Alfredo Sanzol escribe y dirige “Fantasías para la resistencia”: ambiciosa anticomedia

Horacio Otheguy Riveira.

La guerra provocada por Putin le alcanzó de lleno a Alfredo Sanzol mientras dirigía maravillosamente una obra muy oscura de Mayorga, El Golem. A partir de allí, conmovido y reflexivo, el hombre de teatro, a la sazón director del Centro Dramático Nacional, se vuelca en Fundamentalmente fantasías para la resistencia, un texto poco hecho y mal resuelto, más bien un borrador inconcluso que él mismo, como supremo jefe del CDN se aprueba, con su consiguiente visto bueno al presupuesto, y luego lo dirige.

Lo que ahora puede verse como resultado final en el Teatro Valle Inclán está montado con un elenco de principiantes junto a excelentes intérpretes muy conocidos, algunos de los cuales ya han trabajado con el director. Andan perdidos, sin norte, gritando mucho un texto mal cosido, plagado de contenidos yuxtapuestos que quieren ser ambiciosos, con cruces de mitos, dioses y verborrea antibélica, todo mezclado con un aire de sainete pobre que se queda en comedia al ras sin elaborar, con ráfagas de humor chungo y dramas de andar por casa, de los de en pantuflas y todavía tanteando el primer café de la mañana.

Dos horas y veinte minutos es un tiempo precioso para dedicarlo al teatro y salir con las manos vacías, procurando leer el discurso del autor en un programa muy bien editado, eso sí, con unas reflexiones que Natalia Hernández dice en escena, interpretando a una autora (alter ego de Sanzol) en la primera escena, abriendo el juego, hoy día demasiado visto de teatro en el teatro, con actores que dicen que lo son, y algo más, seguidos de cerca por el equipo técnico, las luces más o menos bien colocadas, un poco de atrezo, música descuidada… Todo muy elemental, advirtiendo desde el comienzo que habrá poco vuelo en la travesía. Parafraseando el título: Fundamentalmente, la desolación de este cronista acaba siendo muy grande.

Vergüenza ajena produce ver a gente de teatro que tantas veces aplaudí con entusiasmo en obras importantes, ahora en situación tan comprometida, diciendo y haciendo entre personajes inverosímiles que, tras situaciones presuntamente humorísticas, expresan una falta de respeto enorme hacia las víctimas de la guerra provocada por Rusia, minimizado el conjunto de arbitrariedades en un pack de frivolidad irritante con epílogo bienintencionado que, sin proponérselo, profundiza en lo penoso de todo el invento.

«Cuando se produjo la invasión, yo estaba escribiendo otra historia y la conmoción me paralizó. Sin embargo, el título seguía ahí y me servía de refugio: Fundamentalmente fantasías. El título me sirvió de refugio porque el humor es la mejor herramienta que conozco contra la violencia, y la fantasía es esencial para poder escapar y así entender la realidad. Para hacerlo necesitamos crear ficciones, que se convierten en laboratorios de lo posible e imposible, de los hechos y los prejuicios, de las metáforas y la áspera realidad. Cuando decimos que la realidad supera a la ficción, estamos mostrando nuestro asombro por comparación. Le pedimos mucho a la ficción, le pedimos que supere a la realidad en giros, personajes y posibilidades. Le pedimos a la imaginación humana que sea más grande que la imaginación a la que pertenece la realidad, la de los dioses».

Reparto Paco Déniz (Andriy), Elena González (Taisia), Natalia Hernández (Patricia), Javier Lara (Viktor), Juan Antonio Lumbreras (Petro), Pablo Márquez (Nikolai), María Moraleja (Daryna), Julia Rubio (Olena), Pepe Sevilla (Kyrylo)y Eva Trancón (Oksana)

Escenografía Blanca Añón

Iluminación Pedro Yagüe

Vestuario Vanessa Actif

Música Fernando Velázquez

Espacio sonoro Sandra Vicente

Movimiento Amaya Galeote

Caracterización Chema Noci

Asesora de canto Fátima Sayyad

Ayudante de dirección Beatriz Jaén

Ayudante de escenografía Pablo Chaves

Ayudante de vestuario Tania Tajadura

Ayudante de iluminación Paloma Cavilla

Producción Centro Dramático Nacional

TEATRO VALLE INCLÁN. DEL 24 FEBRERO AL 16 ABRIL 2023