El arte de no renunciar a leer
MONTEVIDEO, DE ENRIQUE VILA-MATAS
Los libros de Enrique Vila-Matas son puertas giratorias, agujeros negros de literatura por los que viajamos con los ojos cerrados esperando alcanzar algún destino sorprendente. Sin embargo, hay un vacío demoledor en el centro de la escritura de VM que produce cierta felicidad y al mismo tiempo desasosiego. Uno acaba de leer los libros del escritor barcelonés y tiene la sensación de que no se ha desplazado, que todo era una gran mentira, que la promesa inicial de “alcanzar algún destino sorprendente” era un monumental mcguffin. Esta sensación es todavía más acuciante en Montevideo, un libro (aparentemente) de viajes en el que el único viaje auténtico es el del lector a través de los meandros de la literatura. VM sigue siendo ese maestro de la escritura que te cuenta una historia que podría ser la suya misma y al mismo tiempo una ficción descomunal. El mismo maestro que te escribe un inteligente ensayo sobre literatura y a la vez te introduce en una ficción sobre secretas puertas y divertidas anécdotas. Su vigor sigue intacto.
¿Pero de qué puertas hablamos? Aquí las puertas son variadas. Algunas son esas puertas cortazarianas que albergan misterios, es cierto, pero otras se abren a teorías sobre el mismo arte de escribir novelas. Los temas vila-matianos continúan retroalimentando sus libros en una especie de cinta de Moebius: la imposibilidad o la renuncia a escribir, el escritor tematizado, las memorias inventadas, la huída o el azar de las citas como fórmula para construir el texto original. Y por supuesto, el elogio del estilo.
Creo que hay muchos lectores para Montevideo. Yo prefiero ser el lector que se toma su lectura en serio para poder darse cuenta de que nada es tan importante como la propia creación literaria. El arte de renunciar a escribir es lo contrario al arte de renunciar a leer. La agrafía es un síndrome provocado por el exceso de uno mismo; dejar de leer, por el contrario, no es una enfermedad autoinmune: consiste en renunciar a disfrutar de las miles de vidas que te proponen otros.
Cada lector habrá de encontrar su puerta de acceso a la literatura. En estos momentos, los libros de VM son una de las mejores entradas al mundo de la Ficción con mayúsculas. Montevideo es una novela escrita con una prosa vigorosa y acertada, feliz y deslumbrante; es una historia deliciosa, repleta de momentos memorables, acicalada con la vena metaliteraria (que VM me perdone) tan conspicua que te aleja de la trama para hacerte reflexionar sobre el arte y la creación, sobre la gracia de la vida entreverada con los cañamazos de la belleza estética. Porque la trama en las novelas de nuestro autor, ya lo sabemos, es lo de menos. Y los únicos libros que nos interesan, como dijo Fresán, son los que suceden dentro de nuestras cabezas.