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‘Trilogía minera’, de Aitana Castaño y Alfonso Zapico

EDUARDO SUÁREZ FERNÁNDEZ-MIRANDA.

Rastros de ceniza es el nuevo libro de la escritora y periodista Aitana Castaño (Langreo, 1980). Publicado por la editorial asturiana Pez de Plata, la novela forma parte de lo que se ha llamado Trilogía minera, junto a los libros de relatos Los niños de humo y Carboneras. En las tres obras la escritora asturiana ha contado con la apreciable colaboración del dibujante e historietista Alfonso Zapico (Blimea, 1981). Entre los dos han relatado una historia que “está ligada, inevitablemente, a la cuenca minera asturiana. Estas historias están aquí, son historias que merece la pena contar y si no las contamos Ainata o yo, poca gente lo hará”, recuerda el ilustrador asturiano.

Su colaboración empezó con Los niños de humo, un conjunto de relatos que cuentan la historia de esos niños que “cuando salían de su pueblo no tenían que decir de dónde eran. Todo el mundo lo sabía. ¿Por qué? Su ropa olía a humo. A humo de locomotoras, de las chimeneas…”. Son historias “fundidas sobre el negro de un carbón que ya no suelta humo pero sí memoria, lágrimas y carcajadas”. Se trata de relatos que mezclan la realidad y la ficción, en una obra donde la tierra asturiana y los recuerdos de Aitana y Alfonso -niños de humo-, se funden en una historia inolvidable.

En Carboneras, su segundo libro de relatos, aunque entrelazados entre sí, Aitana Castaño sitúa la acción en Montecorvo, aquel lugar mítico creado por Alfonso Zapico en su tetralogía La balada del norte (Astiberria, 2023). En este libro recupera ese territorio para añadir “otro capítulo más de la historia incompleta y enterrada de las cuencas mineras y sobre todo de sus mujeres”. Carboneras se articula en torno a unos personajes que viven atrapados en un mundo duro y opresivo: el de la minería asturiana de los años sesenta. Cada capítulo relata la historia de una mujer a través de un suceso significativo que será fundamental para el discurrir de su vida, y que hará que, finalmente, tengamos un retrato donde los personajes aparecen entretejidos. Aitana Castaño le da protagonismo a unas mujeres que supieron dar dignidad a sus vidas con el sacrificio de su trabajo, y toda esa experiencia vital queda reflejada en sus rostros, a través de las ilustraciones de Alfonso Zapico.

Rastros de ceniza es una novela negra, “sobre todo, porque tiene carbón”, recuerda la escritora. Con ella regresa a la comarca minera asturiana. En esta ocasión lo hace a la imaginaria población de Lanca, un lugar que “ya no huele a humo. La eterna neblina de la comarca tan solo es ya un recuerdo. Castilletes cerrados, minas abandonadas… Eso es todo lo que ha quedado: el vacío y las quiebras”. Una mañana la alcaldesa aparece muerta. Este trágico suceso despierta los rumores en el pueblo. El nuevo libro de Aitana Castaño es una historia coral donde aparecen dirigentes sin escrúpulos, amores secretos, gritos de cárceles de otros tiempos, vías de tren abandonadas… Rastros de ceniza es un thriller donde “las voces del pasado se cuelan en esta novela para honrar, desde la ficción, realidades que el plomo del silencio se empeñó en enterrar”.

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