Novela juvenil para 14 a 17 años: Rayo, la de los mil nombres, de H.M. Zubieta

Horacio Otheguy Riveira.

Después de Infinitas, Tocar el cielo, y Tres, llega una nueva novela de Haizea M. Zubieta, «Rayo la afortunada», le dicen: buena suerte para ella, mala para los demás. Rayo, la superviviente cuando tantos mueren en la caza o la enfermedad. Rayo, la decepción constante, incapaz de conformarse con las costumbres de su pueblo: la pieza que nunca encaja, la nota discordante en su tribu. Rayo, la viajera que va a emprender un camino a tierras salvajes y lejanas que tal vez, algún día, llegue a su final.

Un mundo duro y mágico a la vez en el que una protagonista excepcional tiene tantos nombres como personalidades, afirmando siempre una voluntad de entereza, de valor moral y gran solidaridad con aquellas y aquellos que le correspondan. Un personaje que se queda con quien siga, página a página, sus grandes aventuras, empujada siempre por una imperiosa necesidad de supervivencia. En ningún caso, una superheroína, por el contrario, una protagonista con la que identificarse plenamente: tan imperfecta, contradictoria y valiente como hemos sido siempre los seres humanos.

Rayo, la de los mil nombres
Editorial: SM, 2022. Colección: Gran Angular. Cubierta: Julián Muñoz.

Rayo, una muchacha que no termina de encajar en su tribu, a pesar de sus esfuerzos. Rayo mantiene una rivalidad con otra chica del pueblo, Jaral, a quien todos adoran. A medida que van creciendo, esa rivalidad va dando paso a un gran afecto, aunque aparenten odiarse. La situación del pueblo empeora enormemente con la aparición de una misteriosa enfermedad que va asolando todo a su paso. Como ignoran de qué se trata, tampoco saben si existe una cura para ese mal, por ello, cuando unos forasteros hacen una parada en medio de un largo viaje, Rayo no duda en unirse a ellos, interesada en acompañarles en busca del «agualuna», que se cree que es la cura para esa misteriosa enfermedad. Es así como comienza el viaje de Rayo, un peligroso viaje de iniciación, que terminará con un final inesperado.

 

«[Pág. 76] LA CAZADORA
Las pruebas dieron comienzo en la madrugada. El jefe sería árbitro y juez.
Nosotros, los seis aspirantes, debíamos completas nuestras órdenes y hacer lo siguiente: cazar a un animal, despiezarlo, construir con su pellejo una tienda en la que cupiera una persona, almacenar lo sobrante para el invierno, pasar la noche en la tienda y, a la mañana siguiente, llegar primeros a un punto que había marcado el jefe.
Hacía falta ingenio, fuerza, mañana, resistencia. Todas ellas cualidades que necesita un buen jefe. Todas las tenía el nuestro. ¿Las tendríamos nosotros? ¿La tendría yo?
Mientras el jefe lo explicaba en voz alta y ante todos, me recorrían unos calambres de nervios; la saliva se me hacía más difícil de tragar, como si hubiera espesado, y me venía a la mente una pregunta constante:
¿Cómo se me había ocurrido presentarme?
¡Ni siquiera había cazado sola nunca, ni una sola vez!
Pero peor que presentarme y no vencer sería retirarme; eso sería admitir que no tenía ninguna posibilidad. Ya me lo decían las caras de la gente del pueblo mientras nos poníamos en fila delante del jefe. Listos para competir. No hacía falta que también me lo dijera yo misma.
—Bien –dijo el jefe–. Vosotros seis vais a ser el futuro de este pueblo. A menos que los seis falléis, alguno de entre vosotros será el nuevo jefe. Del resto, de los que perdáis, espero que la aceptéis y ayudéis, como nuevo padre o madre que será del pueblo entero. ¿Estáis preparados?
—Sí –contestamos todos–. […]».
*** *** ***
«[Pág. 131]. RAYO, LA NAVEGANTE.
(…) Estábamos reunidos en hogueras junto al mar, en la playa, sobre la arena mojada; y éramos cientos de personas, tantas que me mareaba si intentaba ver las caras de todo el mundo. Y luego se hizo imposible, porque nos hicieron poner unos velos en la frente que nos cubrían el rostro, entero, menos los ojos. Podría haber estado mi madre delante de mí, y yo no lo habría sabido; así de confuso era, así de abarrotado estaba.
Encendieron los inciensos sobre las llamas del fuego.
Los humos nos envolvieron. Incluso a través del velo, el olor me saturaba las narices, me picaba por dentro, me revolvía el cuerpo.
–Que nuestros maestros marinos sepan guiar los cayucos –decía la Jorguina, y otros lo repetían–. Que las olas se hagan mansas a su paso, y que los vientos se calmen, y que las tormentas mueran antes de crearse… Que, si alguien cae al mar, muera de prisa y no sufra…
Era serio todo aquello, y nadie podía hablar fuera de su omento. Habría ocasión para que todos los viajeros lanzasen al aire sus miedos y dieran voz a sus dudas, y no era aquella; aquella era solamente para la Jorguina.
El incienso me había entrado por la nariz y la boca, me bajaba por el vientre, me embotaba la cabeza,
Me sentí ondular por dentro, como las olas en la playa, como los bailes del fuego.
Me dio una arcada.
Por fortuna, nadie la oyó; la logré guardar, pero amenazaban más.
–Que las criaturas que viven bajo las aguas del mar no decidan atacar a los navegantes –repetía la Jorguina–. Que la espuma sea poca y blanca, para que los marineros puedan mirar a través y ver si hay pocas furtivas…
Las personas agitaban los manojos de plantas de incienso al aire.
El viento arreciaba y también el mareo. Me sonaron las tripas como un rugido de león, uno pequeño y enfermo que llevase yo muy dentro.
–Que la noche sea clara, sin nubes, para que aquellas que aquellas que miran desde el ojo de la luna puedan vigilarnos, y podamos ver nosotros el viaje…
La voz de la Jorguina era una cadencia grave. Ella bailaba desnuda, pintada de quermes y cal, y los pechos le colgaban más abajo del ombligo; le botaban con el baile al mismo tiempo que el mar. […]
*** *** ***

 

¡Hola! Soy H.M. Zubieta, pero podéis llamarme Hache. Nací en España en 1993. Llevo creando historias desde que tengo memoria, y actualmente me dedico a ello. Estudié en los talleres literarios de escritura creativa Fuentetaja y me gradué en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid; he sido modelo de fotografía artística y participo en iniciativas por la diversidad y la representación de colectivos discriminados en la literatura juvenil.

https://hmzubieta.wixsite.com/novelista/acerca-de-mi

 

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