“Sofá y dos cuerpos”: simpático sube y baja de una historia de amor

Horacio Otheguy Riveira.

Los lugares comunes por los que transita esta función se expresan a través de una eficaz puesta en escena del propio autor, y lo hacen combinando el ingenio —presente en el título y siempre vivo en escena— con una espléndida aportación, fresca y muy cercana, por parte de la pareja de intérpretes. El interés que mantiene durante una hora y veinte minutos se consigue por estos elementos más que por un texto decididamente menor en la trayectoria de su responsable, Mariano Rochman (Las hermanas Rivas, Animales heridos, Crónico…), ya que se nutre de convencionales situaciones sentimentales entre chica-chico en situación estable, sin dificultades económicas (abogada con piso propio y fotógrafo muy ocupado),  con simpáticos encuentros en el metro, luego muy ardientes, y su consiguiente descenso a la incomodidad y el desajuste propio de la convivencia.

Todo poco trabajado, demasiado visto hasta que aparecen los celos y por ahí crece el interés con la intervención de un personaje ausente del que solo se habla: una guapa pelirroja bautizada Mocatriz (modelo, cantante y actriz)… Pero lo que podría haber sido un giro prometedor se dispara poco, los personajes no dan mucho de sí y el autor-director opta por balancearse en las limitaciones de una comedia-dramática ligera —a mi entender demasiado ligera—, de manera que abandona la posible riqueza de la historia y se ocupa de dirigir a los actores, capaces de encantar con su entrega y simpatía; se mueven, semidesnudos o vestidos, con un estilo relajado y emotivo sumamente logrado.

Sin embargo, una vez finalizado el espectáculo la decepción se me ocurre indudable, pues está muy por debajo de la propuesta inicial publicada en la web del teatro, planteando la obra como «resultado de un proceso de investigación sobre las relaciones de pareja. La conclusión es abierta o inconclusa porque no es ajena a las contradicciones del ser humano y a la incertidumbre del amor, porque es creada a partir del asombro que produce su mágica aparición en nuestras vidas, y de la indefensión en la que nos deja sumidos cuando desaparece».

En realidad creo que se rinde demasiado tributo a la banalidad de los altos y bajos de una relación amorosa muy elemental, con la que se puede empatizar, pero no da para consolidar una obra teatral, más bien se queda en un simpático borrador de algo que pudo haber sido mucho más divertido y profundo.

Así y todo, lo dicho: la atracción que generan Elena Rey y Xoel Fernández deja en manos de los espectadores la posibilidad de un encuentro agradable, aliñado con algunas canciones populares grabadas.

 

 

Texto, Dirección y Espacio Escénico: Mariano Rochman

Intérpretes: Elena Rey y Xoel Fernández

Ayudante de Dirección y Producción: Estela Montejo

Música Original: Ale Martí

Espacio Sonoro: Mariano Rochman y Jorge Ramírez Óberson

Iluminación: José Espigares

Vestuario: Guindalera y Cía

Asesoramiento de Movimiento: Carmen Vélez

Fotografías: Juanjo Molina

Vídeo: Joppe De Bernardi y Manuel Maldonado

Realización de Escenografía: Quique Fernández y Sebastián Aguerre

Diseño Cartel: María D. Alba

Distribución, Redes Sociales y Comunicación: Elena Ardao

Producción: Doble Sentido Producciones

Domingos a las 18:15h desde el 17 de septiembre al 28 de enero en 
la sala Lola Membrives del Teatro Lara (Madrid)

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