinerario fijo para las masas).

ANTONIO COSTA GÓMEZ                 FOTO: CONSUELO DE ARCO

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