¿Cómo se construye un dictador?

Portada del recopilatorio Magneto (Panini)

La editorial Panini acaba de publicar un recopilatorio de una serie de trabajos relacionados con el personaje de Magneto. Un conjunto de números centrados en este personaje y que se comenzó a publicar en mayo de 2014 y terminó a finales del 2015. Esta obra permite profundizar en uno de los personajes más relevantes del mundo marvelita. Al fin y al cabo, el universo creado alrededor de los X-Men planteó una vuelta de tuerca al mundo superheroico. Las mutaciones genéticas suelen generar efectos negativos en los organismos afectados por tales alteraciones. En cambio, en el mundo de los X-Men estos fenómenos genéticos generan alteraciones que podrían ser consideradas positivas.

Magneto no es una obra de acción, algo esperable y típico de Marvel, sino un trabajo fundamentalmente de desarrollo de personajes. Personajes como Magneto los conocemos por ser el malo por excelencia de los X-Men, antiguo amigo de Charles Xavier y que, además, pretende defender a los mutantes pero contra los humanos. De hecho, su manera de defenderlos es belicosa y de confrontación. Esto aspectos también estarán en la obra escrita por Cullen Bunn.

La idea de que Magneto sea un defensor de los mutantes le otorga un valor positivo. Mas, si cabe, cuando los humanos son mostrados como despiadados y racistas. Magneto tradicionalmente se le ha dado una significación negativa por asumir ese mismo racismo de los humanos, pero en sentido contrario. Charles Xavier, en cambio, es mostrado como el integrador y dialogante, amigo de la libertad y del desarrollo capitalista. Magneto, en cambio, siempre ha tenido cierto regusto al imaginario ruso. De ahí que se le otorgara cierto carácter dictatorial y que subsume todo comportamiento al fin último: la obtención de la superioridad de los mutantes. En este sentido vemos una contraposición entre una ética de fines (Magneto) y una ética de las consecuencias (Charles Xavier).

Página interior.

En la obra que estamos analizando vamos a ver, precisamente, esta ética de fines. Ahora bien, también vamos a encontrarnos con el conflicto interno del personaje. Este conflicto interno es mostrado como uno de los elementos canalizadores de dicha visión del mundo. Además, Magneto es representados como una persona mayor que ya ha perdido parte de sus poderes y que sus capacidades superheroicas están mermadas. Esto reduce la posibilidad de alcanzar esos fines que siempre han movido a dicho personaje. Otro conflicto a añadir al propio del personaje.

Magneto es mostrado con cierta debilidad ante los humanos y ante los mutantes. Esta debilidad contrasta con la visión tradicionales según la cual este personaje era muy superior a los otros mutantes y generaba admiración por sus poderes. Ahora es mostrado, en cambio, con debilidades y conflictos. Por esta razón, nos toparemos con un juego de contrastes que resulta especialmente interesante. Además, se une a esto su historia en un campo de concentración que muestra cómo es posible que cualquier persona se pueda terminar convirtiendo en un dictador y opresor. Al fin y al cabo, solamente necesitamos racionalizar nuestra ideología y asentarla en algún fin que nos parezca relevante.

Esta confluencia de aspectos es, precisamente, el punto más interesante de la obra. Esta confrontación entre la debilidad y el carácter, entre el poder y los fines, entre la protección y la violencia o entre el totalitarismo y la justificación. De hecho, en algún momento de la historia nos plantearemos si nos resulta atrayente o rechazable este dictador. Incluso, nos podríamos llegar a plantear si cualquier otro dictador también podría tener cierto carácter afectivo y atrayente. Lo más trágico de todo es que la respuesta seguramente será positiva.

El trabajo de Cullen Bunn es realmente sensacional. Este guionista logra crear una historia profunda y con matices. Por supuesto, no debemos olvidar que estamos hablando de un trabajo de Marvel, por lo que todo esto debe ser entendido con ciertos matices. No obstante, estamos ante un trabajo memorable. Precisamente Bunn utiliza ese doble juego del que hemos hablado para hacernos amar y odiar al personaje. En este sentido, la narración está realmente muy muy bien porque mantiene esta tensión esta doble tensión constantemente.

La narración visual es realmente buena, pero también es cierto que va cambiando a lo largo del recopilatorio. Este hecho no afecta demasiado a la historia, pero sí es necesario que el lector se acostumbre a dichos cambios. Veremos narradores visuales que son realmente sugerentes, al utilizar cierto feísmo, cierto uso de un dibujo imperfecto. En cambio, otros dibujantes son más comerciales y resultan un poco menos interesantes. La configuración de las viñetas no podemos definirla debido a que cambia y se ajusta a los gustos y necesidades de cada historia. En este sentido, no podemos considerar que exista una estructura determinada a lo largo de toda la obra.

Respecto al color podemos afirmar que éste se ha utilizado de un modo racional y mesurado. Solamente nos encontramos con una de las historias que opta por un color más llamativo. Esta parte me ha resultado menos interesante desde la perspectiva gráfica, pero en general se utilizan unos colores tenues que ayudan en la narración escrita. Además, incrementan las posibilidades de interiorización de los problemas internos que se nos quieren mostrar.

 

Por Juan R. Coca

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