‘Asentir o desestabilizar’, de Rafael Chirbes
Asentir o desestabilizar
Rafael Chirbes
Altamarea
Madrid, 2023
340 páginas
Por Ricardo Martínez Llorca / @rimllorca
No existe la fuente de la eterna juventud, ni el Santo Grial ni el vellocino de oro. Es imposible que los años no hagan mella, pero envejecer no significa que uno deba deformarse. No hace tanto, apenas unas semanas en las que no nos ha dado tiempo a hacernos mucho más maduros, que leíamos la última entrega de los diarios de Rafael Chirbes (Tavernes de Valldigna, 1949 – 2015), en los que podíamos llegar a la conclusión de que el autor lamentaba, sin rencor, no ser ya lo bastante joven como para saberlo todo. Apenas unos días más tarde nos llega esta entrega, en la que se reúnen textos de crítica literaria, cinematográfica y sociocultural, además de algunas entrevistas, escritos por Chirbes cuando era joven, rondando los treinta años, y podremos convencernos de que, efectivamente, en esa época era capaz de saber si no todo, sí buena parte de lo que más le importaba. En realidad, el conocimiento es bastante intelectual y obedece a una inquietud de relación con el mundo, mientras que en los diarios encontramos la preocupación por el ser y la nada. En realidad, esta forma de saber que nos muestra es la que se obtiene gracias a ser independiente y tener toda la energía por delante. Todavía no hay deudas ni apenas presiones contra las que no sea uno capaz de rebelarse.
Chirbes habla sobre el «funesto vicio de pensar y sentir» cuando se refiere al eje sobre el cual construir aquella idea, o sentimiento, que nos indicará cuál es la diferencia entre un texto escrito y la literatura: «Escribir no deja de ser la forma, lo otro, los sustancial». Está estableciendo las bases de lo que debería ser un proyecto literario, pero este libro supone algo más, sobre todo para quienes quisieran recordar la etapa cultural de la transición, o para quien quiera ampliar su conocimiento acerca de la misma. Lo que se editaba entonces, y algún estreno cinematográfico, para por sus manos y queda expuesto a su erudición literaria, pero también a la herramienta lectora que más nos llama la atención: no puede ser bueno si no demuestra sinceridad y es justo con el arte y la gente. Para Chirbes no vale cualquier causa; lo importante será elegir bien la causa y, entonces sí, al servicio de ella vale casi cualquier recurso. Nos hablará de Juan Benet, de André Malraux, de Jorge Semprún, de los premios Planeta… Hablará sobre y con Juan Goytisolo, Luis Goytisolo o Carmen Martín Gaite. Se preocupará por los recursos literarios, sobre todo en narrativa y sobre todo en novela, pero también por el contenido social de la literatura. No será capaz de despegar las formas del arte de los contenidos de la vida, es decir, de lo que atañe a las personas, la parte en que nos debería ayudar a soportar nuestros días, o que nos debería ayudar a hacerlos mejores. Se referirá a la época que está viviendo, finales de los años setenta, en la que debe encajar lo literario con el desarrollo social, sin obviar lo político, teniendo por político no la política institucional, sino los movimientos y desarrollos de la sociedad civil, con lo que supone para la misma, eso sí, cualquier decisión institucional.
No estamos frente a los primeros escritos de quien será, más adelante, uno de nuestros mejores escritores, o no sólo ante ellos. Nos encontramos con unos textos consistentes, muy bien trazados, que nos dan envidia por la libertad e independencia de su autor, por su inteligencia y sensibilidad. Este libro es una de las recopilaciones más necesarias que hemos leído en mucho tiempo.