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«La serena estrategia de la luz», de Luis Ramos

La luz como vía de conocimiento.

Por Pablo García Malmierca.

No puedo comenzar esta reseña sin hacer referencia al excelente prólogo que Fermín Herrero ha escrito para La serena estrategia de la luz donde se desgranan de forma precisa algunos de los puntos clave de este texto. Se abre este con los conocidos versos de Claudio Rodríguez: “Siempre la claridad viene del cielo; / es un don: no se halla entre las cosas / sino muy por encima y las ocupa / haciendo de ello vida y labor propias”. Y es ese don el que trata de explicar este libro a través de los cuadros y del trabajo del poeta zamorano, José María Mezquita, que tal y como sigue diciendo Fermín Herrero, ya en el reciente libro de Luis Ramos “Hacia lo verdadero” meditaba en el encuentro de la pintura y la poesía como actos creadores.

Para aquellos que desconozcan la obra del pintor zamorano, reproduzco aquí las palabras que el propio Luis Ramos ha escrito sobre él y que acompañarán al catálogo que aparecerá próximamente de la exposición “José María Mezquita Gullón y la memoria sensible” celebrada en el Museo Provincial de Zamora y el Museo Etnográfico de Castilla y León: “…podríamos acercarnos a una posible definición de su obra vista como un ejemplo señero de pintura centrada desde el principio en la emoción primera, y en el asedio creativo hacia la realidad que se irá mostrando de forma epifánica en sus obras, así como en la búsqueda de la claridad del ritmo.”

Desde estas dos premisas parte el libro de poemas que nos ocupa, la explicación o más bien la aprehensión de la luz a través de la emoción primera por parte del pintor y por ende del poeta. Pero no será un camino fácil, el libro se abre con el siguiente verso “La luz es reto y es ofrenda” y va acompañada de su complementaria “la sombra su sustento”, sin olvidar su carácter sagrado: “¡Qué sagrado en su misterio el lugar!”, no debemos olvidar que la luz es salvación y sacramento. Será esta tensión la que provoque o motive en un movimiento que engloba también el oficio de crear. Movimiento que parte del lugar, “El lugar es siempre quien impone”, pero que acaba fundiéndose en uno con el creador “La materia te sabe. / Respira en ti. / Te busca, te sorprende”. Un movimiento en el que tanto se da como se recibe, “puro ofrecimiento” de la materia. Sin embargo, para que este deslizamiento entre la luz y el creador se produzca debe existir un lugar donde se realice, este podríamos definirlo como el “entre” donde se da “un vínculo con la materia”, allí “La realidad se afirma y se alza en lo intangible”.

Continuamente se apela al creador para que pueda conocer ese ser íntimo de las cosas “¿Sientes la estrategia del árbol, la intimidad de la madera alzada en calma?”, pues sin los ojos del pintor-poeta no se podría producir el milagro de la creación salvador y sacramental, el creador se transforma en conductor de “corrientes que fluyen buscando lo visible”. Corrientes que parten de “lo implacable de la herida” y que, sin embargo, requieren “de sentir el arrojo de lo intacto, / de seguir y avanzar, / de liberar la ardura del deseo.”. Oficio que “es la preocupación de quien saber mirar / y en su hospitalidad, / en su silencio, / a las razones que la luz ofrece”. Este proceso creador que parte de la herida y que sutura en el propio arte queda conceptualizado en los siguientes versos: “La herida sigue abierta, es infinita. / La sutura es el arte. / Ya dirá en su momento la materia, / no lo dudes, / lo que le corresponda”. Hasta el momento en que se produce el encuentro en ese entre al que nos referíamos anteriormente: “Encuentro y fiel que asciende al abismo de darse / y en ese dar afirma la luz como un abrazo”.

Este es un tratado de la luz como fuerza creadora de la pintura y por extensión de la palabra, pues esa luz será la materia primigenia de toda creación: “ANTES que la palabra, / llega lo que ven los ojos / y su ser arte sin más a la emoción se entrega, alivia la tensión de la materia, / aligera los márgenes”. Aparece aquí otro de los conceptos fundamentales de este libro la emoción primera, a la que Luis Ramos se había referido ya en su definición de la poesía de José María Mezquita y que podemos hacer extensible a toda forma de creación artística sea cual sea su materialidad. Y será en este punto donde el papel de la luz como “armonía” se transforma en “… una teoría del encuentro, / una urgencia de la vida y el arte”, y en “canto” y “amparo”. Aparece aquí la luz en su dimensión sagrada como salvación a través del canto, de la poesía. Luz que es también recuerdo de la infancia, de esa luz primera que se recuerda y que se busca con ahínco, pues es y ha sido el motor de la creación: “igual que el niño aquel que fuera entonces, el que quedó prendido en esa claridad / que sin saberlo y para siempre, / aseguró la esencia de la luz primera”.

La mirada será la que tenga el papel primordial en este proceso: “Y, ¿qué es ese mirar? / ¿darse, ofrecerse, o simplemente sentir? “. La respuesta nos la da la propia voz poética: “Y otra vez se alza ante ti la claridad, / lo tácito, / lo oculto abriendo sin tapujos su propuesta”. Es “El ojo (…) la razón de ser de lo visible / su lugar fecundo / donde se asienta la frontera / entre la naturaleza y el arte. / Anuncia la sustancia”. Poética de lo sensible que se muestra en su forma más matérica, la luz se aprehende a través de la mirada, que se convierte así en el entre necesario entre la claridad y la obra de arte o el poema, pues “pintar es un encuentro, / es fe de vida”.

Crear, pintar “es indagar en la esencia de la luz, / buscar lo oculto, / pensar en su serena estrategia / y sentir esa fuerza que una vez se vio, / y fue resorte, epifanía y asombro, / camino siempre”.

En definitiva, Luis Ramos nos ofrece el camino de la creación, el camino en que la luz y la materia se dan a través de la mirada y el temblor para crear, ya que será “la serena estrategia de la luz” la que, en la reminiscencia de la luz primera, nos mueva hacia el oficio de crear, de escribir, de pintar…

Aldealengua, 12 de abril de 2023.

La serena estrategia de la luz

Luis Ramos

Lastura Ediciones, 2023

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